Opinión

La dificultad de encontrar empleados en residencias: causas, soluciones y el papel del abogado laboralista

Cristina Prado Benéitez es abogada en Ontier España. (Foto: Ontier).
Cristina Prado Benéitez | Miércoles 29 de octubre de 2025

Las residencias de mayores en España atraviesan una crisis silenciosa pero persistente: la dificultad para encontrar y retener personal cualificado. Esta escasez de trabajadores afecta a puestos esenciales como auxiliares de enfermería, fisioterapeutas, personal de limpieza, cocina, enfermería o trabajadores sociales. La falta de plantilla repercute directamente en la calidad asistencial y en la sostenibilidad del servicio, generando sobrecarga, desmotivación y riesgo de conflicto laboral.

Las causas de este fenómeno son diversas. Una de las principales es la escasa promoción del trabajo de cuidados. Aunque estos empleos exigen formación, implicación emocional y esfuerzo físico, siguen teniendo con jornadas exigentes y pocas oportunidades de promoción. El caso de las auxiliares de enfermería es ilustrativo: pese a su papel central en el cuidado diario, sus condiciones laborales suelen ser precarias, con rotación alta y desgaste constante.

Los fisioterapeutas, cruciales para preservar la autonomía de los residentes, también se enfrentan a contratos parciales, escaso margen para aplicar terapias personalizadas y condiciones menos atractivas que en otros ámbitos sanitarios. Lo mismo ocurre con el personal de limpieza y cocina, muchas veces subcontratado, con plantillas reducidas, lo que afecta directamente a la calidad del entorno residencial.

A estos factores se suma el envejecimiento de la población, que ha disparado la demanda de plazas, sin que la oferta de personal cualificado haya crecido al mismo ritmo. La Formación Profesional en atención sociosanitaria no logra cubrir las necesidades del sector, en parte por la percepción negativa del trabajo en residencias: emocionalmente duro, físicamente exigente y mal recompensado.

Otro elemento clave es la dificultad para conciliar la vida personal con los horarios del sector. Turnos rotativos, trabajo nocturno, fines de semana y festivos convierten este empleo en una opción poco compatible con la vida familiar, especialmente para mujeres, que siguen siendo mayoría en estos puestos. Esta falta de conciliación acaba expulsando del sector a muchas trabajadoras valiosas.

En este contexto, las soluciones pasan por dignificar el trabajo en residencias. Mejorar los salarios, estabilizar las plantillas y facilitar la conciliación son medidas urgentes. La planificación anticipada de turnos, la posibilidad de adaptar jornadas y el reconocimiento profesional a través de la formación continua pueden contribuir a atraer y retener talento.

También es esencial revisar el modelo organizativo: los centros que apuestan por una gestión más participativa, donde los trabajadores tienen voz, suelen presentar un clima laboral más sano y menores tasas de rotación. La prevención del desgaste emocional, con programas de apoyo psicológico y equipos cohesionados, es otra herramienta imprescindible.

En este escenario, la figura del abogado laboralista adquiere un papel clave. Las residencias, como cualquier empresa, necesitan asesoramiento legal constante para adaptarse a las exigencias normativas, evitar conflictos laborales y diseñar políticas internas eficaces. Un buen asesoramiento laboral permite estructurar los turnos conforme a la ley, elaborar contratos ajustados a las distintas realidades del personal y resolver situaciones de absentismo, incapacidad o bajas prolongadas sin poner en riesgo la viabilidad del servicio.

Además, el abogado laboralista puede anticipar y prevenir conflictos colectivos, orientar en procesos de negociación con los representantes legales de los trabajadores y acompañar a la empresa en procedimientos de inspección laboral o auditorías internas. En un sector tan sensible, donde el trato humano es fundamental y los errores pueden tener consecuencias sociales, legales y reputacionales, contar con un especialista en derecho del trabajo no es solo recomendable, sino esencial.

Por otra parte, en momentos de reestructuración o cambios organizativos —como la internalización de servicios, modificaciones sustanciales de condiciones o despidos colectivos— el abogado laboralista resulta determinante para garantizar que los procesos se desarrollen con seguridad jurídica y respeto a los derechos de los trabajadores. Su intervención también puede ser decisiva para negociar acuerdos que equilibren las necesidades del centro con la protección del empleo.

En definitiva, la dificultad para encontrar empleados en residencias responde a causas estructurales que requieren un enfoque integral. Mejorar las condiciones laborales, revalorizar el sector de los cuidados y facilitar la conciliación son pasos relevantes. Pero tan importante como aplicar estas medidas es contar con el respaldo de profesionales jurídicos que velen por la legalidad, la estabilidad y el buen clima en las relaciones laborales. Solo así será posible construir un modelo residencial más justo, eficaz y sostenible.

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