Esta semana, en este apartado vamos a hacer algo diferente. No vamos a tratar sobre un proyecto, un edificio, una residencia… sino sobre un artículo que se publicó en Estados Unidos en 1997 y que avisaba de que el diseño de residencias se estaba encaminando de una forma equivocada.
Se puede acceder al artículo completo en https://www.jstor.org/stable/43030436 y se publicó en el Journal of Architectural and Planning Research Vol. 14, No. 4 (Winter, 1997), pp. 343-359. Quien quiera leerlo completo tendrá que hacer el esfuerzo de suscribirse a la publicación. Lo que sí podemos compartir es un resumen (abtract)
“Las dificultades sistémicas y las contradicciones ideológicas del diseño de residencias de ancianos en los Estados Unidos sugieren que se está siguiendo un modelo arquitectónico equivocado. La gestión científica del envejecimiento fomenta el uso persistente de modelos médicos para la atención de personas mayores. Esta práctica choca con los esfuerzos por satisfacer las necesidades no médicas de los ancianos frágiles y obliga a comprometer el proceso de diseño de los hogares de ancianos.
Se presenta un análisis cualitativo de tres casos que lleva a la conclusión de que se necesitan cambios tanto filosóficos como políticos. Los cambios necesarios deben reflejar la noción de que envejecer es parte de la condición humana y no un problema médico, hacerse viejo no es una enfermedad.
Las residencias de mayores son el último refugio en el proceso de cuidado de nuestra sociedad para los ancianos frágiles, aquellos con enfermedades crónicas y discapacidades. Se ha dicho que se puede juzgar a una sociedad por lo bien que abastece a sus poblaciones más vulnerables.
Si el entorno deprimente y aterrador de algunas residencias de tercera edad estadounidense refleja nuestro corazón moral colectivo, éste es bastante sombrío.
Este artículo sigue dos líneas de indagación en el intento de explicar por qué parece que en el diseño del entorno del hogar de ancianos, hemos logrado lo peor de ambos mundos: un marco institucional que va demasiado lejos y que también hace muy poco por sus residentes.
La primera línea, filosófica, sugiere que la perspectiva médica del envejecimiento como un problema manejable tiene implicaciones significativas en la forma en que nuestra sociedad ha construido entornos para la prestación de cuidados a largo plazo. El segundo, la explicación política, se centra en las dificultades sistémicas y las contradicciones ideológicas del diseño de hogares de ancianos. En esta línea, el artículo revisa los antecedentes del modelo arquitectónico equivocado de las residencias de ancianos y los perversos compromisos que se hacen en el proceso de diseño.
El proceso de diseño se describe a través del estudio de tres casos que se analizan con la intención de demostrar que las regulaciones inadecuadas y un arduo sistema de reembolso limitan el proceso de diseño de las residencias. Además, el análisis de los casos muestra la necesidad de un cambio en el proceso de diseño de las instalaciones de cuidados a largo plazo para que los modelos arquitectónicos para estos entornos puedan mejorarse para satisfacer tanto las necesidades como los deseos de los estadounidenses mayores.”
Esto se escribió en Estados Unidos hace veinticuatro años y, como hemos visto en otros artículos de este apartado, parece que las cosas han ido cambiando allí y el diseño se ha ido encaminando hacia uno basado, no solo en necesidades sino también en preferencias.
Me pregunto, ¿qué diría un artículo que se plantease esta misma cuestión hoy en España?
Por supuesto, si alguien tiene una opinión y quiere compartirla, aquí estaremos encantados de difundirla.