Pueden prevenir hasta en un 40 por ciento el riesgo de caídas fatales.
Llegada una cierta edad, una mala caída puede suponer un grave riesgo para la salud que puede desembocar, en algunos casos, incluso en la muerte. Es más, un 25 por ciento de las personas que caen al suelo sufriendo algún tipo de lesión fallecen al cabo de un año o menos. De hecho, entre seis y ocho de cada diez mayores que sufren algún tipo de demencia, la enfermedad de Parkinson o cualquier otro declive cognitivo han sufrido una caída en el último año.
En términos económicos, su tratamiento supone entre el 1 y el 2 por ciento del gasto sanitario que dedica Occidente, una cantidad que se calcula en miles de millones de euros sólo en Europa.
Sin embargo, una investigación realizada en paralelo por investigadores europeos e israelíes sostiene que el uso de gafas de realidad virtual en personas mayores a modo de entrenamiento puede prevenir hasta en un 40 por ciento el riesgo de caídas fatales.
A juicio de los investigadores, un uso habitual de este tipo de gafas contrarresta el declive muscular y óseo y agiliza los reflejos para frenar un deterioro cognitivo en muchos casos inevitable.
El estudio sobre el que se basan sus concluciones, publicado en la prestigiosa revista especializada The Lancet, constó de 302 pacientes de Israel, Bélgica, Italia, Holanda y Reino Unido entre los 65 y los 90 años que se hubieran caído al menos una vez en el último año.
Se les sometió a un entrenamiento periódico en cintas de andar simulando obstáculos con gafas de realidad virtual durante seis meses.
El grupo de estudio registró una media de caídas de seis, mientras que el grupo de control, que no utilizaba las gafas, duplicó esa cifra en el mismo periodo de tiempo y realizando los mismos ejercicios. Especialmente efectivas fueron las gafas en aquellos pacientes con la enfermedad de Parkinson.