Un innovador programa en EEUU, pionero en esta clase de actividades.
Para muchas personas, la tercera edad es sinónimo de ocaso físico, de poco vigor y, en consecuencia, de un menor apetito sexual. Sin embargo, numerosos estudios hacen especial hincapié en las bondades tanto físicas como psicológicas de las relaciones íntimas entre las personas mayores de 65 años.
En este sentido, lejos de ser un tabú, el sexo debe ser tomado como algo, no sólo normal, sino positivo y constructivo entre nuestros mayores, también en el ámbito de la residencia geriátrica.
Este es el caso, mediante un programa pionero, de la Hebrew Home Riverdale, una residencia puntera localizada en Nueva York, Estados Unidos, que se ha propuesto que sus residentes gocen de este placer de la vida también a una edad avanzada.
Los responsables de esta residencia han desarrollado el D-Program, un programa enfocado a incentivar la actividad sexual entre los residentes de su centro y que hoy en día cuenta con más de una veintena de personas inscritas y con resultados muy positivos.
Mediante un criterio de afinidad y salud, pues se descartan aquellas personas que puedan sufrir demencia para evitar problemas de consentimiento entre los participantes, el propio centro organiza citas que pueden constar de cenas, paseos o encuentros íntimos, siempre con el permiso de los dos involucrados.
El D-Program, que ya tiene varios años de recorrido, pues su germen surgió a mediados de los años 90 con encuentros 'inocentes' encaminados a que los residentes interactuaran entre sí, ha acabado por ser todo un éxito entre pacientes y los propios responsables de la Hebrew Home Riverdale, que ven cómo sus mayores mejoran sus relaciones sociales y sus habilidades psicomotrices.
"Cuando llegas a cierta edad parece que todo gira en torno a la pérdida. Pero no tienen por qué renunciar a la intimidad sexual ni al amor. Que alguien se enamore de otra persona y se levante cada día con esa motivación y deseando verla en el comedor, o en cualquier sitio, es algo simplemente maravilloso", sostiene Daniel Reingol, consejero delegado de RiverSpring Health, el grupo que gestiona el centro.
