El director del departamento de Asuntos Económicos y Europeos de la CEOE, Bernardo Aguilera, ha explicado que entre 2015 y 2050 los mayores de 65 años podrían duplicarse. De esta forma, las proyecciones del Instituto Nacional de Estadística (INE) avisan de que en el año 2064 habrá cuatro ocupados por cada tres personas jubiladas.
Un informe de la CEOE enciende las alarmas, una vez más, y presenta el escenario sobre el que deben trabajar los partidos políticos para reformar el Pacto de Toledo, apunta Aguilera, que añade que habrá que analizar un cambio de tendencia en los hábitos como el ahorro, el consumo de bienes duraderos o en cuestiones relativas a la financiación de la vivienda.
Por otra parte, desde la CEOE también se recuerda que esta realidad social obliga a subir los presupuestos destinados a sanidad y servicios sociales.
El estudio busca presentar la evolución de la población en los próximos años y lo hace en dos escenarios: hasta 2017 y hasta 2025. En el primero de los contextos, se espera que entre 2015 y 2017 los mayores de 40 años aumenten en más de 700.000 personas. De estos, 240.000 tendrán más de 70 años.
Recuerda, sin embargo, que si se mantienen las tasas de actividad de 2015, la población activa caerá en 2017 en 333.000 personas. Si añadimos la creación de 850.000 empleos, la tasa de paro se podría situar en 2017 en el 18,1 % en medida anual, y estaría por debajo del 18 % en la última parte del año.
Igualmente, el informe pone de relieve que la población se reducirá en torno a 620.000 personas, destacando los descensos de población más jóvenes: 1,3 millones menos entre los menores de 14 años y nada menos que 3,2 millones menos entre los intervalos de 25 a 44 años.
Todo esto implica que la población mayor de 45 años aumentará en 3,3 millones de personas, de los que 1,7 millones tendrán más de 65 años.
De esta forma, y si se mantienen las tasas de actividad de 2015, la población activa caería en 1,7 millones de personas aproximadamente y la tasa de paro volvería a niveles previos a la crisis, lo que es, en torno al 8%.
En conclusión, el envejecimiento de la población contribuiría a mejorar las cifras de desempleo, pero a largo y medio plazo plantearían “incertidumbres” en la sostenibilidad del sistema de pensiones y, del mismo modo, en las necesidades de atención sanitaria o servicios sociales.
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