Aunque no es una historia muy conocida en España, es frecuente encontrar un cuarto rey mago en los belenes napolitanos. Como se relata en el cuento de Henry Van Dyke, existió un cuarto rey mago, Artabán, que partió al encuentro de sus otros tres colegas, llevando en su poder un diamante, un jaspe y un rubí. En el transcurso de su camino, tuvo que cuidar a un moribundo durante varios días y le ofreció el diamante para que el hombre pudiera continuar su camino; al llegar tarde a Judea -los otros tres reyes magos no le esperaron en su misión- se encontró con la matanza de Herodes y al intentar salvar a un pequeño perdió el rubí y fue condenado a 30 años de prisión. Por último, cuando pudo salir de la prisión, estaban crucificando a Jesucristo y al ir a su encuentro pudo ver a un padre vendiendo a su hija para saldar sus deudas, por lo que cambió el jaspe para salvar la vida de la chica.
Dicho de otra forma y resumiendo, Artabán fue un personaje que cayó en el olvido porque llegó tarde, poniendo excusas, y sin haber cumplido la misión que tenía encomendada; vamos, lo que en Castilla llamamos ser un “maulas”. Y es que, me van a perdonar, pero en los próximos años nos jugamos demasiado como para que tengamos a Artabanes ocupándose de elaborar las políticas necesarias para las personas mayores.
Comenzamos un curso escolar que comprende el último cuatrimestre de 2022 y los dos procesos electorales que tendremos el próximo año: las elecciones autonómicas en mayo, y las elecciones generales en diciembre. Y lo hacemos con el eco -ya lejano- de la pandemia y la cuarta vacuna, y con el eco -más cercano- de la crisis energética, de la invasión rusa en Ucrania, de la inflación desbocada, de lo caros que serán los libros y uniformes este año en la vuelta al cole y de la subida de las hipotecas para las familias españolas. Y es que lo que todos estamos viendo venir es una situación de recesión económica que si bien va impactar de forma brusca en las familias españolas, lo hará de forma hiriente en el sector poblacional más desprotegido: las personas mayores.
En breve, todos los partidos políticos comenzarán a contactar con las asociaciones empresariales del sector para contrastar sus propuestas electorales, sin darse cuenta de que quien realmente tiene que validarlas son los propios mayores. No obstante, para los amanuenses que tienen la encomienda de redactar los programas electorales, vamos a sugerirles cuáles serán los retos que, como sociedad, debemos abordar de una forma inmediata si queremos gozar de una estabilidad económica, social y laboral.
Pensiones
Parece ser que el sistema de pensiones se indexará al IPC para el año 2023, lo que puede suponer un incremento de un 8% para el año que viene. Aplaudo esta medida, siempre que no tenga detrás la trampa (que la tiene) de coger la cotización media de los últimos 35 años frente a los 25 años actuales. Este pequeño juego de prestidigitación reducirá la media de la cuantía destinada a las pensiones en España en un 9%. Por ello es posible que a pesar de que oficialmente se suba un 8% las pensiones a nuestros mayores, muchos mayores que se incorporen por primera vez a su bien merecida jubilación, reciban la misma con una minoración del 9% para que posteriormente les suban un 8%.
Nuestro sistema de pensiones no requiere de trucos cortoplacistas, requiere un gran pacto social, económico y político, que fije una nueva edad de jubilación y unos incrementos anuales que garanticen el poder adquisitivo de los mayores de nuestro país. Tendremos que rediseñar el sistema para conseguir que sea viable, y ello nos llevará a tomar decisiones sobre el origen de los fondos que serán necesarios, pero no contemplo que ningún partido aspire a gobernar España en diciembre de 2023 sin plantear un sistema de pensiones sostenible en el tiempo y que cuente con el respaldo de la sociedad española.
Sistema de cuidados
Es el segundo punto crucial para nuestro sector. Debemos fijarnos como objetivo que los mayores puedan permanecer en sus domicilios el mayor tiempo posible, facilitándoles los servicios necesarios para ello. Potenciar los servicios de teleasistencia, ayuda a domicilio o centros de día, son medidas que ya nadie discute en nuestro sector. Surgirá, de forma paralela una nueva cartera de servicios para ofrecer una alimentación saludable a los mayores en sus hogares, o servicios de lavandería a domicilio.
Cuando una persona ya no pueda vivir en su domicilio, las residencias serán el recurso que velará por nuestro bienestar. Y hablamos de residencias donde se vele por la atención individualizada, por trabajar con las historias de vida de cada persona, por vivir en residencias que libremente hayan elegido los mayores y sus familias, y donde si una persona no está conforme, pueda realizar un cambio automático a otro centro de su elección. Y puedo garantizarles que esa libertad de elección será la mejor auditoría de calidad que tendrán los centros en España.
Por último, queda por desarrollar toda una serie de nuevos servicios de alojamiento para personas mayores, un ámbito que tiene que ser potenciado y regulado para evitar abusos, engaños y estafas a los mayores. Todas estas nuevas iniciativas son bienvenidas, pero siempre que cuenten con las mismas exigencias y requisitos que el resto del sector (ratios, metros cuadrados, inspecciones, servicios ofrecidos, tipos impositivos y topes económicos).
Sistema sanitario
O establecemos una verdadera coordinación sociosanitaria en nuestro país, o de nada servirá que las comunidades autónomas sigan intentando resolver este problema cada una por su cuenta. Tenemos la fortuna de contar con algunos de los mejores gestores sanitarios del mundo, como Iñaki Ereño o Juan Abarca Cidón. ¿De verdad resulta tan complicado escucharles y trabajar sobre unos diseños que permitan una atención sanitaria de calidad, sostenible y universal? El sistema sanitario de nuestro país se ha quitado de en medio la atención sanitaria de los mayores, y ha delegado en las residencias dichos cuidados. ¡¡Mal, mal y mal!! Ninguna persona pierde su derecho a la atención sanitaria por un cambio de domicilio, salvo... que seas una persona mayor y vivas en una residencia. Ahí te conviertes en un ciudadano de segunda y el sistema de salud pública se lava las manos siempre que puede.
Manos a la obra, pues, para poder abordar un correcto sistema de coordinación sociosanitario de una vez por todas, y que garantice el mismo nivel de atención en cualquier comunidad autónoma de nuestro país, y donde no se discrimine a nadie por su edad o por el lugar en el que vive.
Formación de personal
Ahora mismo no hay en el mercado laboral el personal que vamos a necesitar en el ámbito sociosanitario. Y no me vengan ustedes con que si se paga más, se podrá encontrar el personal necesario, cuando los propios sistemas de salud de las comunidades autónomas tienen carencias de personal. Lo que sucede es que el problema es tan grave que se requiere el desarrollo de un plan transversal que implique a varios ministerios para trabajar de forma coordinada.
Lo primero de todo, necesitamos hacer un estudio que nos indique la previsión de médicos, enfermeros, fisios, gerocultores y demás categorías que vamos a necesitar en los próximos veinte años. Por un lado, debemos poner en marcha el plan de formación que garantice que dispondremos del volumen necesario de titulados, y esto involucra a los ministerios de Trabajo, al de Universidades y al de Educación y Formación Profesional, así como a las correspondientes consejerías a nivel autonómico; involucra también a los colegios profesionales para eliminar todas las restricciones y a todas y cada una de las universidades españolas.
Por otro lado, debemos implementar una serie de medidas urgentes y que deben ser desarrolladas a muy corto plazo, involucrando a los ministerios de Trabajo, Migraciones, Seguridad Social, al de Universidades y al de Educación y Formación Profesional. Es necesario agilizar la convalidación de titulaciones extranjeras, y poder desarrollar un plan atractivo que favorezca que ciudadanos de otros países, debidamente cualificados, puedan venir a trabajar a nuestro país.
Impuestos
¿Para cuándo un IVA superreducido para todos los servicios a las personas mayores? El próximo gobierno que tenga la responsabilidad de dibujar la fiscalidad de nuestro país, no puede seguir castigando a 9 millones de españoles, aplicándoles un tipo impositivo que no se corresponde con bienes y servicios de primera necesidad. El IVA del 4% debe aplicarse a todos los servicios de atención a la dependencia, independientemente de si dichos servicios son cofinanciados por las administraciones o no. En términos de fiscalidad, se grava el servicio prestado, no el pagador de dicho servicio. Ha llegado la hora de que el partido que tenga la responsabilidad de gobernar los próximos cuatro años, diga de antemano qué piensa hacer en relación a este impuesto para los mayores.
Espero, quiero y deseo que se pueda alcanzar un gran pacto de estado en el que los principales partidos políticos, los agentes sociales y las principales asociaciones de personas mayores de nuestro país, puedan sentarse para establecer las bases que garantizarán una vida digna durante los próximos años a los mayores de nuestro país. Soy un apasionado de la Navidad y éste será mi deseo para esta próxima noche de Reyes, pero entenderán, queridos lectores, que no le vaya a realizar mi encargo a un maulas como ese tal Artabán.