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Arquitectura y Residencias: SällBo, una nueva iniciativa sueca para la vida intergeneracional de los mayores

SällBo, una experiencia intergeneracional sueca.
SällBo, una experiencia intergeneracional sueca. (Foto: SällBo)
martes 29 de septiembre de 2020, 02:29h

Dentro del trabajo que desarrollamos en el despacho de arquitectura B\TA está la investigación en todo el mundo de cómo son los entornos para mayores donde se puedan implementar las mejores prácticas de atención con el objetivo de mejorar la vida de los mayores. Como todos sabemos, las tres circunstancias principales que sufren gran parte de las personas mayores son “la soledad”, “el aburrimiento” y “la sensación de inutilidad”. Esto nos guía a la hora de proponer nuevas soluciones de residencias asistidas para mayores.

Las residencias están pensadas para el 5% de las personas mayores de 65 años, aquellas que por circunstancias familiares o por un grado de dependencia mayor requieren de unos cuidados continuados. Pero muchas veces yo me he preguntado: ¿Qué hacemos para ese otro 95% de personas mayores de 65 años que no requieren los cuidados de una residencia asistida? Esas tres circunstancias que hemos comentado también se dan en gran parte de este 95% de personas que no requieren una residencia asistida.

Aquí es donde entra lo que conocemos hoy en día como el Senior Living y el senior co-housing. Es cierto que ya hace mucho tiempo que se está trabajando el Senior Cohousing de autogestión, pero debemos buscar una solución válida para “todos” los mayores y, aunque me encanta la solución cohousing, estaremos de acuerdo en que no es una solución universal para todas las personas.

Enmarcado en este trabajo de investigación constante, hoy os presento una nueva experiencia sueca: Sällbo. Esta palabra es la contracción de dos palabras suecas: “sällskap”, compañerismo, y “bo”, residir (vivir en un lugar). De alguna manera viene a significar una manera de afrontar la vida mediante la relación intergeneracional entre las personas mayores y personas jóvenes. Siempre me ha parecido que la relación entre diferentes generaciones de personas enriquece, ayuda a tener más ganas de vivir a los mayores y establece una relación de los jóvenes que los fortalece en su personalidad.

En la ciudad de Helsingborg, una pequeña ciudad portuaria al sur de Suecia, la empresa “non profit” Helsingsborgshem financiada con fondos públicos del ayuntamiento ha convertido un antiguo edificio de viviendas con servicios para mayores en un edificio de apartamentos para mayores y jóvenes, muchos de ellos inmigrantes. Helsingborgshem es una empresa de alquiler de viviendas para todo tipo de personas, pero en el caso de Sällbo ha creado un edificio para resolver dos problemas de una sola vez: la soledad de las personas mayores y la integración de personas jóvenes inmigrantes que huyen de las guerras en busca de un futuro mejor.

Tal como se explica en su WEB, "SällBo es una nueva forma de vida: un alojamiento para grupos en el barrio de Fredriksdal con enfoque de integración en el que eliges vivir un poco menos y compartir un poco más. En algo más de la mitad de los apartamentos viven personas mayores (mayores de 70 años) y en el resto, adultos jóvenes de entre 18 y 25 años, incluidas personas que han recibido recientemente un permiso de residencia en Suecia. Esto hace de SällBo un hogar único, donde las generaciones y las culturas se encuentran y la vida social está en el centro. Además de su apartamento, tiene acceso a áreas comunes tanto en el interior como en el exterior, con mucho espacio para el ocio y la socialización".

Se trata de un edificio de apartamentos relativamente pequeños para una o dos personas. Todos los apartamentos disponen de cocina y baño, con una sala y un dormitorio. Hay varias medidas, pero la distribución es sencilla, aunque confortable. Los apartamentos para mayores y para jóvenes no tienen diferencias. Como sabemos, la sociedad sueca hace muchos años que, por ley, defiende la individualidad de las personas por encima de todo. Cada persona tiene derecho a vivir de forma independiente y por este motivo es la sociedad que tiene los índices de emancipación más joven del mundo. Por tanto, aprovechar la posibilidad que los jóvenes puedan emanciparse compartiendo un mínimo de 2 horas a la semana con personas mayores, es una solución realmente ingeniosa.

Un apartamento tipo 1 de los 3 que hay como ejemplo.

Sällbo abrió en noviembre pasado y consta de 51 apartamentos repartidos en cuatro plantas de una casa de retiro reformada. Más de la mitad de los 72 residentes tienen más de 70 años, el resto tiene entre 18 y 25 años. Todos fueron seleccionados después de un extenso proceso de entrevistas para asegurar una mezcla de personalidades, antecedentes, religiones y valores, y todos tuvieron que firmar un contrato prometiendo pasar al menos dos horas a la semana socializando con sus vecinos.

También disponen de zonas comunes, talleres, biblioteca, salas de actividades etc. Pero una cosa muy destacable es que cada planta dispone de una cocina común donde poder compartir el momento del cocinado y comida en común.

Para evitar posibles problemas de convivencia, el operador provee de una persona que se encarga de liderar las actividades en sus inicios, pero éstas siempre están organizadas y ejecutadas por los residentes. Por ejemplo, una persona mayor que había sido maestro da clases de inglés a los jóvenes.

Se han organizado grupos de jardinería, de juegos de cartas y de bricolaje. La biblioteca está constituida mayoritariamente por libros de los propios residentes. Todas las actividades están compartidas entre los que las quieren hacer.

Los precios están entre los 400 y los 500 euros mensuales y los jóvenes deben tener ingresos mensuales como mínimo del doble del precio de su apartamento. Estos precios vienen a ser aproximadamente de la mitad del precio del mercado regulado de la ciudad.

Creo que es una idea muy interesante, aunque muy propia de los nórdicos. Siempre he dicho que estas ideas nórdicas están muy bien sobre el papel, pero debemos tener en cuenta que la cultura nórdica siempre se reúne en las casas y, por tanto, tienen una vida interior muy rica y creativa. Los mediterráneos somos muy diferentes y nos reunimos muy a menudo en las calles y en las plazas, por disponer de un clima mucho más atemperado.

Por otro lado, la capacidad económica del bien estar público de los nórdicos y su clara cultura de preservación de la individualidad hace que sea una cultura en la que los jóvenes se van de casa muy jóvenes, y eso también ayuda a que ideas como esta que acabamos de referir tengan mucho más éxito.

De hecho, el Ayuntamiento de Barcelona creó hace unos años una cosa a la que se llamó “Viure i Conviure” que viene a ser “vivir y convivir” en el que personas jóvenes estudiantes vivían en la casa de personas mayores válidas con las que se relacionaban, buscando el puro “win-win”. La persona mayor tenía compañía y los estudiantes tenían un lugar donde vivir a cambio de socializar con la persona mayor. Véase https://ajuntament.barcelona.cat/personesgrans/ca/canal/programa-viure-i-conviure

Creo que las fundaciones, empresas del tercer sector y los ayuntamientos deberían empezar a pensar en este tipo de edificios que permitan estas relaciones intergeneracionales para procurar el bienestar de nuestros mayores. Todos los grandes ayuntamientos tienen institutos de vivienda pública y creo que podrían perfectamente dedicar algunos esfuerzos y dinero a proyectar este tipo de viviendas intergeneracionales.

Como conclusión diré que es una muestra más de la capacidad que tienen los nórdicos para generar bienestar para las personas mayores de la que debemos aprender. Ya hace tiempo que estoy convencido que debemos pensar en ese 95% de personas mayores que no requieren vivir en una residencia asistida, pero que viven solas y que necesitan compañía, o que no viven solas pero que desean tener una vida más activa.

Si somos capaces de construir edificios en los que este tipo de personas puedan vivir y compartir sus experiencias con personas más jóvenes, creo que como sociedad ganaríamos calidad de vida al final de las nuestras. La vida es demasiado corta como para desaprovecharla, debemos vivir bien hasta el final y cambiar las tres plagas de los mayores: la soledad, el aburrimiento y la sensación de inutilidad por, compañía, diversión y compartir conocimiento con personas de otras generaciones.

Página web de SällBo: https://www.helsingborgshem.se/sok-ledigt/vilket-boende-passar-dig/sallbo

Las fotos pertenecen a la WEB de SällBo y alguna de un artículo del diario The Guardian.

Marc Trepat Carbonell

Arquitecto

B\TA

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