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¿Envejecimiento o diversidad generacional?

¿Envejecimiento o diversidad generacional?

Por Josep de Martí
martes 21 de noviembre de 2017, 02:32h

Hace pocos días he leído un interesante post en el blog “Envejecimiento en Red” que propone “Mejor hablar de diversidad generacional que de envejecimiento”.

El post, muy recomendable, me ha hecho pensar que, cuando empecé a trabajar en la administración en 1991, supe de la existencia de una Ley llamada LISMI que ofrecía protección y promoción a los minusválidos, al mismo tiempo fui informado de que, el término minusválido no debía ser usado porque era peyorativo: “nadie vale menos que otra persona”, lo correcto era hablar de disminuidos algo que en poco tiempo cambió ya que “nadie vale menos que otra persona por lo que nadie es disminuido”; lo correcto era hablar de “personas con disminución”. Pasaron los años y la palabra volvió a chirriar por lo que se cambió de nuevo y se habló de discapacitados o, mejor aún de personas con discapacidad. En la actualidad, cuando la palabra parecía asentada ahora crece el uso de “diversidad funcional” para hablar de lo mismo quitándole connotaciones negativas.

Parece que sea cual sea la palabra que se utilice, siempre acaba adquiriendo ese tipo de connotaciones. Y también parece que hay personas y grupos como el CERMI

que se han cansado de tanto juego de palabras y han lanzado la campaña “NO NOS CAMBIES EL NOMBRE, AYÚDANOS A CAMBIAR LA REALIDAD” que persigue que se reflexione sobre los usos y términos con los cuales se ha de expresar los problemas, noticias, sucesos, etc. que tienen lugar en la vida de las personas con discapacidad y añaden que siempre se debe ser muy cuidadoso y respetuoso para no hacerlos invisibles. Ellos ven que diversidad funcional es, no solo ambiguo, sino que hace invisible al colectivo, puede generar confusión, inseguridad jurídica y rebaja la protección que todavía es necesaria. Mediante la expresión, personas con discapacidad se permite dar a conocer una realidad con la que hacen frente cada día muchos millones de personas y de esa forma se hace visible su esfuerzo y la defensa de sus derechos (fuente).

Otra vez tiro atrás y recuerdo la tercera edad, los ancianos, y las personas mayores. Rememoro viajes a Hispanoamérica donde lo normal es hablar de adulto mayor o de ancianatos, incluso recuerdo un precioso viaje a Chile donde me explicaron que ellos a las residencias les llaman Establecimientos de Larga Estadía para el Adulto Mayor (ELEAM en términos coloquiales) y que ese adulto mayor podía clasificarse en autovalente y no autovalente. Quizás hubieran ayudado esos conceptos a los responsables de una empresa de publicidad que trabajaba para un grupo y estaba buscando una palabra respetuosa para referirse a los posibles usuarios de las residencias. Me hizo gracia que, a parte de las típicas como sénior o veterano, alguien plantease geronte. Al final se quedaron con personas mayores.

Parece que la tendencia al “palabrismo”, o sea a dar mucha importancia a la palabra que se utiliza para referirse a algo (a costa a veces de dar más importancia al nombre que a la cosa), es algo internacional.

Si en vez de envejecimiento (una derivada de “viejo”), decimos diversidad generacional. ¿Cómo tendremos que llamar a las personas mayores? ¿personas generacionalmente diversas?

Suena chocante al principio, pero si lo repites tres veces tiene cierta musicalidad. Podría acabar acostumbrándome.

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