El XIV Congreso Europeo LARES que se ha desarrollado del 25 al 27 de noviembre bajo el lema de “Comprometidos con el futuro de los cuidados” ha reunido a cerca de 1.000 personas inscritas de 42 países de todo el mundo. Durante estos tres días, los 60 mejores expertos del sector han marcado y debatido sobre cómo deben ser los cuidados de larga duración hasta el 2030.
El impulsor de este Congreso Internacional y presidente del Grupo Social Lares, Juan Vela, destacaba que "necesitamos 1.000 millones de euros anuales, para no llegar tarde y atender las necesidades reales de dependencia de la próxima década", pero explicaba también a Dependencia.info que no cree que la financiación sea lo fundamental: "No creo que sea lo más importante. Es imprescindible para hacerlo. La financiación es necesaria para hacer el camino, pero la meta pasa por un cambio de modelo. Esa es nuestra meta, hacer un cambio que sea sostenible. El debate se centra en la meta, pero no ponemos los medios para poder llegar allí, que es sobre lo que hemos llamado la atención en el Congreso".
Tiene claro que hay bastante consenso en esto, por lo menos por parte de los que participaron en el Congreso, que "ha sido más un congreso del sector de cuidados que de Lares por la apertura que ha tenido en todo el mundo y a todos".
Vela subrayaba igualmente su modelo está centrado en la persona: "Las personas mayores deben decidir cómo y dónde quieren vivir. Hablamos de cuidados en centros residenciales, a domicilio o comunitarios. Los servicios de atención deben ser según lo que desean las personas, y no al revés”.
Opina que es necesario un cambio estructural para desarrollar los cuidados de larga duración: "Esto implica un cambio de la cultura del cuidado, luego esto implicará cambios importantes en todos los actores que intervienen, las administraciones también, porque imponen normas y no van con el modelo que los ciudadanos quieren, pero también con los sindicatos, con los convenios colectivos, evidentemente también con nosotros, con las entidades sociales o las patronales que hay mercantiles".
Discriminación del mayor
Así, el responsable de Lares entiende que tiene que ver con todo, "incluso con la percepción que tiene la ciudadanía". "Porque somos los ciudadanos los que le pedimos a la administración qué modelo es el que queremos y cómo queremos que nos atiendan cuando seamos mayores", apunta, para aclarar: "No tiene que ser la administración quien nos imponga el modelo que ellos quieren".
Esto, que es evidente para todo, en el sector de mayores, debido a la discriminación que se produce con las personas mayores en España (y casi en toda Europa), es más notorio porque apenas tienen participación y matiza: "En España es bajísima esta participación y la falta de conocimiento de las necesidades de las personas mayores, en este caso, lo convierte en un caso de discriminación".
Juan Vela insiste en la cuestión de la discriminación y se lamenta: "Esto es igual para todo el mundo que trabajamos con los mayores. Estamos en la misma clave. No hay recursos para el sector de las personas mayores porque ellos, en la actualidad, no están en la agenda política, están de una manera subsidiaria, casi casi en el bloque del problema".
Un cambio estructural total
El responsable de las residencias del tercer sector, sector solidario, apunta que los cuidados de larga duración necesitan un cambio estructural total: "Nuestros centros tienen que cambiar, la metodología tiene que cambiar, las estructuras de trabajo tienen que cambiar y el trabajo debe poner como elemento primordial la prevención donde hay fragilidad, precisamente para no tener que llegar a esos cuidados de larga duración, esa cronicidad que decimos en España tan evidente… es decir, hay un montón de elementos que están alrededor de este cambio cultural que se tiene que producir".
Vela considera que se debe trabajar en perfecta colaboración con las Administraciones Públicas. "Sabemos hacerlo, pero necesitamos ayuda y financiación desde lo público, en España y Europa”, recuerda para detallar los 12 retos que hay que abordar con extrema urgencia:
- RETO DEMOGRÁFICO: Es una oportunidad si lo vinculamos al envejecimiento, pero puede ser un serio problema si los Gobiernos y Parlamentos siguen mirando hacia otro lado. LARES estará en su labor de defensa de los Derechos Fundamentales: Queremos que los Mayores vivan más y mejor pero, también, que los Mayores quieran seguir viviendo.
- CENTRADOS EN LA PERSONA: Los servicios deben adaptarse a las personas y no las personas a los servicios de atención. La persona y sus momentos vitales, están en el centro de todo. El lugar donde ser realice es INDIFERENTE, bien en la Residencia, bien en el propio domicilio.
- EL VOLUNTARIADO Y LA FAMILIA son aliados en la atención de las personas. La FAMILIA es insustituible, pero también, apostamos por potenciar los servicios de proximidad, domiciliarios y comunitarios. Es necesario promover la figura del voluntariado con unos criterios de calidad básicos. El voluntario corporativo tiene que ser alguien que remueva conciencias en su entorno. 01/12/20
- ARQUITECTURAS DE LOS CENTROS: Hay que redefinirlas. Las Residencias SON HOGARES, no hospitales. Y allí viven personas con necesidades que deben ser cubiertas por las Administraciones Públicas, incluso, con subvenciones directas para obras de remodelación.
- TRATO DIGNO Y HUMANIZANTE: También, para los profesionales de este sector. En 2040, habrá 260.000 nuevos puestos de trabajo en el Sector. Es fundamental, que estén formados. La emigración jugará un papel fundamental y debemos ayudar a esa realidad, con todas las garantías. Reconocimiento social y política feminista de verdad, para un sector de mujeres trabajadoras. Cuidar al final de la vida no solo es tarea de una serie de expertos, sino de toda la comunidad. El cuidado al final de la vida es responsabilidad de todos. El camino es la humanización.
- ORDENACIÓN DEL SISTEMA: Responsabilidad pública para ordenar y determinar modelos. Son fundamentales los marcos de negociación colectiva y establecer medidas para evitar el trabajo no declarado en el sector.
- SIN INVERSION Y FINANCIACIÓN PÚBLICA, NO HAY FUTURO. Necesitamos 1.000 millones de euros anuales, de aquí al 2030, para poder atender todas las necesidades que, ya sabemos, vamos a tener. Si no lo hacemos así, llegaremos tarde, y habrá personas que no podrá ser atendidas como merecen.
- LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS: Innovación. La innovación no cambia con la tecnología, sino con las personas. El gran reto de la implementación tecnológica es desarrollar soluciones donde la tecnología no sea un fin en sí misma, sino un medio para poner en el centro de atención a las personas. No podemos entender la digitalización sin el factor humano.
- LO SOCIAL Y LO SANITARIO. Hay que discutir la relación y gobernanza entre estos ámbitos. El COVID-19 ha mostrado la escasa preocupación que, en muchos países, hay desde lo sanitario hacia los centros residenciales. Nunca más puede volver a ocurrir que lo sanitario arrolle a lo social. 01/12/20
- DIÁLOGO SOCIAL. Debe redefinirse la participación de las ADMINISTRACIONES PÚBLICAS. No dejar a nadie atrás, de verdad, es hacer visible las necesidades de todas las personas, y dar voz a las Entidades que están allí, siempre. Y siempre es siempre.
- EL TERCER SECTOR debe ser apoyado por las Administraciones Públicas. Atendemos situaciones no cubiertas desde lo mercantil o, incluso, desde lo público. La ECONOMÍA SOCIAL debe ser el objetivo de la colaboración público - privada de los servicios sociales.
- Es urgente una EUROPA SOCIAL Y SOLIDARIA.

Por debajo en Europa
La Unión Europea debe ser cobijo y garantía de las personas y sus derechos fundamentales. En este sentido, Juan Vela, preguntado por cómo estamos en España con respecto a otros países de nuestro entorno, contesta: "Compartimos necesidades de cambio y compartimos estrategia, es decir, vemos hacia dónde queremos llegar, pero ahora, la situación de España, por la trayectoria que hemos vivido, nos sitúa en una posición inferior".
Y recuerda que nosotros estamos aplicando el 0,7% del PIB y en Países Bajos están en el 3%, aproximadamente: "No estamos al mismo nivel porque no se dedica el mismo esfuerzo".
Del mismo modo, apunta a uno de los problemas que más han distinguido al sector últimamente en nuestro país: "Toda la coordinación sociosanitaria está muy cogida con pinzas aquí en España. También creo que es importante a trabajar la protección de las personas mayores: a las personas hay que tenerlas protegidas en todo momento y en todo lugar, de forma igualitaria en el sistema de la dependencia. Esto son debilidades que tiene nuestro sistema, sobre todo si va acompañado de un déficit económico por parte de lo que debe aportar el Estado muy importante".
¿La covid lo ha acelerado todo o lo ha cambiado todo?
"La covid también se podría ver como un reto que se ha desvelado delante de la sociedad. Hemos estado diciendo que había que prestar más atención a este sector, porque tenía muchas deficiencias y esto se puede solucionar con el apoyo de todos, desde administraciones hasta los agente sociales, y con la pandemia se han visto clarísimas todas las debilidades que tenía el sistema", reitera.
El presidente de las residencias del sector solidario cree que "este es el momento de que más que nunca se pueda reflejar una realidad que nos costaba tano explicar a la sociedad y a los políticos".
Una residencia de futuro
Preguntado por dónde pasa ese cambio en una residencia para el futuro, Juan Vela explica: "El reto que tenemos todas las entidades sociales, e imagino que también de las empresas, es de seguir avanzando de forma mucho más abierta a la generación de servicios, recursos y servicios hacia las personas mayores, mucho más integrales, que no solamente la estancia residencial, que es un elemento más".
"Al final -enfatiza-, el modelo importante que tenemos que buscar es hacer realidad el proyecto de vida que tiene alguna de esas personas, los mayores". "La residencia es una estructura, es el armazón, es el continente. Muchas veces me preguntan cómo serán las residencias. Obviamente van a cambiar porque nos vamos a fijar en el contenido, nos vamos a fijar en lo que piensa cada persona y, a través de lo que piensa, modificar. Por eso va a cambiar", sentencia.
Por todo ello, opina que son las personas mayores las que deberían de tomar el liderazgo, incluso, del modelo de cómo quieren ser tratadas y atendidas. "Para eso tenemos que cambiar mucho", dice, "no es un tema de crear espacios para que los mayores hablen, sino que las personas mayores tienen que participar de forma transversal en toda la vida en sociedad".
Y concluye: "¿Cuántas personas mayores hay en medios de comunicación, en órganos de decisión, en influencia, en comisiones de participación ciudadana? Si el 21% de la población es mayor, qué menos que pedir también a todos los órganos que tengan este 21% de personas mayores. Nos quedan tiempos de denunciar la discriminación que sufren y de ganar posición para que sean los mayores en primera persona los que digan cómo y dónde quieren ser tratados".