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LA PRESIDENTA DE CEAPS, ANTE EL COVID: “HA FALLADO LA COORDINACIÓN SOCIOSANITARIA”

Cinta Pascual: “La financiación es la base. Hay que destinar un mínimo del 2% del PIB a los Servicios Sociales como en el resto de Europa”

Cinta Pascual, presidenta de CEAPs
Cinta Pascual, presidenta de CEAPs (Foto: CEAPs)
jueves 23 de julio de 2020, 03:52h

Las residencias de personas mayores han estado en el ojo de huracán durante la pandemia del coronavirus por el número de fallecidos en los centros. Pasado lo peor, aunque todavía no ha terminado, es tiempo de hacer balance.

“Lo que ha fallado es la coordinación socio sanitaria y por lo tanto la respuesta está en que se articulen sistemas en el que tanto la atención primaria como la especializada estén perfectamente vinculados con cada residencia”. Así lo explica, la presidenta del Círculo Empresarial de Atención a las Personas (CEAPs), Cinta Pascual, que se lamenta: “Las personas mayores han fallecido sin los medios necesarios para luchar contra la enfermedad que tenían y eso no puede volver a consentirse”.

La responsable de esta patronal tiene claro que “los Servicios Sociales son la base del Estado del Bienestar y, sin embargo, están absolutamente ninguneados por desconocimiento, eso lleva a que exista un déficit de financiación y de profesionales que quieran trabajar en nuestros centros”.

Por eso, opina que “la atención profesional es el mayor garante de calidad y calidez en los servicios”, pero “la financiación es la base”. Pascual pide “destinar un mínimo del 2% del PIB a los Servicios Sociales como en el resto de Europa, cuando en España actualmente se emplea sólo el 0,5%”.

¿Qué valoración hace de lo que ha pasado en los últimos 4-5 meses en España con el sector residencial?

Durante 10, 15 o 20 días, en función de la comunidad, hubo un freno a los ingresos hospitalarios cuando más lo necesitaban las personas mayores. Perdieron su derecho a la Sanidad Pública Universal, y eso es lo que ha provocado que las personas mayores hayan sido las que han sufrido más la pandemia.

Las personas mayores han fallecido sin los medios necesarios para luchar contra la enfermedad que tenían y eso no puede volver a consentirse.

Desde CEAPS, sólo pedimos unión para poder solucionar la realidad y que no se vuelva a repetir. En el Gobierno de España deben tener claro que hay que que buscar soluciones y nosotros estamos para sumar y apostar siempre por las personas más vulnerables.

¿Saca algo positivo de la experiencia vivida?

La atención profesional es el mayor garante de calidad y calidez en los servicios tal y como se ha demostrado tanto en centros de Día, teleasistencia y las propias residencias. La transparencia cuando ocurre alguna realidad negativa llega a cubrir las primeras páginas de todos los periódicos y abre informativos, pero en un sector que da servicio a más de 1,5 millones de personas en España se generaliza con casos concretos y no sale a la luz para mostrar todo lo bueno que genera la atención a las personas.

Las personas que viven en los centros o en los entornos y conocen cómo son los centros y los familiares que han tenido o tienen personas viviendo en ellos saben perfectamente qué es una residencia y el contacto con ellos es fundamental y su impulso es lo que nos llena y nos lleva dentro del dolor y de todo lo padecido.

¿Cree que todo esto puede ser una oportunidad para que las administraciones apuesten más y gasten más en los servicios de atención y cuidado a las personas mayores, como por ejemplo en el concierto de plazas residenciales?

Tanto la sociedad como las administraciones saben que son un elemento esencial en los Servicios Sociales y fundamental, al igual que lo son los cuidados profesionales en el entorno familiar y los centros de día. Hace falta una dignificación de la sociedad en general y hay que sentirse orgulloso del modelo de atención.

La Covid no ha entendido de titularidad, y la respuesta ante la entrada del virus en las residencias ha variado por la respuesta sanitaria que se ha dado de la misma, no por la gestión ni los modelos. Por ello no hay debate al respecto.

Para la sociedad lo importante es que cuando necesitan los servicios profesionales en una residencia puedan tener acceso a ellos y lo hagan en igualdad de condiciones y de manera pública, porque así lo recoge a la Ley de Dependencia.

Esta norma recoge el Derecho reconocido de acceso a los Servicios Sociales y garantiza el acceso a una plaza pública y la libertad de elección de los beneficiarios de la Ley a elegir dónde quieren vivir. Esa es la realidad y en este aspecto el sistema ha sido líder en atención.

Desde Ceaps denunciamos ya en el Caos de la Dependencia en 2019 cómo existen 17 modelos diferentes de derechos y de modelos y cómo esto hace que una persona tenga mejores o peores accesos a los Servicios Sociales con dependencia de donde se resida por eso la colaboración es básica y hay que defender el modelo tal y cómo se ha estado bien pero con criterios que se basen en la calidad, con presupuestos que permitan dotar de más ratio de personal y respetando los criterios establecidos.

La financiación es la base. Hay que destinar un mínimo del 2% del PIB a los Servicios Sociales como en el resto de Europa, cuando en España actualmente se emplea sólo el 0,5 por ciento. Con el incremento que el sector requiere es como se pueden establecer los pilares basados siempre en la calidad en la atención.

¿Qué hay que hacer desde las administraciones para evitar que mueran más personas en las residencias si se produjera un rebrote masivo y generalizado?

Lo que ha fallado es la coordinación socio sanitaria y por lo tanto la respuesta está en que realmente exista una verdadera coordinación, y se articulen sistemas en el que tanto la atención primaria como la especializada estén perfectamente vinculados con cada residencia.

Es necesario que todos los centros tengan acceso a la historia clínica y a la inversa, ellos a la social y poder establecer mecanismos de trabajo.

¿Y desde las propias residencias?

Cada residencia cuenta con su propio plan de contingencia para saber cómo actuar en cada caso y en varias regiones se está realizando formación a los profesionales por parte de entidades y administraciones para lograr estar preparados si vuelven a producirse situaciones de este calado. Son los centros, sus gestores, trabajadores, familiares y usuarios los que más medidas están adaptando. Desde la protección hasta las medidas de comunicación y adaptación a las nuevas tecnologías.

Nosotros seguimos haciendo apoyo psicológico a familias y profesionales. Ha sido lo segundo más duro de la pandemia, tras ver cómo decíamos adiós a las personas, era comunicarlo y saber que las despedidas iban a ser durísimas. Es un trabajo profundo en el que nos estamos centrando y, por ello, también pedimos recursos para que no vuelva a ocurrir.

¿Algún temor al respecto de responsabilidades judiciales por la gestión de las residencias?

Al contrario. La atención es una responsabilidad y hasta el momento las responsabilidades judiciales reclamadas han demostrado cómo la gestión de las residencias ha sido correcta, que los profesionales han hecho todo lo posible dentro de sus medios para lograr que la pandemia no llegase a entrar en los centros o gestionar el Covid-19 dentro de las instalaciones lo mejor posible.

¿Por dónde cree que pasa irremediablemente el futuro del sector residencial?

El sector está experimentando en los últimos 20 años un auténtico cambio. Se ha cambiado la estructura hotelera por otra centrada en la Atención Centrada en la Persona. Pero, ¿qué significa esto? Que las residencias se adaptan a las necesidades de cada persona usuaria no al revés lo que convierte a los centros en auténticos hogares, separados en unidades de convivencia donde residen no más de 16 personas y siempre son atendidos por los mismos profesionales.

Este es un modelo de éxito y en ese modelo estamos trabajando. Nosotros invitamos a quienes lo deseen venir a cualquiera de nuestros centros a conocernos y saber cómo ha evolucionado el sector.

Las personas mayores han fallecido sin los medios necesarios para luchar contra la enfermedad que tenían y eso no puede volver a consentirse.

Además, hay que partir de la dignificación del sector que es el tercer pilar del estado de bienestar. Los Servicios Sociales son la base del Estado del Bienestar y, sin embargo, están absolutamente ninguneados por desconocimiento, eso lleva a que exista un déficit de financiación, de profesionales que quieran trabajar en nuestros centros y, en definitiva, de valor real de las personas que lo componemos.

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