El director de Dependencia.info, Josep de Martí, dio su punto de vista sobre el borrador del Ministerio de Derechos Sociales de criterios comunes para la acreditación de residencias de personas mayores y que propone un nuevo modelo de centros, tanto en su organización y funcionamiento como en el diseño arquitectónico. Opina que las propuestas del Gobierno se hacen desde la desconfianza en el sector y tiene claro que va a ser poco útil porque lo que se apruebe serán recomendaciones que las comunidades autónomas podrán incorporar a sus programas o no.
“De acuerdo con el artículo 34, los criterios comunes no pueden invadir las competencias de las CCAA, como estas competencias son exclusivas, al final, la aplicación de estos criterios depende de la voluntad de estas comunidades”, opinaba Josep de Martí en la celebración de la jornada ‘Los cuidados de calidad para las personas mayores’, organizada este lunes por la CEOE en Madrid y a la que han asistido las patronales CEAPs, AESTE, ASADE y FED, así como otros profesionales del sector y que aportaron también su visión sobre el documento del Gobierno.
Así, el director de Inforesidencias, apuntaba que “si hay alguna comunidad autónoma que, a pesar de que se aprueben los criterios, no los quiere aplicar, el Estado no tiene forma de obligarlas a que apliquen estos criterios que han aprobado” y añadía: “¿Son obligatorios? No, lo que dice la ley es que, sin perjuicio de las competencias de las CCAA, el Estado puede, a través del Consejo Interterritorial, dictar unas normas comunes de acreditación, pero no tiene una competencia clara y solo se aplicarán si las comunidades quieren aplicarlos”.
“Una prueba de que esto es así -continuaba De Martí- es que todavía hay muchas CCAA que no han incorporado a sus normativas muchos de los primeros criterios que se aprobaron en 2008”. Este experto en atención a las personas mayores opina que todo esto hace pensar que lo que proponga el Gobierno a través del IMSERSO “será algo muy orientativo, pero si las CCAA no quieren aplicarlo, no lo aplicarán”.
Josep de Martí entiende que el Gobierno está en “una línea de desconfianza” en el sector de las residencias y como pudo verse en el programa de TVE ‘Las Claves del Siglo XXI’, algo que “injustamente” da a entender que “no se trata de unas medidas de acreditaciones comunes para mejorar, sino para evitar los desmanes que hay”.
Con todo esto, el fundador del portal buscador de residencias hacía una reflexión final:
1.- Desde la Administración "quieren sacar lo que sea".
2.- El sector privado necesita recuperar la confianza injustamente perdida
3.- Las administraciones tienen que priorizar el gasto en dependencia (2% del PIB)
4.- Analicemos a fondo este documento, o los que vengan, y propongamos alternativas desde el sector.
5.- Que esto no nos despiste del doble reto demográfico y económico
6.- Y la última: mejor si vamos con la Administración de nuestro lado.
El problema es la acreditación
Opinó también en el encuentro en la sede de la CEOE Aitor Pérez Artetxe, socio-director de GEROKON, que entiende que no es bueno el asunto de la acreditación. “¿Por qué tiene que haber dos autopistas?” se pregunta, para apuntar que “una es la de los acreditados y otra la de los no acreditados, es decir, los requerimientos tendrán que establecerse en función de las necesidades de las personas y no de quien paga la plaza”.
Además, señalaba que si hablamos de acreditación hay que ser realista también porque “tiene que tratarse de una acreditación que tenga sentido”.
“Ahuyenta la inversión”
El plan del Gobierno para cambiar el modelo de residencias tampoco convence a los que se encargan de construirlas. De esta forma, participó en el debate el presidente ejecutivo de Healthcare Activos, Jorge Guarner, que dejó claro que limitar los tamaños máximos de las residencias no solo afecta al ánimo para invertir en el sector, sino que lo ahuyenta: “No solo no estimula, la ahuyenta completamente”.
“Como salga una cosa que no tiene ningún sentido y que no vela por la calidad de la atención y que es insostenible en sus costes, la inversión se va a otro lado”, subrayaba este inversor que añadía: “Nosotros ya estamos mirando empezar a invertir en Portugal y ya vamos a invertir en Alemania. Nuestra idea era seguir invirtiendo en España, pero como esto vaya para adelante, pararemos”.
Arquitectura de residencias propuesta
El arquitecto especializado en el diseño de centros de atención para personas mayores Marc Trepat (B\TA Arquitectura) participó en la jornada y explicó por qué el proyecto del Gobierno para cambiar el modelo de residencias desde el punto de vista arquitectónico, con una apuesta decidida por la creación de unidades de convivencia de 15 personas, no es válido. No entiende por qué tienen que ser de 15, ya que el Gobierno no aclara en el proyecto la idoneidad de este número de convivientes frente a 20 o 12.
“Fundamentalmente, el principal problema es porque no saben, no entienden, no tienen claro qué es una unidad de convivencia y los costes aparejados que conlleva. Que las ratios vayan a aumentar es una cosa que, en función de la dependencia, podrá pasar, pero el error fundamental está en las limitaciones de las capacidades de las unidades de convivencia y, sobre todo, la limitación al tamaño final del equipamiento”, expuso.
Perfiles de atención y ratios
Por su parte, para Alejandro Gómez Ordoki, de Gestión en Servicios Sociales, el informe carece de una profundización en los perfiles de los trabajadores que han de ocuparse del cuidado de las personas mayores: “Hay un principio fallido que es el de resumir todos los posibles perfiles de atención en uno único. En la medida que haya una dispersión de los perfiles en los centros la ratio puede llegar a ser insuficiente a todas luces y lo que viene a futuro es que cada vez son más complejos”.
Gómez Ordoki recuerda que “si el futuro pasa por unidades de convivencia y queremos ratios estáticas, probablemente, la inyección de financiación para dar respuesta a ese modelo será inasumible”. Y añade: “Eso nos obliga a generar ratios que sean dinámicas que reaccionen con los perfiles. Para que haya un reconocimiento de dotaciones de personal que sean capaces de dar respuesta a esos perfiles, necesitamos desdoblar el grupo II-III y probablemente tengamos que dejar de hablar del BVD (Baremo de Valoración de la Dependencia) porque no se pasa periódicamente en los centros y no tenemos constancia de que se pueda medir esa dinámica de evolución en la dependencia”.