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Dependencia: reflexión sobre la dignidad en el cuidado

Por Juan Isidro Menéndez
lunes 03 de noviembre de 2025, 21:01h
Juan Isidro Menéndez es gerontólogo especialista en modelo de Atención Centrado en la Persona y coordinador de la comisión de gerontología del CGCTO.
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Juan Isidro Menéndez es gerontólogo especialista en modelo de Atención Centrado en la Persona y coordinador de la comisión de gerontología del CGCTO. (Foto: Juan Isidro Menéndez)

La dependencia, más allá de su dimensión social o de los indicadores que la cuantifican –Años de vida con Discapacidad (AVD) o total de beneficiarios de las prestaciones asistenciales–, es un fenómeno que exige una reflexión al nivel del individuo; de la persona. Debemos hacer énfasis no tanto en la cifra, sino en la dignidad del cuidado y en la dignidad intrínseca de quien es cuidado.

Primero, clarifiquemos dos términos habitualmente mal utilizados como similares o sinónimos: autonomía es la capacidad de decidir por cuenta propia. Independencia es la capacidad de hacer sin asistencia. Una persona mayor puede ser dependiente y seguir siendo autónoma, porque aunque necesite ayuda para las Actividades de la Vida Diaria (también AVD), un cuidador suple la incapacidad siguiendo sus deseos y necesidades. Y es aquí donde nos detenemos.

Atención tradicional vs atención centrada en la persona

El cuidador que sólo atiende las necesidades de la persona pero ignora sus deseos, la relega a un segundo plano, heterónomo y pasivo, en la medida en que éste ya no decide y se limita a recibir lo prescrito. Así, el modelo asistencial tradicional erosiona la dignidad del individuo, infantilizándolo, al tratarlo como un menor de edad bajo el paternalismo de quien dice saber “lo que es mejor para él”.

Manolo ha sido fumador buena parte de su vida. Ahora, en una residencia y con una limitación cognitiva leve y una discapacidad motora severa, encara la recomendación de un médico que le insta a que no fume. Sin duda, dejar el tabaco sería muy positivo, pero él disfruta echando un cigarro después de cada comida. Él prefiere seguir fumando, como ha hecho hasta ahora. ¿Se le debe retirar el tabaco o no?

  • El modelo tradicional dicta al paciente que no debe fumar más y el tabaco se le retira.
  • El modelo de Atención Centrado en la Persona (ACP) le deja escoger y permite que siga fumando.

El modelo ACP considera que no tiene potestad para elegir y que su función es asesorar, acompañar y empoderar en los términos determinados por la individualidad de quien es cuidado. Así como el mismo médico puede recomendar al lector – que no prohibir en la práctica – que no consuma alcohol, será éste quien decida qué hacer y qué no. Lo contrario sería entendido como un atentado contra su libertad al grito de “¿Quién eres tú para decirme lo que debo hacer?”.

La diferencia que existe entre el adulto y el mayor institucionalizado radica en la condición de vulnerable del segundo que, en muchos casos, supone la indefensión ante la imposición. Un ejemplo, quizás extremo, pero justo por ello muy clarificador, es el de Ramón Sampedro.

Las incógnitas de la transición

El sector del cuidado se encuentra en un periodo de cambio. Más allá de la evolución ética, el peso demográfico y la emergente Silver Economy presionan y catalizan la transformación de los servicios de atención. Pero, como todo proceso, y por tanto inconcluso, arroja muchas preguntas que aún debemos responder:

¿Existe independencia sin autonomía o la segunda es requisito de la primera?

¿El ejercicio de la libertad requiere capacidad? ¿De qué tipo? Y, si es así, ¿qué ocurre cuando hay discapacidad?

¿Qué límite existe, en caso de demencia, a la primacía del principio bioético de autonomía sobre el de beneficencia? ¿En algún momento se debe priorizar el beneficio? ¿Cuándo? ¿Por qué?

Conclusiones

Mientras encontramos todas las respuestas, considero que avanzamos en buena dirección. Anteponer al individuo como base teórica y hacerlo partícipe de un procedimiento que lo involucra en la práctica, son síntomas de una sociedad avanzada. Y, a mayores, cabe hacer un esfuerzo extra por lograr que este modelo permee y perdure porque todos, antes o después, también seremos mayores.

“La libertad es preferir los riesgos de la autonomía a la seguridad de la servidumbre” Antonio Escohotado.

Juan Isidro Menéndez es gerontólogo especialista en modelo de Atención Centrado en la Persona. Coordinador de la comisión de gerontología del CGCTO.

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