El director de la Fundación DomusVi, Javier Jiménez, ha repasado con Dependencia.info gran parte de los proyectos en los que está inmerso ahora mismo y ha hablado sobre cómo ha vivido el sector de la atención a la dependencia en general, y las residencias en particular, la pandemia por el coronavirus. Tiene las ideas muy claras al respecto de qué es lo que ha pasado y por eso insiste en que "los empleados de las residencias lo han pasado fatal".
El responsable de la fundación lamenta que "las administraciones, hasta la pandemia, de las residencias no se han preocupado nunca". Aun así, pide, para hacer las cosas bien en el sector, que "las administraciones inspecciones y sean duras con los incumplimientos".
¿Qué reflexión hace en primera persona de todo lo que ha pasado y está pasando con el coronavirus el responsible de la Fundación de una empresa tan grande y tan importante en el sector residencial, que ha estado en el centro, que ha sido foco de atención de la pandemia, como DomusVi?
A nivel personal, lo he vivido mal porque las noticias que oyes y lees no te gustan. Pero aquí hay dos caras: una, la cara hacia adentro con los empleados, cómo lo han vivido y cómo ha sido; y dos, la cara hacia fuera, lo que ha pasado, lo que ha vivido la Sociedad, los medios de comunicación, etc...
Yo parto de la base de que esto nos ha cogido a todos, no solo a las residencias, totalmente desprevenidos, empezando por las administraciones. Si hay culpa, la vamos a repartir, pero las administraciones, hasta la pandemia, de las residencias, no se han preocupado nunca. Repito, nunca. Se han preocupado de listas de espera, de la ayuda de la dependencia, de las plazas… todo papeleo. Pero preocuparse de verdad de las residencias, nunca.
Además, las inspecciones tradicionales del sector, las que hacen las administraciones públicas, han ido a las residencias a inspeccionar elementos que son puramente burocráticos y de administración. Nadie ha entrado de verdad porque nadie sabía y nadie era capaz de preveer todo esto.
Otro tema: yo siempre he dicho que de todas las imputaciones ante la Fscalía a muchas residencias de toda España, no hay ninguna que prosperará porque no hay nadie, ninguna residencia, o director, que conscientemente quiera hacer daño a los mayores. La gente ha actuado como ha podido actuar, con buena fe y con los conocimientos que tenía. ¿Quién en su sano juicio es capaz de actuar mal? Yo creo que nadie. Se ha actuado con los medios que había y los recursos justos para tapar agujeros.
Por último, en la primera oleada no había ningún medio de protección. Pero ni en las residencias ni en los hospitales.
¿Y desde dentro, los empleados?
Los empleados lo han pasado muy mal. Los directores ni te cuento. En la primera oleada, de repente, por la mañana, había mucha gente que llamaba diciendo que no iba a trabajar, que tenía miedo. En alguna residencia, de un día para otro, igual faltaban 15 personas, bien porque tenían los síntomas y les había dicho el médico que se quedaran en casa, bien porque tenían miedo.
Como les ha pasado a todas las empresas, el grupo movía cielo y tierra en el departamento de selección para que a primera hora de la mañana hubiera gente contratada para prestar el servicio.
Pero este es otro tema muy importante: el personal debe estar mejor formado y también debe estar mejor retribuido, porque al final, si no, es la parte pobre del sistema. Ya se sabe que los servicios sociales son la parte pobre del Estado de Bienestar. La Sanidad es la parte rica.
Esta pandemia ha probado que dentro del personal sanitario, las enfermeras por ejemplo, se van todas a la Sanidad Pública. En las residencias no hay. Las auxiliaries de geriatría no se van, pero las auxiliaries de clínica que pueden ir a la Sanidad Pública, se irán. Los medicos, también. Entonces, ¿qué médicos quedan en las residencias? Quedan médicos generalistas y muchos extranjeros que tienen su título homologado pero no son geriatras.
¿Qué opina al respecto del debate que se ha abierto sobre medicalizar o no las residencias?
No lo sé porque la residencia no es un hospital. Mucha gente ahora opina que hay que medicalizar, poner más servicios… Perfecto, pero cuando venga el debate en serio, el que dice que hay que poner más medios, más horas de personal cualificado (enfermeras y medicos), más recursos, todo el mundo sabe que esto tiene un coste y la administración cuando vea todo lo que sube dirá: “Para, para, para”. No hay que ser hipócritas.
¿Qué es lo que hay que hacer, entonces?
Creo que la administración tiene que inspeccionar y ser rígida, dura y severa con los incumplimientos. Y si hay que buscar otro modelo de residencias, implementarlo. La tendencia es que ahora las administraciones piden un número más alto de habitaciones individuales porque esto permitirá, a parte de la comodidad, trabajar y aislar en caso de entrada del virus en el centro.
Esto está bien. Poco a poco vayamos caminando hacia ese modelo. Pero es que si me preguntas ahora mismo quién es el responsible de las residencias en España, algunos dicen que el vicepresidente del Gobierno y ministro de Derechos Sociales, Pablo Iglesias, pero es que no le he oído hablar nunca de este tema.
La otra cuestión está ahora con los Centros de Atención Primaria, de los que dependen las residencias y mira cómo están los medicos. Pero, sobre todo, tiene que quedar muy claro que una residencia es el hogar, el domicilio, de las personas mayores. Y si es el domicilio, tiene el mismo derecho a ir al Centro de Atención Primaria o que el medico de urgencias vaya a la residencia como lo haría con cualquier otra persona. Y, sin embargo, esto no pasa.
Las administraciones dirán: las residencias nos han solucionado un problema porque les exijo que tengan un medico, pero en Francia (DomusVi pertenece a un grupo francés) todo el personal medico lo paga el Estado, que paga dos terceras partes del coste total de la plaza. Aquí en España, si no tienes derecho reconocido por la Ley de Dependencia, te lo tienes que pagar todo. Y a otros, de los 1.800 euros de plaza al mes, se le ayuda desde el Estado con 300, los otros los paga él.
Para terminar este punto, creo que tenemos todos, el sector, la administración y la sociedad en general, que hacer una reflexión sobre cómo queremos cuidar a nuestros mayores y si queremos hacerlo de una manera determinada, poner los medios y recursos. Porque esto no se acaba aquí, mayores va a haber siempre y vamos a vivir muchos años y vamos a utilizer recursos de la Sanidad durante muchos años porque la gente va a vivir muchos más años.
Esto no es un debate pasajero por la pandemia, como queremos cuidar va aser un debate permanente.
Vemos a un cuidador que maltrata a un mayor en una residencia o a una trabajadora despechada que hace fotos que se publican mucho tiempo después fuera de contexto y es noticia en todos los medios de comunicación. Pero nadie habla de las buenas noticias… ¿Qué tienen que hacer las residencias para mejorar esa mala imagen que les persigue?
Los medios de comunicación, sobre todo los audiovisuales, viven de las imágenes y si ven una de una persona mayor que se ha caido y es “alimentar al monstruo” porque ya está la sombra del maltrato. ¿Cómo lo alimentan también? Poniendo el micrófono a grupos de familiars, que siempre se quejan del poco dinero que se gastan las residencias en comida.
El ejemplo siempre es el mismo, te dicen que en determinada residencia se gastan 3 euros por abuelo y día en alimentación. Si solo se habla de la materia prima y no se incluye el personal que lo compra, lo prepara y lo sirve, además de la energía, pues parece poco, pero es igual que en casa, con un manojo de acelgas comen cuatro y ese manojo vale un euro.
Luego está también que el periodista no va a un centro pequeño que está en un piso en el que hay 7 u 8 residentes con una auxiliar que va cuando va. Busca el escándalo con la comida en una residencia de 180 usuarios porque es más atractivo.
Pero buscando soluciones, creo que tiene que haber total transparencia. Las residencias tienen que estar siempre abiertas: entra, pasa, mira, abre, pregunta, que te enseñen todo, pasea por el centro… Las visitas no se pueden preparar. La residencia está como está. Si está sucia no te vas a poner a limpiar rápidamente antes de la visita. Si está limpia es porque está siempre limpia. Si vas a una hora determinada vas a ver lo que hay.
Por otra parte, si ves y oyes que una cuidadora se dirige a un usuario con amabilidad y con cariño, sabras que ese es el estilo de esa residencia. Si al pasar por el pasillo te saludan, verás que eso es una residencia amable. Sin embargo, si entras y ves malos gestos, voces altas, mal humor, malas caras y poca gente, sabras qué hay y cómo puede ser la vida ahí para un ser querido.
Las residencias tienen que hacer bien las cosas. No hay excusa. Cuando dicen que dan calidad, se debe contrastar. Las administraciones deben medir eso de la calidad. Nosotros tenemos una empresa que nosh ace encuesta de satisfacción de clients. Claro que se quejan, como en todas partes, pero cuando nos dan los promedios, tenemos los datos, la mayoría nos puntúa muy bien y aquellos que se quejan, lo hacen siempre por la ropa y la comida.
17 normativas diferentes en España no ayudan a funcionar…
Como representante de una empresa privada que opera en toda España, esto de tener 17 o 18 normativas diferentes es un lío. Un ejemplo es que la misma plaza concertada en Cataluña, País Vasco, Andalucía o Galicia tiene cuatro precios diferentes y el convenio, muchas veces, es el mismo. Es decir, si vives en el País Vasco vas a tener plaza segura con personal bien pagado (aunque siguen protestando), pero si vas a Asturias, te pagan “dos duros”.
Además, la administración pública no gasta, no mueve un dedo, no invierte. En Cataluña no construyen residencias, Concierta y ya está. Que está bien concertar, pero si el modelo es la concertación porque no quieres invertir en piedras, muy bien, haz un plan, regula, mira dónde estás, qué quieres hacer y págalo.
También te aseguro que, tal y como apunta el horizonte económico, con otra crisis económica en ciernes, todos estos debates y asuntos a tratar sobre el funcionamiento de las residencias se van a quedar en el cajón.
Como conclusion te diré que donde mejor vas a estar es en tu casa hasta que, por el tipo de cuidados y dependencia, el entorno, tu familia no pueda cubrir tus necesidades, entonces sí, una residencia es lo adecuado.