Passivhaus es un tipo de construcción, normalmente de viviendas, creada para mantener las condiciones atmosféricas ideales en su interior logrando un ahorro energético que oscila entre el 70% y el 90% respecto a una vivienda convencional. Son construcciones que deben contar con un aislamiento térmico óptimo en sus paredes exteriores, rotura del puente térmico –que evita que la cara interior y exterior de una ventana tengan contacto entre sí para eliminar la pérdida de calor-, ventilación mecánica con recuperación de calor y ventanas y puertas de altas prestaciones.
Normalmente es algo que se hace en viviendas pero que también puede aplicarse en residencias de mayores. Lo demuestra este proyecto de ampliación de la residencia de mayores MV Geriatria ubicada en Camarzana de Tera (Zamora). El edificio se ha convertido en el primer edificio de uso residencial geriátrico certificado como Passivhaus de España y uno de los primeros del mundo.

Según explican sus arquitectos CSO Arquitectura, un estudio de arquitectura fundado en 1999, con objetivo realizar proyectos que apuesten por la innovación, la sostenibilidad y el diseño, el diálogo con el edificio existente fue la primera premisa que se tuvo que cumplir en el proyecto. El nuevo edificio funciona como zócalo del antiguo, una residencia semienterrada, con una serie de patios asociados a los usos del edificio. Estos patios se abren y dialogan con la residencia original, de tal forma que el edificio desaparece fundiéndose con el jardín.

El programa se divide en tres bandas programáticas unidas por un corredor longitudinal, todas orientadas al sur. La primera banda acoge funciones diurnas y tiene un invernadero adosado a la ventana norte, que sirve, por un lado, para mejorar las condiciones térmicas y, por otro, como zona de cultivo de hortalizas para los vecinos. Las dos bandas restantes están formadas por dormitorios, también orientados al sur, teniendo su propia terraza con acceso al patio común.

El edificio está construido con un sistema de estructura de madera prefabricada.. Esto ahorra costes y tiempo, además de mejorar el comportamiento térmico y reducir la huella ecológica.
El edificio se concibe como una máquina energética, un edificio pasivo, de consumo nulo, que produce más energía de la que consume, derivando el exceso de energía del antiguo edificio.
Esta baja demanda se logra mediante las siguientes estrategias. Estrategias activas: 18 kW de placas solares fotovoltaicas, 20 placas solares térmicas, ventilación mecánica mediante recuperación de calor y climatización mediante suelo radiante.
Estrategias pasivas: aislamiento de fachadas (0,195 W / m2K), aislamiento de suelos (0,18 W / m2K), aislamiento de cubiertas ajardinadas (0,195 W / m2K), carpintería de madera con triple vidrio, ventilación natural, captación de agua de lluvia para riego, control solar mediante porches, invernadero en el comedor que templa el aire existente en invierno (aprovechando la ventana hacia el norte), al tiempo que permite la ventilación cruzada en verano.

Uno de los objetivos iniciales del proyecto fue la medicalización de la arquitectura con el fin de beneficiar el bienestar diario de los usuarios. Por eso se siguen dos acciones principales:
Se crean pequeños espacios cálidos y hogareños, a diferencia de los grandes espacios hospitalarios de resfriado común en este tipo de edificio. El objetivo es que los vecinos se sientan como en casa (con posibilidad de traer sus propios muebles), utilizando madera y luz con grandes ventanales al sur, invitando la naturaleza de los patios al interior mediante transparencias.


La instalación de recuperadores de calor junto con los filtros y la hermeticidad del edificio, así como una mejora energética, permite obtener una calidad de aire óptima para este tipo de edificaciones, evitando alergias respiratorias de los usuarios.
Información del proyecto en la web de los arquitectos
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