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VITALIA HOME PONE EN MARCHA UN AMBICIOSO PROGRAMA DE PROLONGACIÓN DE CUIDADOS

Chema Cosculluela: “Vitalia apuesta por una coordinación efectiva entre lo sanitario y lo social”

El fundador y consejero delegado de Vitalia Home, Chema Cosculluela.
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El fundador y consejero delegado de Vitalia Home, Chema Cosculluela. (Foto: Vitalia Home)
lunes 20 de febrero de 2023, 20:23h

Parece evidente que, para optimizar el cuidado y la atención sanitaria de las personas mayores, debemos apostar por una coordinación socio sanitaria real, es decir una verdadera colaboración entre los centros en los que se cura y los que se cuida a estas personas mayores.

Esto es precisamente lo que propone el Grupo Vitalia, que está desarrollando experiencias innovadoras muy positivas en sus residencias, para las personas mayores que necesitan atención médica.

Chema Cosculluela, CEO y fundador de Vitalia Home, nos habla sobre coordinación sociosanitaria, pero coordinación sociosanitaria real, no sobre teorías sino sobre cosas concretas: “Lo de la atención sociosanitaria es una de esas frases hechas tan repetidas que ya no dicen nada, como la Atención Centrada en la Persona, que se dice para todo. No existe “lo sociosanitario”. Lo que debe existir es una colaboración y una coordinación efectiva entre los centros donde viven las personas mayores, los centros residenciales, que son centros sociales, y los centros y servicios propios del Sistema Sanitario”.

Cosculluela deja claro a este respecto que “Vitalia apuesta por esta coordinación efectiva real entre lo sanitario y lo social” y para ello ha puesto en marcha proyectos para asegurar la prolongación de cuidados, como son el Servicio Médico 24 horas, con unos avanzados equipos de Telemedicina y la atención hospitalaria en el centro.

Nos lo explica:

Para ubicar, ¿en qué consiste este modelo de atención sociosanitaria real que estáis llevando a cabo en Vitalia? ¿Cómo funciona?

Nosotros lo llamamos “Prolongación de cuidados”, es decir, mecanismos concretos de colaboración entre las residencias y los centros sanitarios, en concreto la Atención Primaria y la Hospitalaria, que nos permitan que nuestros residentes, muchos de ellos personas edad avanzada y con patologías que requieren frecuentes cuidados sanitarios, puedan recibirlos de la mejor manera posible allí donde viven.

¿Y dónde viven? En la residencia, porque es su domicilio. Aunque es un domicilio peculiar en el sentido de que viven muchas personas que por su edad son vulnerables, pueden tener necesidad de muchos cuidados sociales para su vida cotidiana y, además, también cuidados sanitarios.

Vamos entonces a facilitar al máximo que las personas mayores en donde viven reciban en las residencias los mejores cuidados sanitarios y vamos a facilitar también que el sistema sanitario pueda actuar de la manera más eficiente posible, con mejor atención y menos costes. Ese es el objetivo.

¿Cómo sería, entonces, la forma de actuación?

No es solo una forma de trabajar. Hay que crear herramientas. Una herramienta es el servicio médico 24 horas, con unos avanzados sistemas de telemedicina. Otra herramienta de la que también disponemos es la atención hospitalaria en el centro.

El Servicio Médico 24 horas consiste en facultativos disponibles de manera permanente en un centro receptores, con un equipamiento de última generación, con los que el personal de cada uno de nuestros 66 centros residenciales puede contactar en el momento que lo necesite, asegurando así la valoración médica cuando no hay presencia física de un facultativo en el centro.

No pretendemos sustituir jamás a los profesionales del Sistema de Salud, sólo evitar desplazamientos innecesarios y facilitar el trabajo de los servicios de urgencias...

Tanto el propio paciente como el auxiliar o gerocultor van a estar viendo al médico y viceversa, con unos sistemas de telemedicina perfectamente adaptados. Y el médico del Servicio 24 horas va a tener su historial médico disponible y podrá saber lo que le pasa gracias también a instrumentos de telemedicina que le van a permitir valorar al residente y decir si hay que llamar o no a los servicios de atención primaria o a urgencias.

¿Qué beneficios aporta este sistema?

En primer lugar, supone un ahorro considerable de llamadas a urgencias de las consideradas “ante la duda”. En la experiencia que ya tenemos hemos ahorrado más de un 50% de desplazamientos de los servicios de urgencias hasta la residencia. Del mismo modo, cuando se llama a los sanitarios de urgencias, ya se les llama con una serie de referencias y una información mucho más precisa, porque ya se sabe por el médico del Grupo lo que le pasa al residente a través de la telemedicina.

No pretendemos sustituir jamás a los profesionales del Sistema de Salud, sólo evitar desplazamientos innecesarios y facilitar el trabajo de los servicios de urgencias. Las personas residentes siguen siendo ciudadanos, su derecho a la atención sanitaria pública es innegociable.

Pero qué importante es si le ahorramos al residente el desplazamiento para hacerse muchas pruebas diagnósticas, por ejemplo, a una persona mayor de 85 años, con limitaciones, hasta el centro de salud o el hospital, cuando esas mismas pruebas se pueden realizar en la propia residencia. Ahorro para el Sistema, porque no está la persona en la sala de espera, está en la residencia más cómodamente y se hará la prueba más tranquilamente y con la misma calidad gracias a los nuevos instrumentos de telemedicina.

Facilitamos de esta forma también la conciliación a los familiares, que no tienen que acompañar o desplazarse, a veces desde, otra localidad, para acompañar al residente hasta el centro médico, porque le realizan la prueba en la misma residencia.

Conseguimos así un beneficio primero para la propia persona, que es la importante, después a sus familias y también al Sistema Sanitario, que así no se sobrecarga tanto. Esta es una vía de colaboración que tenemos ya en marcha y con muy buenos resultados, ya que nos ha permitido reducir en más de un 50% las derivaciones a centros sanitarios y, cuando se han tenido que realizar, el residente ha llegado ya con los informes detallados que facilitan la atención que va a recibir y el trabajo de los facultativos del Sistema Sanitario.

Y todos contentos, en el hospital, la residencia, los residentes y los familiares... Es un impacto muy positivo para el residente la rapidez de todo el proceso cuando surge un problema gracias a la Telemedicina…

Es verdad que la presencia del médico siempre da tranquilidad, pero es que la telemedicina ya no es inhumana, ya no es una máquina ante la que no sabes con quién estás hablando. Los sistemas de telemedicina actuales, como el que estamos incorporando a los centros de Vitalia, te permiten ver físicamente al médico, puedes interactuar con él, te tranquiliza y éste, a su vez, puede orientar o dar instrucciones al auxiliar, que se siente respaldado, mientras el residente lo ve.

Pero insisto, este Sistema nos permite intervenir no sólo en situaciones de urgencias, hablo también de pruebas diagnósticas en la residencia que pueden ahorrar el desplazamiento al centro sanitario. Todos sabemos el trastorno que provoca tener que llevar a una persona que puede tener problemas de movilidad o, incluso, sufrir alguna demencia, hasta un centro de salud y tener que esperar allí. Con nuestros Sistema de Telemedicina se pueden obtener los resultados de algunas de esas pruebas con la misma calidad que en un centro de especialidades o en un hospital. Las tecnologías son siempre bienvenidas cuando benefician a las personas y humanizan el trato.

Todos estos recursos os sirven también para formar a vuestros profesionales, ¿no es así?

Sí, porque estamos instalando en los centros en los que se encuentran los equipos receptores y los médicos, que ya tenemos tres en toda España, unas salas con toda la aparatología y sistemas en las que a través de un muñeco de exploración y varias cámaras se puede ver cómo hay que realizar las maniobras y formar a los trabajadores de los centros, o incluso, y esto es muy importante, llevar a cabo sesiones de interconsulta entre facultativos o personal sanitario de diferentes centros.

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¿Y qué inversión supone para los centros la incorporación de estas tecnologías, de estos servicios de telemedicina?

Hemos adquirido un equipamiento y unas tecnologías de última generación, que incluyen un emisor, en cada uno de los centros, y un receptor donde los facultativos atienden de manera permanente sus llamadas.

El emisor consiste en un equipo móvil, que incluye un carro autoportable con pantalla para la comunicación bidericional entre el médico y el personal del centro, que incorpora una cámara ajustable desde un primer plano a un dermastoscopio, y diversos aparatos de diagnóstico, como fonendoscopio, ECG, ecógrafo portátil, laringoscopio, otoscopio, aparato de tensión arterial y termómetro. Utilidades diagnósticas que se irán ampliando en un futuro. Todo ello con conexión directa a un aplicativo informático del propio Grupo Vitalia, que utilizan todos nuestros centros, y que permite acceder al historial médico de la persona residente

Así mismo, hemos establecido tres centros receptores, en otras tantas localidades, que son espacios con todo el equipamiento necesario para que los facultativos del servicio médico 24 horas atender estas llamadas y para acceder a todo el historial médico de la persona y para realizar, en tiempo real, y poder visualizar y valorar, las diferentes pruebas diagnósticas. Estos centros cuentan con una doble pantalla de PC, en una de las cuales está el aplicativo Vitalia, que muestra el historial médico y los demás datos de la persona, y en otra la recepción de los datos e imágenes que emiten desde el centro.

Por otra parte, está el servicio de atención hospitalaria en el centro, que supone una verdadera coordinación hospitalaria…

Así es, además del Servicio Médico 24 horas y Telemedicina, estamos promoviendo convenios con diferentes centros hospitalarios para que puedan ofrecer atención hospitalaria en la residencia.

La primera experiencia fue incluso anterior a la pandemia, entre el hospital de Martorell con la residencia de Sant Andreu de la Barca, y todos los implicados la han valorado de manera muy satisfactoria: los residentes, los familiares, los profesionales de la residencia y los profesionales del hospital.

A partir de esa experiencia, la práctica totalidad de nuestros centros en Cataluña tienen un acuerdo con alguno de los hospitales de referencia y el Servicio está funcionando de manera absolutamente satisfactoria.

Ahora estamos negociando convenios similares con diversos hospitales en la Comunidad de Madrid, Andalucía, Castilla y León…

¿Cómo surge la idea? ¿Cómo nace y en qué momento la decisión de poner en marcha esta iniciativa?

La idea de prestar una atención, de prolongar los cuidados y que los usuarios de nuestros centros vivan con seguridad surge del ánimo de dar un plus de calidad a los residentes permitiendo facilitar al máximo, no sustituir, los cuidados sanitarios que requieran.

La idea se me ocurrió a mí, y ha sido desarrollada aprovechando la experiencia y el impulso de dos personas claves, el doctor Ginés Sabater, director médico de Vitalia y responsable del Servicio Médico 24/7 y de la Telemedicina, y el doctor Enric Llorca, que lidera este proyecto de hospitalización en la residencia. Enric Llorca es la persona que, con su experiencia en este ámbito, ha negociado con los centros hospitalarios y está coordinando y evaluando el proyecto, en el que están implicados los directores y directoras de nuestros centros y sus equipos sanitarios, que han recibido el proyecto y se están implicando en él de manera entusiasta.

Entonces, exactamente, ¿en qué consiste este acuerdo?

Se trata de convenios que se firman con el hospital de referencia, por el cual, sin sustituir en nada al Sistema Sanitario, les facilitamos su trabajo pensando siempre, en primer lugar, en el interés de la persona residente, que es lo que a todos nos debe orientar. De esta forma, si un usuario de una residencia necesita cuidados hospitalarios, pero no es imprescindible que esos cuidados se den en un hospital porque requieran un equipamiento altamente especializado, si pueden prolongarse en el domicilio, que en este caso es la residencia, el hospital se lo propone al paciente o a los familiares y es el propio equipo del hospital el que se hace cargo de esa atención, pero en la residencia, con la colaboración del personal de la residencia.

Es decir, es el equipo del hospital quien, si hace falta, incluso, se desplaza a la residencia. Habitualmente no hace falta porque los pacientes ya vienen con una prescripción, con referencias y, además, hay un contacto con la residencia, donde contamos con profesionales sanitarios, como médico, enfermeras, fisios, terapeutas, psicólogos…, y, por supuesto con auxiliares de enfermería y gerocultores. Por eso en muchos casos es suficiente con una coordinación telefónica o aprovechando el Sistema de Telemedicina del centro, del que hemos hablado. Si hace falta que el equipo hospitalario se desplace al centro, lo hace así. Hay que subrayar que este modelo no valdría para UCIs o tratamientos específicos, pero es muy útil para otras muchas patologías de personas de avanzada edad que requieren atención hospitalaria pero no necesariamente ingreso hospitalario.

Para determinados cuidados es suficiente con que el equipo hospitalario determine las pautas a seguir con el paciente, para que el personal sanitario de la residencia, el médico o personal de enfermería o los gerocultores en las tareas básicas, puedan hacerlo.

Con ello hemos evitado más del 40% de ingresos hospitalarios de los que en relación con los que se habrían producido de no existir estos convenios de colaboración del hospital con la residencia. Es muy buena noticia porque todo el mundo sabe que cuando una persona mayor va a un hospital, sobre todo si está afectada por alguna demencia, su desorientación se agrava y cuanto más tiempo esté, peor. El hospital es un espacio de mayor riesgo también, por lo que tiene de contagios para personas con una salud vulnerable. Un espacio en el que hay que evitar que la persona mayor esté más tiempo de lo imprescindible.

Por supuesto, otra de las ventajas de este modelo de prolongación de cuidados y de coordinación efectiva entre el centro hospitalario y la residencia, es que libra al hospital de la saturación de camas, tan importantes en algunos momentos.

De esta forma, pensando siempre en la persona mayor y sus necesidades, la atención sanitaria la tiene que seguir garantizando el hospital; tiene que ver en qué casos se puede hacer y en cuales no; y tiene que estar de acuerdo el paciente o la familia. En la residencia estamos para colaborar en esa atención hospitalaria en el propio domicilio, que es el centro residencial.

¿Por qué siendo tan importante y tan necesaria la coordinación sociosanitaria no termina de arrancar a nivel general?

Nuestra experiencia es que en todos los hospitales ven muy positiva la idea y factible, pero no todas las gerencias tienen establecidos programas de atención domiciliaria y consideran conveniente esperar a que los mismos estén definidos para que los hospitales de su territorio los puedan concretas con los centros residenciales a través de este tipo de convenios. Por nuestra parte, como residencias, estamos abiertos a subscribir esos acuerdos en todos los territorios, y estamos trabajando para hacerlo posible.

En la pandemia... si hubiera habido esta coordinación sociosanitaria real, esta práctica de colaboración efectiva, a muchas personas se las habría podido atender mejor, y habríamos evitado determinados colapsos hospitalarios...

Pero, en esta caso, no es una cuestión de dinero...

En absoluto. Ni a la residencia ni al centro hospitalario le cuesta más dinero, al revés, para el hospital puede ser un ahorro, y evitar la saturación. Todo el mundo sabe que muchas de sus plazas están ocupadas por personas de avanzada edad, que podrían estar siendo atendidas con la misma calidad asistencial, pero en un entorno más hogareño y donde podemos ofrecerles cuidados más específicos para su vida cotidiana. De hecho, para muchos hospitales, la ocupación de camas por parte de personas mayores que no necesitan seguir hospitalizadas y que podrían ser atendidas en su domicilio, es uno de sus grandes problemas. Nosotros podemos contribuir a resolver, en la parte que nos afecta, este problema, y en beneficio de la propia persona o paciente.

¿Nos podemos imaginar lo que habría supuesto esta coordinación real entre lo social y lo sanitario durante la pandemia?

Imagínate si por un momento este sistema, esta coordinación entre los centros hospitalarios y las residencias para la atención hospitalaria en el propio centro, hubiera estado implantado en todo el territorio y en todas las residencias. Es verdad que fue una situación excepcional, nunca se había vivido algo así. El covid nos desbordó a todos, a la sociedad en general, a las administraciones, a todos… Por más abnegación de los sanitarios y del sistema fue una catástrofe, algo imprevisto y de una magnitud que nos desbordó.

Pero, seguramente, si hubiera habido esta coordinación sociosanitaria real, esta práctica de colaboración efectiva, a muchas personas se las habría podido atender mejor, y habríamos evitado determinados colapsos hospitalarios.

¿Y si hacía falta un respirador?

Claro, ya he comentado antes que la hospitalización domiciliaria, en nuestro caso la prolongación de los cuidados hospitalarios en la residencia, sólo es posible si el tratamiento no requiere un equipamiento especializado del que sólo disponga en hospital. Un respirador es un equipamiento especializado que, además, requiere especialistas sanitarios que no existen fuera de ese ámbito hospitalario. Si hacía falta un respirador había que ir al hospital inevitablemente. Pero es que hay que acordarse de muchas personas se quejaban en aquellos momentos, en los medios de comunicación, de que en las residencias no había respiradores. Digo yo, ni en las residencias ni en algunos hospitales. Un respirador es un equipamiento altamente especializado que no lo puede usar un gerocultor ni una persona de su casa; si necesita un respirador, necesita un espacio hospitalario.

Por eso, posiblemente, muchas de las cosas no se habrían podido resolver con esta atención hospitalaria en la residencia, de la que estamos hablando. Aún así, esta colaboración habría supuesto una menor presión hospitalaria, especialmente en algunos momentos, y en situaciones como las que tuvimos que vivir, poco es mucho.

¿Qué planes hay para seguir extendiendo esta experiencia a otros centros residenciales y hospitales?

Nuestro objetivo es seguir extendiendo este modelo de coordinación efectiva entre lo social y lo sanitario, a todos nuestros centros; pero, como hemos dicho, no depende sólo de nosotros, depende de los hospitales, de las gerencias y de las consejerías. Lo estamos intentando en toda España y tenemos expectativas de que pueda ser una realidad en más sitios a corto plazo.

Por otra parte, hemos encargado un estudio-investigación liderado desde algún hospital, que ofrezca evidencias científicas sobre los resultados de esta coordinación respecto a qué patologías se han podido abordar, qué características tienen los pacientes que se han beneficiado de la misma, cuáles han sido los resultados en materia sanitaria y, por supuesto, la satisfacción del paciente, de sus familiares y de los profesionales, tanto de las residencias como de los hospitales.

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