dependencia.info

El calor y las personas mayores: recomendaciones básicas

El calor y las personas mayores: recomendaciones básicas
viernes 10 de junio de 2016, 19:16h
Responsabilidad y conocer los síntomas previos, esencial.

Con la llegada de los meses de verano y el buen tiempo viene aparejado un gran riesgo para la salud de las personas mayores: el calor. Las altas temperaturas pueden suponer un grave perjuicio para la tercera edad, que puede verse agravado en cuadros de dependencia y que en algunos casos conllevan el fallecimiento de la persona por un golpe de calor o por deshidratación.

Ser responsables, especialmente aquellos con afecciones o patologías graves, como la obesidad, la diabetes o las enfermedades cardiovasulares, y conocer los síntomas previos, como mareos, náuseas, dolor de pecho, palpitaciones o dolor de cabeza, son esenciales para no sufrir ningún percance.

De este modo, conviene extremar las precauciones con algunos sencillos consejos para afrontar con la mayor responsabilidad la época de calor. Estas son algunas recomendaciones:

Hidratación y alimentación: las personas mayores de 65 años tienen una menor percepción de sed que el resto, por lo que vigilar sus niveles de hidratación es esencial para evitar sustos. Las autoridades sanitarias recomiendan beber entre 2 y 3 litros de líquido al día entre agua, zumos, cremas e infusiones.

Sin embargo, no sólo mediante la ingesta de líquidos puede favorecerse la hidratación, sino que una dieta rica en frutas y verduras eleva los niveles de agua y de sales minerales en el organismo. Por el contrario, deben intentar evitarse comidas calóricas, muy calientes, muy condimentadas y bebidas alcohólicas y con cafeína.

Además, los especialistas en nutrición recomiendan para las personas mayores hacer comidas poco abundantes pero varias veces al día para favorecer la digestión.

En casa: mantener el lugar de residencia de una persona mayor lo más fresca posible es primordial para evitar golpes de calor. De este modo, bajar las persianas durante las horas de mayor incidencia solar (de 11.00 a 17.00 horas) evita que se recaliente la casa. Son las primeras horas del día o durante la noche los momentos más adecuados para ventilar la casa.

Es conveniente no abusar de los aparatos de aire acondicionado, pues pueden provocar resfriados o choques térmicos en contraste con la temperatura exterior. De este modo, la temperatura idónea se sitúa entre los 21 y los 23 grados centígrados. También es muy recomendable el uso de ventiladores y darse duchas frías regularmente en caso de acaloramiento.

Al aire libre: si bien el ejercicio sigue siendo muy recomendable para la época estival entre las personas mayores, es necesario ser muy prudentes a la hora de practicarlo, pues son especialmente sensibles a los efectos de las altas temperaturas.

De este modo, es aconsejable hacer ejercicio pero nunca en las horas de mayor incidencia solar o de calor. Dar paseos a primera o última hora del día o valerse de una piscina, mar o lago para hacer ejercicio dentro del agua son algunas de las alternativas para estas fechas.

Lo que también debe ser obligatorio es el uso de una buena crema de protección solar. Los especialistas recomiendan factores por encima del factor 30 e ir aumentando poco a poco las horas de exposición al sol para dejar que la piel se acostumbre.

Indumentaria: una correcta vestimenta durante los meses más calurosos facilita el sobrellevar las altas temperaturas mejor. Por ello, es importante llevar encima ropa ligera, amplia para que resulte cómoda, de colores claros y tejidos como algodón o el lino, que favorecen la transpiración.


Asimismo, es importante protegerse la cabeza con un buen sombrero o gorra y llevar gafas de sol que filtren por encima del 90 por ciento de los rayos UVA.

Valora esta noticia
0
(0 votos)