Un informe de la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales revela que 4.134 millones de euros es la diferencia entre el gasto de la Generalitat de Catalunya en políticas sociales previo a los recortes impulsados por la crisis y la situación actual. O lo que es lo mismo, entre los 20.707,1 millones de euros del año 2009 y los 16.573,1millones de euros de 2017.
Es decir, a pesar de “la recuperación económica”, el gasto social autonómico es en Cataluña un 19,96% inferior a los momentos previos a la crisis cuando en España es de un 7,1%
El gasto social por habitante fue 2.227,18 euros en 2017, casi un 20% inferior al de 2009 que fue de 2.788,05 euros. De la misma manera, el porcentaje del presupuesto destinado a protección social, que en 2009 era el 71,3%, en 2017 ha sido 17,2 puntos menos (54,1%).
De esta forma, la deuda viva total de la Generalitat de Catalunya fue la que más se incrementó entre 2008 y 2017, hasta un 374%, pasando de 2.205,95 de euros por habitante a 10.447,08. Y en políticas sociales no la gastaron...
Es evidente que recortar en políticas sociales, como en el resto de inversiones públicas, también ha tenido efectos negativos en la economía y que la deuda no ha estado causada por el gasto público. La tónica ha sido la reducción drástica del gasto en otras políticas, los recortes en sanidad, educación y servicios sociales y el incremento exponencial de gasto en deuda.
No obstante la situación de partida y la severidad aplicada a los recortes por unos y otros gobiernos no ha sido la misma. Cataluña ha sido ejemplo de mantenimiento de un gasto muy por encima de la media en otras políticas mientras recortaba en servicios esenciales. Cataluña es la que menos dedica presupuesto a gasto social un 54,1% (7 puntos menos que la media).
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