El Ministerio de Sanidad y las consejerías autonómicas han recibido la petición del Consejo General de Enfermería para que implementen "políticas reales" que frenen la salida de enfermeras en busca de mejores condiciones laborales. Las estadísticas que maneja esta institución muestran un incremento constante en el número de profesionales que deciden marcharse cada año.
En 2024, el CGE ha contabilizado 1.134 solicitudes del certificado de buena conducta, un documento requerido por los países extranjeros para poder ejercer allí, lo que representa una disminución del 6,6% en comparación con las 1.214 solicitudes registradas en 2023.
Al mirar hacia atrás, se puede notar un incremento de casi el 300% en las solicitudes en comparación con 2021, año en que se registraron 288 peticiones tras la pandemia. “A pesar de que parece que las solicitudes comienzan a disminuir, el deseo de marcharse sigue presente entre nuestros compañeros y compañeras. Es un hecho conocido que las enfermeras españolas son altamente demandadas en el extranjero debido a su excelente formación. A pesar de esta realidad, permitimos que busquen mejores condiciones laborales. Es urgente abordar este grave problema, reconocer el valor de las enfermeras, proporcionarles las condiciones laborales que merecen y poner fin a esta inquietud que les impulsa a irse”, sostiene Florentino Pérez Raya, presidente del CGE.
Según su opinión, “debería estar prohibido que se formase a las enfermeras y enfermos de la forma que lo hacemos en España para luego desperdiciar ese talento y dejarlos marchar”.
A lo largo de los últimos años, numerosas enfermeras han completado sus estudios y han decidido buscar oportunidades laborales en el extranjero, donde las ofertas son más atractivas. Entre los países que más solicitan enfermeras españolas se encuentran Reino Unido, Francia y Noruega, según señala la Organización.
El anuncio del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones sobre la creación de un plan estatal de retorno para españoles que deseen regresar ha sido recibido con aplausos por parte del organismo que representa a más de 345.000 enfermeras y enfermeros. Sin embargo, también existe cierta reticencia respecto a su implementación en el ámbito profesional.
Pérez Raya señala: “Hablamos de un plan muy general, que no entra en detalle por profesiones. Tal y como hemos denunciado muchas veces desde el Consejo General de Enfermería, las condiciones de la profesión actualmente no siguen siendo las que se merece y, evidentemente, esto no hace que todas aquellas compañeras y compañeros que se han marchado vayan a querer volver”.
En este contexto, se enfatiza que “aunque sería una noticia muy positiva porque en España se forman excelentes enfermeras y enfermeros, no podemos evitar dudar de la viabilidad de este plan para la profesión. Es fundamental primero mejorar la situación actual de las enfermeras que ya están trabajando aquí, lo que implica evitar la temporalidad, ofrecer contratos estables y reconocer la categoría profesional correspondiente a las enfermeras… Solo después de lograr esto, podremos considerar el regreso de las enfermeras a nuestro país. Mientras tanto, no tendremos la capacidad de competir con naciones que realmente valoran y compensan adecuadamente su labor como merece esta profesión”.
Para concluir, Pérez Raya solicita a los gobiernos, tanto central como autonómicos, la implementación de medidas efectivas “que hagan atractivo volver a trabajar de enfermera en España, con incentivos y mejoras que hagan que las enfermeras dejen de marcharse”.