El incremento de los costes energéticos son una de las principales preocupaciones en las cuentas de una residencia junto con los gastos de salarios de personal y la cesta de la compra, que también se ha encarecido por el alza del precio de los combistibles. Lo resumíamos la semana pasada en Incertidumbres políticas y económicas en el inicio del nuevo curso de las residencias.
Apuntábamos que las empresas del sector geroasistencial se enfrentan, como todas las de los demás sectores, a una inflación disparada y una economía en proceso de desaceleración, como consecuencia de la guerra en Ucrania y los cortes de suministro del gas ruso que repercuten en parte de Europa, entre otras circunstancias.
Pero, realmente, ¿cómo repercute y en qué porcentaje el aumento del precio de la energía y los combustibles en las cuentas de una residencia? Para el director general del Grupo IDEA, Rafael Sánchez Ostiz, la cuestión de los costes energéticos en una residencia es "muy importante" porque "partimos de la base de que son márgenes muy pequeños" y también porque "es de las partidas en las que puedes actuar".
"La gran partida es el coste del personal, que está regulado por las ratios que tienes que cubrir, y tenemos un problema con las subidas de salarios; por otro lado, la otra gran partida son los suministros. De cada 100 euros, 65 se van para sueldos y otros 15 son para luz, agua, gas o gasóleo y alimentos", explica a Dependencia.info.
El CEO de Idea destaca también que "estamos viendo que la cesta de la compra se está incrementando en torno al 15 o 20%" y subraya que "hay productos básicos que se han incrementado un 40 o incluso un 50%". En este sentido, hace especial hincapié en que "la electricidad está desbocada y el gas, o el gasóleo en su caso, también". "Ahora mismo estamos más vendidos que vendidos porque este encarecimiento de los combustibles va a repercutir en la cuenta de resultados", aclara.
El responsable de esta empresa navarra con más de 10 años de experiencia especializada en la promoción y gestión de centros y servicios socio-sanitarios tiene claro que esta situación obliga a pensar en un aumento del precio de la plaza: "Seguro que tenemos que aumentar el precio de la plaza porque es inviable. Va a depender de qué ubicación tengas para poder subir más o menos".
El problema es la plaza privada
El problema, recuerda, es que "no se ve el final". "La electricidad se ha multiplicado por 4 y es una barbaridad para las cuentas de una residencia, teniendo en cuenta, además, que no podemos repercutirlo en una plaza pública porque en la mayoría de las comunidades autónomas los precios están congelados, con acuerdos marcos de 3 o 4 años, o las subidas son menores que la inflación", señala y añade: "El problema aquí en España no es la plaza privada, es la plaza pública con una presión de subida de costes de personal más todos los suministros y que no se acompasa con la inflación.
Rafael Sánchez Ostiz apunta que todo esto provocará "problemas de viabilidad económica en muchos centros, con descuelgues laborales, que provocará más conflictividad laboral y eso va a repercutir en la calidad asistencial". "Todo influye", recuerda, "pero no podemos penalizar al usuario privado, que está pagando el déficit de la plaza pública", indica.
Llegados a este punto, ¿qué opciones contemplan las residencias para abaratar el coste de la energía?
Sánchez Ostiz lo tiene claro: “Desde Idea estamos apostando por la biomasa (materia orgánica utilizada como fuente de energía), las calderas de pellets, y las comunidades energéticas, que empezamos lanzando en Bidealde, el primer centro Passivhaus en España, que ha supuesto una mayor inversión pero en donde hemos visto consumos más moderados porque permite gastar menos y perder menos, tanto frío como calor”.
Así, concluye, “desde el punto de vista estructural, los centros nuevos que se estén proyectando tienen que apostar por medidas de eficiencia energética y los que están ya funcionando tienen que plantearse pequeñas medidas de ahorro, que casi todo el mundo está haciendo, desde los sensores de presencia hasta organizarse en comunidades energéticas y aprovechar el potencial de generar energía con las plazas solares”.
Vitalia y la producción eléctrica por medio de renovables
Por su parte, los centros residenciales de Vitalia están haciendo desde hace varios años importantes inversiones para lograr un ahorro en el consumo de energía, así como para producir su propia energía eléctrica por medio de renovables. Sus nuevos centros se construyen ya con avanzados sistemas de aislamiento para lograr el mayor ahorro energético, logrando edificios casi pasivos a estos efectos.
Desde Vitalia recuerdan que para avanzar en el consumo de energías renovables y en la autoproducción de energía, han instalado un total de 52 plantas fotovoltaicas, en otros tantos cetros, con una producción de 5,78 Gw, así como 44 plantas de biomasa, con una producción de 22,18 Gw. De esta forma han logrado que el 39% de la energía eléctrica y el 61% de la energía térmica que utilizan las residencias del Grupo Vitalia provenga de fuentes renovables.
Apuntan que en 2022 han conseguido en los 63 centros de mayores y de personas con discapacidad de la empresa Vitalia 27,9 Gwh de energía producida de fuentes renovables. Recuerdan que cada uno de los centros cuenta con un sistema digitalizado para monitorizar en tiempo real su consumo y su producción de energía.
Los sistemas de producción de energía renovable por los que han apostado los centros residenciales de Vitalia son, por un lado, la energía solar, que colocan en las cubiertas de los centros o en espacios exteriores de los mismos Instalan dos tipos de placas para la producción: Placas de energía solar térmica y placas de energía solar fotovoltaica.
Por otra parte, utilizan también la biomasa (su combustión genera calor que calienta el agua). Además, el vapor de este agua caliente genera electricidad a partir de unos grupos turbo-alternadores.
Así, Vitalia asegura unos centros con una climatización adecuada y disminuye el consumo de energía y la producción de gases de efecto invernadero, causantes del cambio climático y emisiones contaminantes.
Albertia y el Certificado de Gestión Energética
Al respecto, con el objetivo de lograr mantener un uso eficiente de la energía y un consumo sostenible en todos los centros gestionados, tanto públicos como privados, Grupo Albertia se ha convertido en la primera empresa del sector sociosanitario en certificar todos sus centros en la norma ISO 50.001:2018, tras las auditorías realizadas por AENOR Internacional.
Desde Albertia apuntan que esta norma contribuye a realizar un uso de la energía más eficiente y sostenible, lo cual ayudará a una minimización de los consumos energéticos en las instalaciones y, además, a reducir el impacto negativo en el medio ambiente.
De la misma manera, insisten, ofrece al grupo las herramientas necesarias para adaptarse de manera ágil y rápida a los cambiantes escenarios sociales y económicos, que suponen un importante reto para la inmensa mayoría de grupos empresariales. Además, Albertia Servicios Sociosanitarios, como consumidores de energía significativa, se compromete a minimizar este consumo y hacerlo más eficiente.
Orpea y la descarbonización
Por su parte, el Grupo Orpea ha puesto recientemente en marcha su Plan de Descarbonización para reducir la huella de carbono y tiene previstas inversiones para reducir el consumo energético en sus centros residenciales.
Así, este proyecto piloto puesto en funcionamiento en la residencia de ORPEA en Benalmádena, Málaga, apunta a una reducción del 30% del consumo energético del centro, lo que equivale a 50 toneladas menos de CO2 al año. Para ello, se han sustituido las calderas para la producción de agua caliente sanitaria por bombas de calor aerotérmica y ha realizado una instalación masiva de 180 placas solares fotovoltaicas en la residencia.
El Plan de Descarbonización de la compañía tiene como objetivo mejorar el desempeño en ecoeficiencia operacional de sus edificios, actuando en la gestión de sus instalaciones, con medidas de ahorro y eficiencia, y mediante la implementación de fuentes de energías renovables.
El responsable de energía de ORPEA Ibérica, Álvaro Alonso, explica: "Nuestra estrategia de descarbonización en edificios va en línea con lo pactado en la Conferencia de París (COP21) y con los objetivos climáticos de reducción de emisiones de carbono de la Unión Europea. El 40 % del consumo de energía final de la UE proviene de los edificios. Somos muy conscientes de la amenaza que presenta el cambio climático. Las medidas de rehabilitación y eficiencia, tanto en construcciones particulares como de empresas, son indispensables para la luchar contra este desafío planetario".