Con la celebración del Día Internacional de los Derechos Humanos, que se ha celebrado este martes 10 de diciembre, diversas entidades del tercer sector que conforman la Mesa Estatal a favor de los Derechos de las Personas Mayores hacen un llamado a un compromiso firme e ineludible para que se apruebe una convención internacional de Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas Mayores.
La alarmante y persistente realidad que se observa en España y en otras partes del mundo se evidencia a través de la reciente emergencia humanitaria en Valencia. Según datos del Centro de Integración de Datos (CID), las personas mayores constituyen la mitad de las víctimas fallecidas, lo que resalta la situación de vulnerabilidad estructural que enfrentan.
En un escenario mundial donde la longevidad presenta nuevos desafíos sociales, es fundamental asegurar el reconocimiento, respeto y protección de los derechos humanos de las personas mayores. La dignidad y el valor de la vida no se ven reducidos por la edad; no obstante, aquellos que llegan a esta fase de la vida se enfrentan a dificultades tales como, la discriminación en el ámbito laboral, la desigualdad en el acceso a los servicios de salud, violencia en el ámbito doméstico y familiar, aislamiento social, falta de protección en aspectos económicos y dependencia y ausencia de mecanismos concretos que aseguren sus derechos.
En la actualidad, no existe una herramienta específica y vinculante en el marco jurídico internacional, europeo y español que brinde una protección integral a las personas mayores.
Se requiere una convención para:
Visibilizar y poner en valor los derechos humanos de las personas mayores: colocando sus necesidades en la agenda del desarrollo y la justicia social.
Establecer un marco legal vinculante: es urgente crear herramientas jurídicas claras y obligatorias para que los gobiernos protejan los derechos de las personas mayores contra el edadismo institucional, un nuevo enfoque con vista al futuro, centrado en derechos.
Empoderar a las personas mayores: una convención otorga voz y visibilidad, reconociéndolos como sujetos activos de derechos y actores relevantes en la sociedad, además de establecer su derecho a la participación en los asuntos públicos.
Actuar contra la discriminación y el edadismo: al contar con cláusulas contra el edadismo, se eliminarán los estereotipos negativos ligados a la edad asegurando el acceso equitativo a servicios, empleo y derechos.
Establecer mecanismos de seguimiento y rendición de cuentas: un tratado de derechos humanos que sea jurídicamente vinculante puede dar seguimiento a la convención por medio de comités, denuncias o informes.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, así como la Experta Independiente en derechos de las personas mayores, numerosas organizaciones de la sociedad civil y defensores del pueblo a nivel global, han manifestado su apoyo contundente a la necesidad de establecer una convención internacional de Naciones Unidas que aborde los derechos de las personas mayores. Estos actores han destacado de forma clara e inequívoca las importantes deficiencias presentes en el marco jurídico internacional actual, las cuales solo podrían ser corregidas a través de una convención.
La Mesa Estatal por los Derechos de las Personas Mayores hace un llamado al Gobierno de España y a los Estados Miembros para que se elabore una convención que no solo reconozca las necesidades y particularidades de las personas mayores, sino que también asegure su plena protección y participación. Este compromiso resulta fundamental para edificar una sociedad que respete y valore los derechos humanos en todas las etapas de la vida, combatiendo la discriminación por edad y fomentando la dignidad y la igualdad para todos.