La Asociación Navarra de Entidades Asistenciales (ANEA), la Asociación de Amigos de la Colegiata de Roncesvalles y el Consejo Navarro del Movimiento Europeo han homenajeado este sábado a las personas que han fallecido en las residencias de mayores y han reconocido el trabajo de los profesionales de estos centros durante la pandemia. El acto se ha celebrado en la Real Colegiata de Roncesvalles, coincidiendo con el Año Jubilar de la localidad y como símbolo de la hospitalidad y el cuidado hacia los más débiles.
El homenaje es un reconocimiento al impacto que ha tenido la COVID-19 en los centros residenciales de la Comunidad Foral de Navarra, donde ha producido el contagio de más de 1.200 personas residentes y de más de 700 trabajadores y trabajadoras, según el informe del Observatorio de la Realidad Social en Navarra. Ha contado con la presencia de Carmen Maeztu, consejera de Derechos Sociales del Gobierno de Navarra, Juan Ramón Corpas, presidente de la Asociación de Amigos de la Colegiata de Roncesvalles y del Consejo Navarro del Movimiento Europeo y Rafael Sánchez-Ostiz, presidente de ANEA.
Sánchez-Ostiz ha señalado que “la primera reflexión que podemos obtener es que los mayores que viven en estos centros son personas, ciudadanos con derecho a recibir una atención sanitaria de calidad” y ha insistido en que “no se pueden repetir situaciones de limitaciones de derechos como las que se han vivido durante la crisis sanitaria”.
En este sentido, el presidente de ANEA ha destacado que “las residencias no están preparadas para curar, pero sí para cuidar, por lo que, si se convierten en recurso sanitario, deberán contar con tests diagnósticos, equipos de protección y profesionales para atender a los residentes contagiados”.
Por su parte, Juan Ramón Corpas, presidente del Consejo Navarro del Movimiento Europeo, ha realizado un recorrido sobre las más significativas pandemias de la Historia hasta llegar a la que actualmente sufrimos y ha afirmado que “las residencias de mayores han sido infamadas y descuidadas, desamparadas y condenadas al aislamiento y la indefensión”. En este contexto, “ANEA representa el colectivo que ha tenido y tiene que afrontar tan dolorosa situación con pocos medios, en medio de una atmósfera de angustia y de improvisación, cuando no de negligencia”.
Carmen Maeztu, consejera de Derechos Sociales del Gobierno de Navarra, ha clausurado el acto reconociendo la aportación de las personas mayores a la sociedad y el trabajo de las personas que han afrontado el virus desde la primera línea: “vuestra labor ha estado llena de generosidad”: Ha admitido que “la COVID19 se ha cebado con las personas mayores y, en especial, con las que viven en las residencias” y ha reiterado el compromiso del Gobierno de Navarra con la promoción del envejecimiento saludable y la adopción de políticas públicas que faciliten la autonomía de estas.
Finalmente, se ha nombrado socios de honor de la Asociación de Amigos de la Colegiata de Roncesvalles a representantes de residentes, trabajadores, familiares y entidades. Esta distinción ha recaído en Javier Del Moral Elorga como representante de residentes y María Teresa Pérez Sainz, hija de un residente fallecido en la Casa de la Misericordia de Pamplona y su marido José Lasheras Ros como representantes de familiares. También han sido nombrados socios de honor David Bayona Manero, animador sociocultural de Amavir Argaray, como representante de trabajadores y Beatriz Lacabe, secretaria técnica de Lares Navarra y Borja Macaya, vicedirector de ANEA y director de Solera Asistencial como representantes de entidades.