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PRESIDENTE DE LA PLATAFORMA DE MAYORES Y PENSIONISTAS

La Plataforma de Mayores y Pensionistas (PMP).
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La Plataforma de Mayores y Pensionistas (PMP). (Foto: PMP)

Ángel Rodríguez Castedo celebra el incremento de fondos para Dependencia pero avisa: “Hay que tener recursos y hay que gastarlos bien”

jueves 28 de octubre de 2021, 02:11h

La nueva Plataforma de Mayores y Pensionistas (PMP) se presentaba recientemente en el Senado como “el movimiento asociativo más importante a nivel nacional”. Su presidente Ángel Rodríguez Castedo ha repasado con Dependencia.info algunos de los temas de actualidad que atañen a las personas mayores y al respecto del incremento de los fondos destinados a Dependencia tiene clara una cosa: “Hay que tener recursos y hay gastarlos bien”.

Valora que haya cierta unanimidad en que haya un cambio de modelo en los cuidados porque "el modelo, básicamente, debe de estar en torno al hogar, es decir, envejecer en el hogar, que es lo que quiere la persona mayor", pero advierte: "Eso es muy bonito decirlo, pero hay que montar una enorme cantidad de cuidados profesionalizados".

¿Qué es PMP, por qué lo habéis decidido ahora y en qué consiste, cuáles son vuestros objetivos?

La plataforma nace como un proceso de confluencia de las organizaciones, federaciones y confederaciones de mayores y pensionistas más importantes o más representativas de nuestro país que representan a más de 15.000 asociaciones y a más de cinco millones y medio de socios. Las grandes confederaciones como CEOMA, UDP o CONJUPES se dan cuenta de que es importante confluir, hacer un camino muy parecido al que hicieron las organizaciones de personas con discapacidad hace años y confluyeron y se consolida el CERMI como una gran plataforma también de personas con discapacidad y que facilita mucho la interlocución con los poderes públicos y con organizaciones sociales.

En un mar de siglas necesitas una plataforma, sobre todo cuando se pretende la interlocución con los poderes públicos y con la sociedad. Y para mí lo más esencial de las posibilidades que tiene es desarrollar un necesario diálogo civil en relación que preocupan a los mayores, tanto a nivel de derechos como de necesidades, que las tienen.

Se pretender, por tanto, ese contacto que permite ser consultado, ser escuchado en las decisiones y en las políticas que afectan a las personas mayores y que no se haga nada sin contar con la opinión previa de las personas mayores y los pensionistas.

¿Esto significa que las grandes plataformas como CEOMA o UDP, por ejemplo, dejan de existir? ¿Es una fusión o simplemente es una unión para ser más fuertes?

No es fusión, en absoluto. Las organizaciones siguen manteniendo sus órganos y sus actividades. Es unirse para ser más fuertes, para tener una capacidad de interlocución social. Y esto es lo que se pretende con otras organizaciones relacionadas con la soledad de las personas mayores.

Todas mantendrán su histórico, su realidad en los sitios en los que operan, pero que quieren formar parte de una idea de unión de cara a ser más sutiles en este necesario diálogo

¿Ha tenido algo que ver la pandemia en la conformación de esta plataforma?

No. La pandemia ha sido un choque fuerte en cualquier tipo de organización o proyecto, sobre todo en el ámbito social y sanitario, pero también en el económico. Ha sido un golpe importante en cualquier sociedad, pero no. Ellos empiezan el proceso antes de la pandemia y conmigo contactan a finales de 2019. Ahí van madurando la idea fijándose y viendo el funcionamiento del CERMI.

La pandemia sí provocó que algunos planteamientos, algunas actividades que se proponían se intensifiquen más, pero es un proceso que ellos habían iniciado con anterioridad.

¿Cómo ves tú a las personas mayores ahora mismo, en qué situación en la sociedad están las personas mayores en general?

Hay muchas personas mayores que viven muchas circunstancias distintas. En ellos se ve también lo que es una sociedad. Hay mayores que tienen posibilidades de viajar, de salir y entrar y de llevar una vida prácticamente muy parecida a lo que era su vida activa y hay otras personas mayores que tienen una cantidad de necesidades que terminan siendo mayores de lo que eran antes de la jubilación.

Hay que ganas de sentirse activos, saludables, y de participar a la sociedad a la que pertenecen y no sentirse como esas ráfagas de edadismo y microdiscriminación que permanentemente se tiene con los mayores. Esa sensación de que está “chocho” o no hay manera de hablar con él o que necesitan demasiados cuidados sanitarios.

Esos ataques a la dignidad de la persona mayor, que no se hable con ellos de igual a igual, porque hay que hablar muy alto como si fuesen todos sordos, es lo que más duele en determinados escenarios de la vida diaria.

Cuando uno se va haciendo mayor y cada vez más mayor nota que ya hay un rechazo a la presencia del mayor y esto es un tema que hay que abordar con gran fuerza para ir avisando a la sociedad de que cuando se producen este tipo de conductas estamos hablando de nuestros padres y de nuestros abuelos. Por tanto, si a nuestros padres y a nuestros abuelos, como todos los ciudadanos, deseamos que se les trate con dignidad, pues hombre, usted trate con dignidad también al resto de mayores.

¿Qué es lo más urgente ahora mismo para las personas mayores? La posibilidad de acceder a una residencia, las pensiones, la sanidad…

Pues lo que siempre fue urgente y lo seguirá siendo. Primero, el tema de las pensiones, es obvio, porque es la nómina que tiene una persona para su vida diaria una vez que se jubila. Por tanto, el mantenimiento del poder adquisitivo de las pensiones es un elemento fundamental.

También el tema de la sanidad es otra de las grandes preocupaciones, como el tema de los cuidados. Muchísimos mayores quieren los cuidados en el hogar. La gente quiere envejecer, morir en casa y cuando esto no es posible, en una en una residencia para mayores. Con esto, la coordinación sociosanitaria.

También el envejecimiento saludable. Ese mayor que te cruzas con él por la calle y va a hacer gimnasia o va a hacer la compra o va un viaje o va con un grupo de gente en bicicleta a darse una vuelta. Ese mayor está ahí y es mayoritario.

Igualmente, está el tema de la soledad no deseada, algo muy cruel cuando uno piensa en personas que están y que se sienten solas porque a veces hay gente que está sola porque quiere estar sola y en la soledad deseada que es respetable, sea uno mayor o sea un señor o una señora de 40 y 50 años. Pero la sensación de sentirte y saber que estás sola en tú 3º A sin un ascensor que te impide bajar a socializarte y a relacionarte en el comercio o viendo a tus vecinos en la acera y charlando. Eso es una situación bien dura y que también habrá que urgir a las administraciones a que de una vez pongan en marcha la estrategia contra la soledad no deseada.

Y luego lo que siempre hablamos de la discriminación, del edadismo que está muchísimo en el lenguaje del día a día. También los maltratos. Porque los maltratos existen. No queremos hablar de ellos porque nos avergonzamos en el fondo, pero existen. Y hay maltrato físico y también muy abundantes el maltrato psicológico.

¿Cómo valora la PMP la situación actual de los cuidados a las personas dependientes?

Creo que es un tema muy hablado por todos los que están en el debate social y, sobre todo, en el debate pero ya buscando articular medidas concretas porque si no los instalamos en un debate permanente, que no avanza y no se concretizan en nada es muy frustrante.

La pandemia hizo bajar de las reflexiones a lo concreto ante la situación vivida. Estamos viviendo un momento que considero bueno, por lo menos mejor que hace unos años en el sentido de que se han incrementado los presupuestos dedicados a la Ley de Dependencia y Autonomía Personal, que en definitiva es una ley de cuidados. Además, hay voluntad política de seguir incrementando estos fondos.

Por tanto, la preocupación está, pero tenemos un poquito más de recursos, que siguen siendo pocos para dar una respuesta global a todos los problemas de la dependencia, pero también hay que ser realistas y ver que no se arregla todo teniendo dinero y recursos, hay que tener recursos y gastarlos bien. Por tanto, hay recursos y hay voluntad concreta de los actores que están para arreglar el tema para arreglar temas que todos conocemos muy bien y que hay que abordarlos.

¿Pensáis que hace falta un cambio de modelo?

Yo creo que es algo en lo que todas las partes que operan en el sector están de acuerdo en que hay que cambiar el modelo y el modelo, básicamente, debe de estar en torno al hogar, es decir, envejecer en el hogar, que es lo que quiere la persona mayor y la mayoría de las familias. Eso es muy bonito decirlo, pero hay que montar una enorme cantidad de cuidados profesionalizados, con distintos perfiles de profesionales, no solamente es un auxiliar de ayuda a domicilio, sino que hay terapeutas ocupacionales, trabajadores sociales y muchos más si queremos hacer las cosas bien.

Y sobre atenciones en el hogar, muy bien, pero hay adaptar las viviendas, en algunos casos al menos, para que la persona pueda estar cómoda en su hogar y con ayudas técnicas.

Y luego está el cambio de modelo también en el ámbito residencial. Tenemos unas residencias que fueron construidas hace tiempo, otras no tanto, pero que respondían a un tipo de prestación y que con todos los defectos que se puedan considerar por parte de la gente, son unas instalaciones razonablemente buenas a nivel de nuestro país.

Evidentemente, tienen los problemas de falta de plantillas, estresadas y muy mal retribuidas, pero hay que subir el coste plaza día de la concertada porque si usted quiere más personal y mejor retribuido y más tipos de profesionales dentro, hay que dedicar bastantes más recursos de los que dedicamos. Y ahí entran debates enormes, como el modelo de la Atención Centrada en la Persona, que todo el mundo apuesta por él pero hay que operar sobre el número de trabajadores, con otro tipo de profesionales que faciliten una vida lúdica, no solo preocupados de levantar, lavar y acostar.

Además, si decimos que son un hogar, tiene que haber una intimidad personal de cada uno, pero tiene que haber un encuentro con un grupo de personas con las que yo me encuentro, como me podría encontrar en el parque de mi barrio o con los vecinos cuando salía la a calle.

Hablabas antes de Presupuestos y de incrementos, pero ¿es suficiente?

Todos queremos más. Pero no porque de golpe tuviésemos ahora mismo seis mil millones, es difícil gastarlo. Y aquí creo que habría que hablar mucho de la Economía de cuidados. Es un sector que puede generar mucho empleo, hay un factor económico muy importante. No hay que hablar de pobrecitos que necesitan cuidados, no. Primero, es un derecho y, segundo, genera empleo.

Para terminar, ¿cómo crees que se ha tratado a las personas mayores en las residencias?

Es fácil hablar a posteriori, pero incluso con una reflexión ponderada y no exaltada de la mirada que podemos hacer hacia tras, está claro que la coordinación sociosanitaria no funcionó. Fue muy lesiva para muchísimos derechos de muchísimas personas mayores, que murió más gente de la que hubiese muerto si hubiese funcionado una coordinación sociosanitaria por un lado y una evacuación hacia la vía hospitalaria. Allí teníamos todos el mismo derecho.

Una buena opción en algunos sitios fue desviar hacia establecimientos que podrían ser, por ejemplo, hoteles. Pero si una persona que está en su casa tiene derecho a la Atención Primaria del Sistema de Salud, también tiene derecho el que tiene una atención en una residencia de referencia, que todos decimos enfáticamente que es su hogar.

Estoy convencido de que se planteará y se solventará la atención sanitaria, tanto de atención primaria como en atención hospitalaria, en función de donde esté la residencia y tendrá una atención con plena igualdad.

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