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Arquitectura y Residencias: El entorno en las residencias, la importancia de la localización

Residencia Emera Juan Bravo, en Madrid.
Residencia Emera Juan Bravo, en Madrid. (Foto: Grupo Emera)
Por Carlos Sánchez Gómez
miércoles 16 de octubre de 2024, 23:40h

Desde hace ya muchos años, como profesional de la arquitectura especializado en el sector sociosanitario y en especial en la construcción de residencias para mayores, vengo siguiendo el eterno debate de la importancia de una buena ubicación como garantía de buen funcionamiento para las residencias. Un querido amigo, CEO de un grupo operador importante, una vez me comentó que a pesar de enfocar todos sus esfuerzos en compensar lo que se consideraban malas ubicaciones, los resultados siempre eran mucho peores que los obtenidos en las residencias con buenas localizaciones.

En todo caso, todo el mundo parece tener claro dónde están las buenas ubicaciones, pero ¿cuáles son los parámetros que determinan si una localización es mejor que otra?

Desde el punto de vista económico la respuesta parece estar clara, los gastos de gestión por plaza en cualquier residencia son siempre similares, pero la facilidad de ocupación y la tarifa no lo son en la misma proporción, por lo que desde este punto de vista todos los grandes inversores parecen coincidir en que, ciudades de más de 80.000 habitantes y con buen poder adquisitivo son la prioridad para nuevos desarrollos.

Otro factor relacionado con el anterior y del que siempre oímos hablar es el de la ratio de cobertura recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que se sitúa en 5 camas por cada centenar de habitantes, estando España en 4,18 plazas por cada 100 personas mayores de 64 años. Lo curioso es que este es un dato que se repite si tener en cuenta, primero, si es cierto que existe esa recomendación (me aseguran que nadie la ha visto por escrito) y segundo, sin entrar a valorar el modelo y la calidad de los centros existentes en donde se encuentran esas camas. Estoy convencido de que una muy buena ubicación desde el punto de vista de una rápida ocupación sería construir una residencia digna frente a algunas existentes que he visitado.

Pero la ecuación no debería ser tan sencilla, porque existen otros muchos parámetros a tener en cuenta, no sólo el económico. La proximidad a centros de atención sanitaria, población envejecida con necesidad de este servicio, nuevos barrios con mucha población joven, que disponen aún de suelos y en donde los hijos podrían disfrutar de la proximidad de sus padres, el arraigo a zonas más rurales y otros muchos son factores que se deben tener en cuenta al valorar una ubicación.

Si nos centramos en qué puede ser mejor para el mayor desde luego lo primero que habría que hacer es preguntarle a él. Casi seguro que en la mayoría de los casos la respuesta sería que su deseo es mantenerse en sus hogares, mejorando desde luego las condiciones de éstos, para hacerlos más seguros y accesibles y darles en ellos el apoyo que puedan precisar, lo cual cada vez resulta más factible con ayuda de las nuevas tecnologías. En todo caso, preveo que las residencias, a pesar de lo que se comenta en ciertos círculos del sector, no van a desaparecer, sino que atenderán cada vez de una forma más especializada a una población más envejecida y dependiente.

Propuestas arquitectónicas ante una localización. Huir de la imagen de institución.

Desde el punto de vista del arquitecto, en casi la totalidad de los encargos la ubicación nos viene dada. Esa localización puede ser muy dispar, pero nuestra primera respuesta arquitectónica es siempre metodológicamente similar. Hay ciertos conceptos que pueden resultar comunes para cualquier proyecto de arquitectura, como es el estudiar y comprender el lugar, lo que en arquitectura llamamos el “genius loci”, ese espíritu protector del lugar al que llegamos por entender su orografía, orientación, clima, historia, etc. En el caso de los proyectos sociosanitarios hay un aspecto más y que resulta muy importante, que es el de la huida de la imagen institucional en el edificio.

Es muy importante recordar que lo que buscamos es que el mayor se sienta en su casa, y no en un hospital o un edificio de la beneficencia. Para ello lo primero es entender el entorno y en especial su escala y su imagen arquitectónica para poder adaptarse a ello. No se trata de mimetizarse sólo en acabados y materiales, sino en ritmos, volúmenes, alturas, etc.

Tal vez la forma más sencilla de explicarlo sea mostrando imágenes arquitectónicas de edificios que aunque puedan contener programas muy similares dan una respuesta exterior muy diversa. Un buen ejemplo, es la Residencia de Mayores Emera Juan Bravo. En este caso contábamos con una fachada preexistente que, aunque pertenecía a un antiguo edificio de oficinas, se ajustaba muy bien a la escala y tipología del entorno. Conseguimos en este caso mantener esa imagen exterior que servía perfectamente a nuestros fines, adaptando (de forma no sencilla), el interior al programa de Emera.


Emera - Juan Bravo (Madrid)

Otro ejemplo de reforma de edificio en el que mantenemos ciertos elementos que nos ayudan a mantener la imagen del entorno es la Residencia de Mayores de Domusvi en Arroyo de la Encomienda (Valladolid). Este edificio, proyectado en un principio para el Grupo Gerovida, se diseñaba en un edificio de viviendas que había quedado sin finalizar durante la crisis de la construcción. Había ciertos elementos del edificio existente que nos convenía conservar para integrarlo en esa imagen del entorno, como era el volumen general, el ritmo horizontal de los huecos, los grandes ventanales a modo de locales comerciales de la planta baja y la cubierta tradicional. Sí era necesario intervenir en otros como por ejemplo en la altura de las ventanas desde el interior (con objeto de permitir la visión a la altura de silla de ruedas).

Domusvi - Arroyo de la Encomienda (Valladolid)

Otras localizaciones que nos han llegado han tenido un carácter más rural, como es el caso de la residencia de mayores de Ferreruela de Huerva (Teruel). Proyectamos un edificio que respeta la escala del entorno, fracturando los volúmenes y jugando con colores diferentes para dar la impresión de una agrupación casual de piezas pequeñas, como ocurre con las viviendas en este pueblo con encanto de Teruel. Utilizamos además materiales locales que evocan la tradición arquitectónica de la región: zócalos de piedra, maderas y cubiertas a dos aguas de tejas.

Ferreruela de Huerva (Teruel)

Incorporación de elementos de la arquitectura vernácula

Se trata pues de jugar con elementos arquitectónicos, como es la escala del edificio, los materiales, los colores, la agrupación de volúmenes, los ritmos de fachada, etc., para asegurar que las residencias se integran en su entorno. En ocasiones otra herramienta a tener en cuenta es la incorporación de algunos elementos de la arquitectura vernácula. Esto nos permite no solo una mejor integración del edificio en su entorno, sino que también refuerza la conexión emocional de los residentes con su entorno.

En muchas ocasiones ciertas soluciones vernáculas responden además a condicionantes del clima local y se convierten en Soluciones Bioclimáticas Pasivas o de Passivhaus avaladas por el tiempo por la imagen colectiva del lugar. De esa forma, planteamos la utilización de patios interiores que mejoran la ventilación y facilitan la creación espacios frescos. También proyectamos porches, galerías y pérgolas que proporcionan sombra y permiten la convivencia al aire libre.

Ferreruela de Huerva (Teruel) / Residencia comunitaria Ekumene - Torres de la Alameda (Madrid)

Además de respetar la identidad local, la arquitectura vernácula promueve la sostenibilidad. Al emplear materiales locales, se reduce la huella de carbono y se asegura una mayor durabilidad y adaptación al clima.

Un ejemplo que siempre nos gusta destacar en este sentido son nuestros trabajos en Canarias, en especial en Lanzarote y en concreto la Residencia de Amavir en Haría, donde los volúmenes, las especies vegetales, las protecciones contra los vientos dominantes, el juego de volúmenes, etc., replican a los de la vivienda de procedencia de los residentes, aquella en que tal vez le hubiera gustado permanecer…


Amavir Haría (Lanzarote)

Conclusión

Ha sido mi intención exponer cómo el diseño arquitectónico de las residencias sociosanitarias ha experimentado en estos años una evolución hacia una escala y un enfoque más humanos, alejándose de las estructuras institucionales y frías del pasado, los arquitectos intentamos reflejar en los espacios la calidez de un hogar, utilizando elementos propios de la arquitectura para integrarlos de una forma discreta en el entorno y respetando la identidad local.

Estos cambios no solo buscan mejorar la calidad de vida de los residentes, sino que también promueven una mayor interacción social y emocional, ayudando a que estas residencias sean lugares para ser vividos y no instituciones en donde ser recogido.

Carlos Sánchez Gómez es CEO de SHAR ARQUITECTURA

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