Trabajar en una actividad geroasistencial o en una empresa del sector geriátrico que no nos satisface o no cumple con nuestras expectativas, provoca un estrés superior que el hecho de no estar trabajando.
Esto es debido a que pasamos 2 /3 partes de nuestra vida en el lugar de trabajo (en el centro). Lo que empezó como algo vocacional y con ilusión, al pasar el tiempo y sentir que ya no me aporta nada por el clima laboral, por la falta de motivación o incluso porque estoy desarrollando unas funciones que no me tocan o que los espacios no son agradables u óptimos, sumado, a las preocupaciones personales que todos llevamos en nuestra mochila y que arrastro hasta el trabajo, se ha convertido en un horror cada mañana al salir de casa.
Recuerdo que en mis inicios de emprendeduría, hacia el año 1997 / 1998, como consultor externo geriátrico, ofrecía mis servicios como trabajador social para implementar el departamento de “servicios y recursos para los clientes internos”, los trabajadores (o colaboradores). Pues bien, en una ocasión, en una entrevista con un directivo de un centro importante, no se echó a reír pero casi… me respondió que estos temas de cuidar al trabajador ya se encarga la administración pública. No diré lo que pienso al respecto después de tantos años pero está claro que el mundo laboral ha ido hacia otro camino y lo vamos a ver a continuación.
Para empezar voy a ir dando datos (genéricos) que he ido localizando de diversas fuentes de nuestro inseparable Google, así que podéis acceder a ellas cuando lo necesitéis aunque éste artículo no va de datos sinó de conceptos a reflexionar y a implementar en base a esos datos. Para empezar os voy a comentar que en un solo año, trabajamos 1.816h y eso sin contar las vacaciones, fines de semana ni festivos, es decir una media de 277 días al año. Visto así, parece más grave de lo que pensábamos ¿verdad?
En la actualidad nos encontramos ante un cambio de paradigma ya iniciado mucho antes de la conocida pandemia por el COVID-19 pero éste ha sido el huracán perfecto para decir basta ya!! es hora de parar, respirar y reflexionar sobre cómo está yendo todo y hacia dónde me quiero dirigir yo como persona, como profesional, como empresa. Esta profunda crisis no ha sido únicamente una crisis sanitaria sinó que también ha provocado una crisis psicosocial y cultural tanto para las personas como para las organizaciones y a la vista está…
La velocidad vertiginosa en la que vivimos provoca un estado de nerviosismo y estrés que es tan perjudicial como la reciente pandemia vivida. Casi sin darnos ni cuenta de elloperdemos incluso nuestra propia identidad, de ahí el incremento constante de los psicofármacos en nuestro país.
El último informe de la Junta Internacional de Estupefacientes sitúa a España, por segundo año consecutivo, a la cabeza internacional en el consumo de ansiolíticos y antidepresivos. Dicho de otra manera, 1 de cada 10 personas en España está tomando en este momento algún tipo de psicofármaco buscando una contención inmediata. Dicho de otra manera, 4,7 M de españoles están tomando este tipo de medicamento en la actualidad.
(*) según la VII encuesta Adecco sobre felicidad en le trabajo
¿Cómo se traduce todo esto en las organizaciones?
. Alta rotación de personal
El 38% de los casos de esta rotación se produce debido a mejores ofertas salariales, o porque no hay posibilidades de desarrollo profesional y promoción (25,35%) o porque no se sienten identificados con los valores u objetivos de la empresa (19,72%), incluso el 7% se marcha a otras empresas por mal clima laboral.
. Bajas laborales prolongadas en el tiempo
Más de 1M de personas no se presentaron a su puesto de trabajo de media cada día (Randstad). El 73,6% se ausentaron por incapacidad temporal, mientras que el 26,4% restante lo hicieron pese a no estar de baja.
. Burn out
El 45% de los trabajadores españoles sufre de estrés laboral. La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció oficialmente, en 2019, el “burnout” como enfermedad o ‘desgaste profesional’. Se trata de un trastorno emocional relacionado con el ámbito laboral y como consecuencia de un estado de estrés crónico, lo que repercute negativamente en la salud física y mental.
Este síndrome, que tiene graves consecuencias en el bienestar de los empleados y, por lo tanto en su productividad, se ha convertido en un problema grave para las organizaciones que es necesario abordar y prevenir, junto al departamento de RRHH.
. Fuga de talento
Según varias encuestas más del 75% de los trabajadores sigue buscando trabajo de forma activa a pesar de estar empleados. España junto a Italia, lideran esta fuga de talento de Europa.
. Trastornos mentales
Los trastornos mentales suponen la segunda causa de baja laboral en España.
. Síntoma de la “manzana podrida”
El desgaste de una persona puede llevar al desgaste de todo un equipo y por lo tanto del clima y resultados de la empresa.En todos los casos, implica un alto coste a las empresas, que impacta de forma directa en la cuenta de resultados.
¿Y qué es esto de la felicidad en el trabajo?
Según la RAE:
- Estado de grata satisfacción espiritual y física.
- Persona, situación, objeto o conjunto de ellos que contribuyen a hacer feliz.
- Ausencia de inconvenientes o tropiezos.
Aristóteles (filósofo) planteaba que la felicidad tiene que ver con la razón y con la autorrealización de la persona, quien actuando bien, puede conseguir ser feliz. Por lo tanto, la clave de la productividad no está en las horas extra, sino en la felicidad de tus trabajadores y para ello es necesario no trabajar para el cliente externo sino que también trabajar para el cliente interno, trabajadores y/o colaboradores.
¿Y, quién es el profesional que se encarga de la felicidad corporativa?
Acompañame a descubrir, en el próximo artículo, esta figura tan importante que ha llegado para quedarse y que es tendencia en las organizaciones.
Sergio Carmona es consultor estratégico para el Bienestar Organizacional