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TECNOLOGÍA Y ATENCIÓN: ¿UNA UTOPÍA O UNA REALIDAD? EN FIRAGRAN 2022

¿Aprovecha lo suficiente el sector del cuidado a las personas mayores la tecnología para afrontar los desafíos permanentes?

Por Dependencia.info
martes 20 de septiembre de 2022, 12:38h

Ya está aquí el Salón de las Personas Mayores de Cataluña, que del 19 al 21 de octubre, en La Farga de L´Hospitalet, presentará mesas redondas con los temas más candentes en la actualidad del sector geroasistencias, como estamos informando desde Dependencia.info. Uno de ellos, sin duda, será el de las nuevas tecnologías en el cuidado de nuestros mayores.

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De esta forma, una de esas mesas lleva por nombre 'Tecnología y atención a las personas mayores: ¿una utopía o una realidad?' y estará moderada por Juan Pablo Correa, responsable del Aula Virtual de Inforesidencias.com, que busca con esta mesa redonda sondear el alcance que tiene la tecnología en el sector de la atención a las personas mayores y cómo se utiliza.

Juan Pablo Correa nos adelanta algunos de los temas que se pondrán sobre la mesa y lo que opina sobre las utopías cuando se habla de tecnología en un sector como el residencial, si el dinero es una traba para implementarla o si los propios trabajadores están preparados para trabajar con ella:

La mesa se titula Tecnología y atención a las personas mayores: ¿una utopía o una realidad? ¿Cuál es el objetivo?
El objetivo es hablar sobre el uso que le estamos dando a la tecnología en nuestro sector y evaluar si la estamos aprovechando lo suficiente para ayudarnos a enfrentar los desafíos permanentes que existen.
¿Cuál es la realidad y cuáles son las utopías cuando hablamos de tecnología en residencias?
Mi opinión es que estamos viviendo una época de convergencia tecnológica. Te preguntarás qué quiere decir esto. Pues bien, varias innovaciones ocurridas más o menos simultáneamente están cambiando la capacidad que tenemos de transformar nuestro entorno social. Para mencionar las que tienen y tendrán un impacto a más corto plazo:
1. La omnipresencia que permiten las tecnologías de información.
2. La inteligencia artificial.
3. La sensorización (internet de las cosas).
4. La realidad virtual.
5. Los avances en el campo de la longevidad.
Estas tecnologías para los más tecno-optimistas abren la imaginación para pensar nuevas soluciones, pero a su vez se estrellan con las resistencias propias del cambio de paradigma, hábitos adquiridos y por supuesto líneas éticas. Para mi la utopía es el tecno-optimismo radical, es entender la tecnología como un fin y no como un medio. La realidad es que la tecnología es un agente social que debe negociar permanentemente su relación con otros agentes sociales.
Te pongo un ejemplo: Hoy en Finlandia, uno de los países en la vanguardia de uso de TIC en salud, en las noticias acaba de salir una polémica relacionada con el software de gestión que utilizan los centros de salud en algunas importantes ciudades y que ha sido fuertemente cuestionado en redes sociales por los profesionales sanitarios por no ser muy usable, además de poner en riesgo la información diagnóstica de los pacientes. La empresa que creó el software, con importantes nexos con el sector público, ha llamado a los médicos para intimidarlos por sus denuncias en redes sociales, algunos de ellos temen que sus denuncias tengan consecuencias sobre su trabajo.
Un ejemplo como este pone de manifiesto que las tecnologías conviven con las personas que las usan y por lo tanto en esencia no son buenas o malas. La manera en que sean gestionadas, implantadas y usadas es lo que determina su capacidad para transformar nuestro entorno y esto es ante todo un dominio humano, social... político si se quiere. Para mi esto es entender la tecnología desde la realidad. No podemos hablar de la tecnología como algo aislado de la agencia humana o como algo abstracto separado de nuestra vida cotidiana.
¿En qué punto están nuestras residencias, cómo se utiliza la tecnología para integrar diferentes servicios?
Es una buena pregunta, vamos a intentar en este conversatorio mostrar algunos ejemplos que existen en nuestro sector en este sentido. Pero sospecho que este es un campo de investigación que aún tiene mucho recorrido en España.
Al final, como en casi todo, ¿es una cuestión de dinero o ya se pueden implementar tecnologías en las residencias a un coste razonable?
Mi opinión es que debemos de dejar de pensar que la tecnología es algo "nuevo". Creo que la idea de que "es nuevo" porque es tecnología es un error conceptual que limita entender la tecnología como algo que siempre ha estado aquí. Para ser mucho más claro: una residencia es una solución tecnológica. Para empezar es una solución arquitectónica que puede haber implicado varias tecnologías, desde el cuaderno de visitas, el sistema de aire acondicionado... hasta los sistemas más avanzados de control de errantes hacen parte de las tecnologías que permiten su funcionamiento.
Otra cosa es si me hablas de las tecnologías de última generación. Algunas de ellas, por ejemplo los paneles solares, que hasta hace pocos años eran muy costosos, hoy son muy baratos y nos permiten pensar en nuevas soluciones de eficiencia energética. Tendríamos que analizar cada caso en particular. Por otro lado, existen otras tecnologías que por su obsolescencia resultan costosas de mantener, entonces no existe una relación muy clara en que lo nuevo o más avanzado necesariamente es menos accesible en términos de dinero.
¿Está preparado el personal en las residencias para trabajar con nuevas tecnologías? ¿Y los usuarios?
Depende a qué tecnología nos refiramos, pero a groso modo la tendencia es que la fricción entre el humano y la tecnología sea cada vez menor, es decir que no haga falta estar preparados para que esta funcione o se ponga en marcha. Nos tendremos que acostumbrar ahora más con la llegada de la inteligencia artificial a convivir con tecnologías para las cuales no estamos preparados. Más que preparados creo que tendríamos que analizar cuál es la voluntad de los profesionales y residentes al cambio.
Durante la pandemia vimos que la capacidad de resiliencia al cambio se activa muy rápido cuando la necesidad obliga a buscar una solución por fuera de lo común. Desde hace años vengo viendo empresas que abogan por el uso de tabletas en residencias como un medio de comunicación entre profesionales, residentes y familiares. ¿Por qué solo gracias a la pandemia y al hecho del aislamiento en el que estuvieron los residentes su implantación fue bien recibida y se demostró que tanto profesionales, residentes y familiares la podían usar? Quizás porque solo hasta ese momento se rompieron las resistencias que existían, ya que una necesidad mucho más importante de suplir, como es la interacción social, se volvió mucho más urgente.
Creo que no siempre el uso de una tecnología depende de lo preparados que estemos. A veces la inercia tecnológica simplemente nos arrolla y no tenemos más remedio que adaptarnos. Lo que sí podemos hacer es anticipar el cambio para que no nos caiga por sorpresa, que creo que es lo que justamente nos pasa frecuentemente en nuestro sector. Soy de la opinión de que los extremos suelen tener peores consecuencias. De ahí la importancia de esta mesa redonda. Resistir por pura negligencia o pereza al cambio es tan contraproducente como aceptar el cambio sin un mínimo de criterio y sentido crítico.
Por ejemplo, no podemos perder de vista, simplemente por un errado juicio de valor que supone a las personas mayores no preparadas para relacionarse con las tecnologías, que hoy Internet se ha convertido en un servicio público como en su día lo fue la electricidad o el agua. Desde mi punto de vista, una residencia que no ofrezca acceso a Internet a sus residentes está de alguna manera privandoles de un servicio básico. ¿No sería edadismo creer que porque son "viejos" no merece la pena hacer una inversión en la infraestructura de wifi para que todas las habitaciones de la residencia tengan conexión aceptable de Internet?
En conclusión es muy difícil hablar de la tecnología como algo abstracto, siempre hay que hablar de un uso específico de la misma para entrar a valorar sus contribuciones o problemas.
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