Son innegables los beneficios a la dieta de una persona mayor.
Con motivo del Día Mundial de la Nutrición, celebrado el pasado 28 de mayo, el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida Cereza del Jerte organizó en Madrid una jornada informativa a la que acudió la nutricionista Ana Bellón, que dio buena cuenta de las bondades y propiedades de esta fruta.
Entre otros aspectos, Bellón señaló que el cultivo tradicional a través del cual se obtiene la cereza en el valle del Jerte posibilita que ésta cuente con un alto contenido de oligoelementos, como el hierro, el calcio, el fósforo, el azufre, el cinc, el magnesio, el cobre o el cobalto, que le confieren propiedades remineralizantes, tonificantes y laxantes.
Asimismo, la nutricionista recordó a los asistentes el poder diurético y depurativo de la cereza por su alto contenido en flavonoides como el potasio y su capacidad de acelerar la recuperación muscular gracias a su alto contenido en antocianinas.
Sin embargo, a juicio de Bellón, es innegable la gran cantidad de beneficios que las cerezas proporcionan a la dieta de una persona mayor. “Las cerezas son poco calóricas aunque sean dulces y tienen un índice glucémico bajo, lo que las hace recomendables en personas diabéticas”, añadió Bellón
La nutricionista también recalcó que esta fruta regula la tensión arterial y que el alto nivel de acido elágico que contiene reduce la posibilidad de que aparezcan células cancerígenas en el organismo, al tiempo que potencia la capacidad antioxidante del mismo.