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Upimir: "No se trata solo de dinero"

Por Dependencia.info
martes 27 de abril de 2021, 01:20h

La Unión de Pequeñas y Medianas Residencias de Cataluña (Upimir) ha emitido un comunicado al respecto de la situación del sector tras la pandemia y en defensa de los trabajadores que han dado todo de sí mismo a pesar de la imagen del sector geroasistencial:

Nuestro sector, el de las residencias de mayores y los centros de día, no solucionará jamás sus actuales problemas solo con dinero, en absoluto, es fácil adjudicar a tal infrafinanciación y precariedad los males de todo, pero eso es una falacia que solo empeora nuestra ya mancillada imagen y nuestra repercusión social entre quienes más nos necesitan, los mayores y su entorno familiar.

El sector geroasistencial y los centros de atención a la dependencia, además, sufren como pocos el estigma de la generalización, todos son malos, todos son especuladores, todos carecen de formación y personal, todos esconden miserias tras sus paredes, un “todos” injusto y contra el cual UPIMIR se revela como no participe de esa injusta generalización.

Los centros que componen nuestra patronal, 179 empresas en la actualidad y más de 210 residencias en forma de establecimiento residenciales, no son más que PIMES, es decir pequeña y mediana empresa, centros donde sus propietarios los trabajan y se intentan ganar un sueldo, no hacer negocio, centros en los cuales las familias y los usuarios conocen en persona y acceden a diario a los propietarios, por ello estamos en la Junta Directiva de PIMEC y por ello abogamos y defendemos las pequeñas y medianas residencias, lugares para vivir, y para estar atendidos y cuidados, con respeto dentro de la legalidad y de la voluntad de quienes gozan de nuestras atenciones y sus allegados, con intensidad humana cada día, en condiciones de dificultad empresarial máxima por tamaño y sector, siendo generadores de empleo a un colectivo con poca formación académica, mayoritariamente mujeres con un perfil, caso de no trabajar con nosotros, de difícil inserción laboral en sector alguno, paganos de impuestos de todo tipo sin rechistar y con agravios comparativos tales como tener usuarios que tributan un 10 % de IVA y otros solo un 4 % por el mismo servicio y aun así unificamos tarifas.

Hemos pasado ya un año de pandemia, ni a nuestro peor enemigo, le deseamos lo que hemos vivido y cómo anímicamente estamos.

Estamos ahora con ocupaciones bajo mínimos y con una imagen corporativa más propia de del crimen organizado que de un establecimiento social, nadie nos defiende y nosotros mismos en vez de unirnos seguimos en rencillas sobre tamaño, modelo y aun levantando ampollas sobre COVID y tipología de centro.

Todo esto no se arregla con dinero, en absoluto. La imagen de sector, la dignidad profesional, la decencia de nuestros equipos, el tesón, el esfuerzo y la dedicación que cada día empleamos en cumplir con las expectativas generadas en nuestros centros, la repercusión mediática de la que somos parte y cómo solo se nos menciona para mancillar y ensuciar nuestro trabajo, todo esto no se arregla con dinero.

Tal vez es hora de que todo el sector defienda unido, que si no existiéramos, la actual sociedad tampoco lo haría, ¿cuántos hombres y mujeres no podrían hacer su vida actual si sus padres, madres, esposos, esposas u otro vinculo de proximidad no estuviesen ingresados en una residencia?, ¿cómo funcionaría y estaría de colapsado el sistema público de salud sino atendiéramos en nuestros centros a los residentes?, ¿qué número de trabajadores dependerían de ayudas públicas, las cuales pagamos entre todos vía impuestos sino estuviesen en nuestras nóminas?, ¿cuánto se dejaría de ingresar en tributos e impuestos si las residencias se volatilizaran?

Supongo que en otros sectores también se vive con rabia el momento, pero es que el de residencia y centros de día llevaba ya un bagaje de ultraje suficiente como para que solo una gota colmara el vaso.

O revertimos la situación o estamos encaminados a ser pasto de las llamas, a que los que de forma interesada y con actuaciones y discursos más viscerales que cerebrales cuestionan nuestro quehacer, eso sí, sin dar alternativas, solo críticas destructivas rallando la difamación. Necesitamos ayuda de las administraciones y de los medios de comunicación, en este último año hemos conocido periodistas que junto a nosotros han vivido lo duro de lo acontecido, ahora son amigos y confidentes.

Aun así, hemos sido cuestionados, para muestra un botón, hace poco una senadora de un representativo grupo parlamentario estatal nos pedía si podíamos hablar sobre los usuarios que murieron de hambre y frio, ¡de hambre y frio! ¿en serio puede tener alguien la inconsciencia de preguntar tamaña barbaridad? pues si y además senadora para mayor “INRI”.

¿Sinceramente merecemos lo que estamos sufriendo? En fin y para acabar, orgullo de sector, orgullo de ser PIME, orgullo de profesión, le pese a quien le pese.

“Que ladren perros, como dijo Don Quijote a Sancho Panza, es señal de que vamos cabalgando”.

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