La Fundación Edad&Vida, en su última publicación, “Comer puede seguir siendo un placer” incluye una serie de sencillos trucos culinarios y recetas que permiten que todas las personas, sin importar su estado de salud o las patologías que tenga, sigan disfrutando al máximo con el acto de alimentarse.
Así, se defiende que seguir una alimentación saludable, variada y equilibrada en conjunto con la realización de actividad física, es el medio para alcanzar y disfrutar del bienestar personal. Con este fin, la dieta debe aportar alimentos variados en cantidades adaptadas a las necesidades concretas de la persona y debe hacer énfasis no sólo en la cantidad, sino también en la calidad de sus ingredientes.
Un ejemplo de dieta equilibrada, saludable y variada es la Dieta Mediterránea, que más que una dieta o un patrón de alimentación, se considera hoy en día un estilo de vida asociado a muchas propiedades beneficiosas sobre la salud.
Las bases de la Dieta Mediterránea se caracterizan por:
- Utilizar el aceite de oliva como principal grasa de adición.
- Consumir alimentos de origen vegetal en abundancia: frutas, verduras, legumbres, champiñones y frutos secos.
- El pan y los alimentos procedentes de cereales (pasta, arroz y especialmente sus productos integrales) deberían formar parte de la alimentación diaria.
- Los alimentos poco procesados, frescos y de temporada son los más adecuados.
- Consumir diariamente productos lácteos, principalmente yogurt y quesos.
- Consumir pescado en abundancia y huevos con moderación.
- La fruta fresca debería ser el postre habitual.
- La carne roja debería consumirse con moderación y las carnes procesadas en cantidades pequeñas.
- El agua es la bebida por excelencia.
- Realizar actividad física a diario.