Hikvision ofrece soluciones, como sistemas de visión artificial y control de accesos, que mejoran la vida en residencias de personas mayores al aumentar la seguridad y liberar tiempo para el trato humano y optimizan la atención.
Las nuevas tecnologías están transformando poco a poco la vida en las residencias de personas mayores. Sistemas de visión artificial, radares, control de accesos o pantallas interactivas son ya herramientas que permiten mejorar la seguridad, la comunicación y la calidad de vida de los residentes. Pero, sobre todo, su objetivo es liberar tiempo para lo que más valor tiene: el trato directo entre las personas mayores y los profesionales que las atienden.
Alfonso Lorenzo Robledano, responsable de desarrollo de negocio en Hikvision de la vertical de sanidad y sociosanitario, lo resume así: “La tecnología viene para ayudar a que las personas hagan mejor su trabajo o dejen de hacer trabajos que son de poco valor añadido”. Desde su área, centrada en lo que internacionalmente se conoce como Healthcare, la compañía aplica su experiencia en vídeo y seguridad a entornos como hospitales y residencias, “cubriendo toda la parte de seguridad en las instalaciones y también la asistencia o seguridad al paciente”.
A través de soluciones como el control de accesos, la detección de caídas o los sistemas de identificación facial, Hikvision busca que los centros sociosanitarios puedan trabajar con mayor eficacia y mejorar su entorno físico y emocional. “El mundo de las residencias está desafortunadamente muy atrás en tecnología”, admite Lorenzo, “pero ahora mismo tenemos un abanico de soluciones suficientemente potente como para mejorar dramáticamente la gestión, la atención a los pacientes y la vida de los cuidadores”.
Lo explica todo con detalle:
- La vertical de sanidad y sociosanitario es lo que se viene llamando Healthcare, ¿no es así?
Exactamente. Pero Healthcare tiene muchas connotaciones, sobre todo en Hikvision, que tenemos un background muy grande de temas de seguridad, y vídeo sobre todo, pues cubrimos toda la parte de seguridad en las instalaciones, hospitales, residencias, etcétera, seguridad, y luego también tenemos esta pequeña rama de asistencia o seguridad al paciente.
- El principal problema ahora mismo en las residencias de personas mayores en España es la falta de personal. ¿Cómo puede ayudar una empresa tecnológica como Hikvision a las residencias de personas mayores?
Pues, evidentemente, la tecnología en general siempre viene para ayudar a que las personas, o bien hagan mejor su trabajo o dejen de hacer trabajos que son de poco valor añadido. En las residencias es un caso muy claro, ya que el objetivo es dotarles de herramientas para que se puedan dedicar a hacer tareas de trato directo.
Un trato directo y un trato más cercano con la persona, que es un poco a lo que van las residencias, y desde luego, siempre que la normativa lo permita, o que la ley lo permita, que de momento todavía no (es una lucha que tenemos), que se pueda llegar a reducir el personal, porque con menos personal puedes hacer las mismas cosas si les dotas de tecnología.
- ¿Qué instrumentos, qué herramientas son esas? ¿Un control de accesos, por ejemplo?
Tenemos efectivamente distintas gamas de soluciones y el control de accesos al final es un elemento de seguridad, es decir, para que quien no deba entrar en un sitio, pues no entre. Las residencias muchas veces son residencias abiertas, casi todo el mundo puede entrar en cualquier sitio, pero es verdad que ahora se tiende también a las unidades de convivencia, que suelen estar aisladas entre sí.
Ahí, por ejemplo, los sistemas de control de accesos, para que nadie salga o entre de donde no debe, son importantes. Control de accesos, videoporteros, para también atender desde un sitio remoto las llamadas de proveedores, familiares, que puedan llegar, todo eso está relacionado con el control de accesos, y evidentemente, tratando de llevarlo a que no tenga que estar alguien desplazándose para abrir la puerta de alguien, ni que tenga que estar atendiendo a una puerta, etc., sino desde una recepción.

- Pero uno de los problemas de las residencias no es la gente que pueda entrar, que también, sino que no salgan. Hay personas con deterioro cognitivo, por ejemplo, que pueden escaparse...
Es cierto y ahí, para eso, hasta ahora, hay unas soluciones tradicionales que son las de ponerte una pulsera, ponerte un tag en la ropa, y cuando llegas a la puerta que empiece a sonar la alarma. Pero la experiencia nuestra es que estigmatiza mucho a la gente y les molesta, incluso los hay que cuando lo notan, se las intentan arrancar.
¿Qué aportamos nosotros? Pues precisamente con nuestra tecnología de visión y de visión artificial, proponemos un sistema de control de errantes mediante la identificación facial. Es decir, que tú, en la puerta en la que no quieras que salga alguien, que puede ser interior o puede ser exterior, en lo que es el patio de la residencia, incluso a bastante distancia, puedes detectar a alguien que se está acercando hacia la puerta, hacia una zona peligrosa, zona restringida con riesgo de salida. Con suficiente antelación, mediante la identificación de la cara de esa persona, puedes avisar a las enfermeras o a los cuidadores, o incluso cerrar la puerta, que eso normalmente no se suele hacer por temas de evacuación y seguridad, pero sí que podemos dar cualquier tipo de aviso.
- ¿Otra de las herramientas es el detector de caídas?
Sí, detector de caídas y tenemos distintas tecnologías para ello. Una de ellas, la más compleja, sería la que basamos en inteligencia artificial, en visión artificial, aprovechando las cámaras que ya de por sí hay dentro de las zonas comunes, pasillos, zonas de ascensores, comedores, etc., para vigilar.
En esas mismas cámaras podemos poner inteligencia artificial para detectar que una, dos o tres personas, de repente, se escurren de la silla y se caen, o se tropiezan y se caen, o les pasa cualquier cosa, es decir, analizo la imagen y doy una alarma. El problema es que en un cuarto de baño no puedo poner una cámara, en las habitaciones no debo poner una cámara tampoco. En algunos sitios se permite, pero en la mayoría no.
Para estos casos contamos con tecnología de radar, una tecnología que no es invasiva en absoluto, no daña tampoco a la persona y que en una habitación, por ejemplo, en un cuarto de baño, que son entornos más o menos pequeños, podemos detectar una caída e incluso una presencia. Con una eficacia muy alta detectamos caídas de personas.
- Y hablando de radares, ¿también tenéis monitores de constantes vitales?
Sí, también se basan en esa misma tecnología, la tecnología de radar, porque lo utilizamos para ponerlo encima de las camas o en el cabecero de la cama y con ello detectamos que la persona está en la cama o ha salido. Muchas veces es importante saber si alguien se levanta de la cama, porque puede haber riesgo de caída o de escape, entonces con eso sabemos si la persona está en la cama o está fuera, pero además detectamos sus constantes vitales.
No es un dispositivo médico, por lo tanto no podemos hacer diagnósticos con esto, pero sí sabemos si está con una respiración media determinada, con una alteración cardíaca que puede suponer que está durmiendo de manera intranquila, etc. Y con todos estos valores podemos lanzar alarmas ante un valor muy alto o un valor muy bajo.
Hay que pensar que a veces, desafortunadamente, las personas mayores fallecen en la propia cama, pues con esto podríamos detectarlo rápido, no a la mañana siguiente cuando vamos a despertarla. Estamos hablando de herramientas que harían el trabajo de más personas, es decir, con menos personal tenemos más control sobre los residentes.
- Otra herramienta que ya tenéis de hace tiempo son los dispositivos, los displays, tanto informativos como para juegos interactivos o para explicaciones o programas...
En el mundo audiovisual estamos ahora lanzando bastantes gamas de productos y ahí también tenemos dos vertientes. Hay una que sería más sociosanitaria, por ejemplo, las pantallas interactivas, cada vez más para neurorehabilitación o para simple entretenimiento de las personas. Se trata de pantallas grandes que son táctiles, interactivas y con las cuales ellos pueden, cargando aplicaciones, realizar sus terapias con la ayuda de los profesionales.

Esas pantallas las tenemos a disposición de las residencias y también podemos utilizar esas pantallas para hacer incluso videoconferencias. Hay que recordar que en la época del COVID, por ejemplo, que no se permitían las visitas, se podían hacer videoconferencias con la familia, etc. Pero su principal función sería un poco la aplicación educativa o neurorehabilitadora.
Y luego tenemos otra vertiente que es más de imagen corporativa. Entras en residencias antiguas en las que ves los papeles del menú del día colgado con una chincheta de una pared o cualquier cartel con celo puesto no sé dónde. Eso no da una buena imagen, da una imagen muy mala de cara a los familiares. Con la tecnología audiovisual podemos sustituir todo eso por pantallas más grandes o más pequeñas, en formato tótem, en formato pared, en formato detrás de un mostrador, por ejemplo.
Lo que hacemos es gestionar el contenido de esas pantallas de manera centralizada. Es decir, que tú puedes determinar qué muestras en cada una de las pantallas, en cada día, en cada hora del día. Incluso si pensamos en, por ejemplo, grupos de residencias, que tienes muchas residencias por España, podrías también, de manera centralizada, gestionar lo que se muestra en todas las residencias simultáneamente.
Es imagen corporativa que mejora el aspecto o la comodidad cuando entras en una residencia para que no parezca algo triste.
- Todo esto repercute también, ya no sólo en la imagen del centro, sino en general en el buen ambiente y en la calidad de vida de las personas mayores y del servicio que ofrece la residencia, ¿no es así?

Exactamente. Yo creo que al final el tener imágenes, que pueden ser tranquilizadoras, muchas veces se utilizan como terapia también. El mostrar en una zona que esté cerrada porque no hay ventanas, no hay nada, un ambiente, un paisaje, una luz, unas nubes, eso también ayuda. Y hacer eso de día con unas imágenes y de noche con otras imágenes, también ayuda a que la gente sepa sus ciclos circadianos.
Entonces, gestionar eso de manera centralizada con imágenes y con pantallas, desde luego ayuda mucho. Y las personas, yo creo, se sienten más cómodas dentro. Tanto las que residen como, no lo olvidemos, los familiares que tienen que decidir llevar a esa persona a esa residencia o a la de enfrente.
- Y para terminar, ¿cómo están las residencias españolas de tecnología?
El mundo de las residencias está desafortunadamente muy atrás en tecnología. No sé si es porque no hay tecnologías para conseguir todos estos beneficios que estamos hablando o porque la normativa y la regulación desaconseja, o no incentiva, que inviertas, por tema de rendimiento económico puramente.
Pero la verdad es que ahora mismo tenemos un abanico de tecnologías suficientemente potente como para que la gestión y la atención a los pacientes se pueda mejorar dramáticamente y por lo tanto la vida de los cuidadores también.