Podríamos empezar este escrito recordando cuán diferente es la Navidad posCOVID de las anteriores, qué ilusión ver salir a los usuarios con sus familias y disfrutar de nuevo de una Navidad casi normal. Que tranquilidad saber que los procesos víricos actuales tan solo provocan febrícula, malestar general y tos mucosa, pero ya no el riesgo de acabar en una UCI o muerto, en todo eso nuestra alegría, tranquilidad y sosiego, así como si me lo permiten reafirmar, que nuestros cuidados han conseguido que hoy no nos preocupe más que los procesos banales propios de la estación invernal en la que estamos.
Pero yendo a la realidad del sector y sin caer en falsos populismos y demagogias, debemos insistir en que necesitamos unas tarifas 2023 acordes a la situación económica del país, con las subidas de IPC no asimiladas a incrementos en ello, y sobre todo y esa es la realidad, para poder mantener nuestros equipos humanos y las necesidades atencionales que los actuales usuarios precisan y sus familias demandan.
El IPC 2022 será de casi un 6 % y el del año anterior fue de un 6.5 % (ese 2022 las tarifas subieron un irrisorio 3 % a dia de hoy aún no se han pagado esos atrasos, por cierto…). Necesitamos unas tarifas que suban cuando menos el IPC o como algún partido político exige para pactar presupuestos un 7 %, a este respecto queremos de nuevo informar en que UPIMIR se reunió antes de Navidad en sede parlamentaria con los grupos representativos incluido el que gobierna, y todos entendieron que no se trata de ganar más sino de repercutir en el dia a dia tal incremento, en hacer sostenible el sector y en fidelizar y encontrar personal para nuestros centros y la atención a sus usuarios.
Piensen que un incremento de tarifas del 3 % de TODO el sector social dicho por el propio Departamento son solo 34 millones de euros por ello un incremento del 7 % serian solo 70 y tantos millones de euros.
Es una cuestión de País, de solidaridad y de decencia, el sector de las PIMES no aguantará otro año con incrementos inferiores a la subida del IPC, todo nuestro trabajo se ve afectado por el precio de alimentación, energía, alquileres, salarios, cotizaciones, impuestos, etc.
La sociedad cada vez nos exige más y nosotros cada vez podemos menos, en unos presupuestos 2023 de miles de millones de euros, ¿en serio creen decente discutir y racanear unas decenas de millones a los más frágiles, dependientes y enfermos?
Triste imagen la de quienes así piensan y actúan, estamos convencidos que esto no pasará, pero nuestras empresas asociadas más de un centenar actualmente, esta vez dicen basta ya y sinceramente hay que tener empatía con ellas su trabajo y su aguante.
Vamos a entre todos revertir esta precaria situación, injusta e históricamente consentida.
Somos PYMES, somos empresa familiar, somos trabajadores en las mismas, y fuente de sustento para miles de familias, damos cuidados y atenciones a los más necesitados y tan solo pedimos poder trabajar en condiciones de dignidad y correcta financiación, ¿nos ayudan?
Desde UPIMIR nuestra esperanza en un 2023 de consideración: un buen trato institucional.
Vicente Botella, presidente en UPIMIR