El Consejo Español para la Defensa de la Discapacidad y la Dependencia (CEDDD) ha alertado de la situación de vulnerabilidad a la que cada vez más se enfrentan las personas mayores y que se ha visto ahora, además, agudizada por la pandemia del coronavirus. La última Encuesta Europea de Salud en España (EESE) revela que el 19,5% de la población de 65 años en adelante tuvo dificultad para realizar alguna actividad básica de la vida diaria, como asearse (16,5%), vestirse (13,7%) y sentarse o levantarse (13,2%).
La adjunta a la Presidencia del CEDDD, Mar Ugarte, destaca que estos resultados apenas reflejan los primeros meses de pandemia: “Es pronto para ver los verdaderos efectos del confinamiento y la soledad en la salud de estas personas”. En el CEDDD no son optimistas y creen que las previsiones son poco halagüeñas, ya que la limitación del movimiento y el estado de ánimo a la baja puede afectar aún más a su dependencia funcional.
Por ello, este Consejo reclama una mayor financiación y designar más recursos a la Atención a la Dependencia con el objetivo de dar respuesta al cerca del millón y medio de personas dependientes que hay en España (1.356.473 a diciembre de 2020).
Pero al tiempo, la portavoz subraya que abogan por "dejar al ciudadano la capacidad de poder elegir el formato de atención que bajo sus circunstancias tanto personales como económicas decida para vivir". Ugarte explica con detalle a Dependencia.info lo que piden y cómo ven el sector de los cuidado a las personas mayores y dependientes:
- El Gobierno ha destinado 600 millones para un "plan de choque" de la Dependencia. Además, "tomará" de los fondos europeos otros 731. Cuando CEDDD "reclama más recursos para Atención a la Dependencia", ¿qué pide exactamente? ¿más dinero? ¿otra planificación?
Lo que solicitamos a través de nuestras entidades miembro es:
- Situar el presupuesto en el 2% del PIB y crear un Ministerio de Atención a la Dependencia.
- Solidaridad interterritorial: igualdad entre administraciones para que el estado cumpla con el 50% de aportación que marca la Ley de la Dependencia.
- Incrementar salarios: aumentar el sueldo de los profesionales de los centros residenciales garantizando la sostenibilidad financiera de las empresas y entidades.
- El Gobierno está decidido a cambiar el modelo de atención dando prioridad al cuidado domiciliario, ¿crees que va a cambiar mucho la forma de atender a las personas mayores y dependientes tras la pandemia?
Desde nuestros miembros asociados, entre los que se encuentran tanto entidades con plazas residenciales como con servicios de Atención domiciliaria, comparten en común compatibilizar el método de Atención Centrada en la Persona (ACP) con una atención sanitaria universal por parte de la atención primaria y siempre desde la libertad.
Ya ha habido una evolución en las dos modalidades de atención a las personas mayores en las últimas décadas y esto no obsta a seguir mejorando, especialmente a partir de lo ocurrido con esta pandemia.
Hago hincapié al respecto a una de nuestras premisas en CEDDD: dejar al ciudadano la capacidad de poder elegir el formato de atención que bajo sus circunstancias tanto personales como económicas decida para vivir.
- ¿Y sobre el modelo residencial?
En referencia al modelo residencial, el más cuestionado en esta pandemia, añadiré que no se trata únicamente de medicalizar las residencias sino de hacer frente a las necesidades sanitarias con una mayor presencia de la atención primaria y respetando el método ACP que hace posible que los centros se mantengan como "el hogar" de las personas y no acaben convertidas en un hospital.
El concepto de residencia hacia el que debemos encaminarnos debe estar basado, como en todos los países de nuestro entorno en tres elementos: el hotelero, financiado básicamente con aportaciones del usuario; el asistencial, que comporta los apoyos que genera la situación de dependencia y se debería financiar mediante el sistema de servicios sociales con participación del usuario según su capacidad económica, y el sanitario, que debería ser prestado y financiado desde el sistema público de salud.
"La residencia es mi casa": campañas mediáticas que pongan en valor los recursos asistenciales para mayores dependientes, entre los cuales están las residencias.
- ¿Estamos preparados para atender a domicilio a ese casi 20% de personas mayores de 65 años que han tenido problemas para realizar alguna actividad básica de la vida diaria?
Actualmente, el perfil tipo en nuestros días, es habitualmente una persona mayor que padece varias enfermedades crónicas, de larga evolución y derivando en una dependencia funcional o agravando la ya existente en el caso de que la tuviera.
En el ámbito de la Atención Domiciliaria existen actualmente entidades muy profesionalizadas, con recursos para atender a estas personas. Y reiterándome en las anteriores cuestiones, queda mucho por hacer pero con una visión clara de las necesidades de este sector. Nos referirnos a todos estos servicios que dan respuesta a las necesidades de las personas y sus familias en su día a día, ya sea para atenderlas en sus actividades diarias, darles apoyo en sus hogares, o como soporte de una efectiva conciliación laboral y familiar.
Para ello, respecto a la atención domiciliaria, los objetivos son:
- Promover el desarrollo en España de una normativa que, permita a cualquier persona acceder a los servicios descritos a precios que contribuyan a eliminar el mercado de economía sumergida, con garantías de legalidad, transparencia y calidad.
- Las necesidades particulares de primer orden deben ser satisfechas a través de un nuevo modelo de prestación servicios de asistencia y proximidad, sostenible a largo plazo y económicamente accesible para toda la población y así, eliminar la economía sumergida.
- Y algo tan importante como profesionalizar la prestación de los servicios a través de la formación específica de profesionales cercanos al entorno de las personas usuarias.
El CEDDD, que integra e impulsa la voz de más de 3.000 entidades y asociaciones que representan a la discapacidad y a las personas mayores, insisnte en recordar que la última Encuesta Europea de Salud en España concluye también que ocho de cada 10 mayores (82,0%) con dificultades para realizar actividades básicas de la vida diaria disponen de ayuda personal o técnica para ejecutarlas, aunque para más de la mitad (53%) esta ayuda es insuficiente.
“No olvidemos que en el año 2050 el 40% de los españoles tendrán más de 65 años”, recuerda Ugarte.