El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIF) en su estudio ‘Un perfil de las personas mayores en 2022’ aporta datos relevantes: el 20,9% de las personas con más de 65 años tiene diabetes. El 23,7% de esa cifra son varones y el 18,7% mujeres. El CSFI considera que tiene diabetes quien la declara como dolencia crónica, padecida durante el los últimos doce meses y dictaminada por el médico.
La diabetes es una enfermedad asociada a la vejez. Las residencias de mayores conocen bien esta dolencia. Desde ORPEA, María Rosa Nicosia, coordinadora médica, señala que “a partir de los 65 años se incrementan las posibilidades de sufrir diabetes tipo 2, que consiste en la dificultad orgánica de procesar el azúcar en sangre y transformarlo en energía. Al no llevarse a cabo de manera correcta el manejo de esta sustancia, el cuerpo lo almacena, convirtiéndose en un riesgo importante para la salud. En las residencias tenemos médicos, enfermeras, etc., abordamos la diabetes desde un enfoque multidisciplinar”.
Cómo detectar la enfermedad, sin confundirla con síntomas asociados a la vejez
El origen de la alta incidencia de la diabetes entre los mayores se debe, sobre todo, al propio envejecimiento, fase de la vida en la que se va mermando la eficacia del cuerpo para llevar a cabo sus procesos metabólicos y en la que el páncreas puede, por ejemplo, dejar de producir la insulina necesaria. También influyen, por supuesto, como explica María Rosa Nicosia “la herencia genética, la hipertensión, la vida sedentaria y una alimentación inadecuada, además de la ausencia o el abandono de las revisiones periódicas de salud. Puede suceder también que se confundan síntomas relacionados con otros problemas físicos y habituales en la tercera edad con las señales que nos avisan de los altos niveles azúcar”.
El cansancio, la micción frecuente y los problemas de visión son los más corrientes y silenciosos, pero, añade la coordinadora médica que “otros más llamativos pueden poner a las personas y sus cuidadores sobre la pista de la enfermedad, por ejemplo, heridas e infecciones frecuentes y hormigueos en las piernas”.
Actividades en las residencias: talleres de cocina sin azúcar con catas “a ciegas”
La concienciación resulta vital y por este motivo, y con el fin de sumarse a la jornada de información y prevención de la diabetes, el próximo 14 de noviembre, día mundial contra la enfermedad, se han organizado actividades en varias residencias de mayores ORPEA.
Entre las mismas, se incluyen charlas o talleres de prevención como en ORPEA Escorial, talleres de cocina sin azúcar para los mayores en la residencia de Puente Romano en Marbella o, en la de Torrelodones, una cata a ciegas. En dicha actividad los residentes degustan distintos alimentos con los ojos tapados y adivinar cuáles son, otros cocinarán recetas sin azúcar.
Mayor riesgo de Alzheimer y otras demencias
En cuanto a las consecuencias de la diabetes, en los ancianos éstas pueden revestir mayor gravedad, ya que influyen en el deterioro funcional y el cognitivo, sobre todo en el caso de la diabetes tipo 2, también conocida como diabetes mellitus.
La relación entre diabetes y deterioro cognitivo es la base de otro trabajo, el publicado en Trends in Endocrinology& Metabolism. Bajo el título Vías comunes en la demencia y la retinopatía diabética, comprendiendo los mecanismos del deterioro cognitivo asociado a la diabetes, se concluye que os pacientes con diabetes tipo 2 tienen un riesgo significativamente mayor de deterioro cognitivo, demencia y enfermedad de Alzheimer.
Los síntomas retinopatía diabética (una afección del ojo causada por el alto índice de azúcar), pueden, añade el estudio, “reflejar una patología vinculada al cerebro. Se asegura, en este sentido, que la hiperglucemia y la resistencia a la insulina desempeñan un papel importante en la activación de “mecanismos patológicos como el aumento del estrés oxidativo”.