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Se acerca el invierno: los mayores, entre los más afectados por la reducción de horas de sol

Una persona mayor pasea al sol.
Una persona mayor pasea al sol. (Foto: JC)
martes 30 de octubre de 2018, 02:09h

Los expertos recomiendan al menos 30 minutos de exposición solar en otoño y 2 horas en los meses de invierno.

Acabamos de cambiar la hora, es decir, hemos sumado una hora extra de sueño, a las 3 volvieron a ser las 2, en un intento de tener más luz a primera hora de la mañana. No es la luz solar cosa poco importante cuando hablamos de personas mayores, ya que el número de horas de luz que disfrutamos tiene consecuencias directas sobre la salud.

La médico de la Dirección Asistencial de Sanitas Mayores, Conchita García, lo explica claro: “La reducción de exposición a las horas de luz puede afectar al ritmo del sueño, provocar ansiedad y conllevar cuadros depresivos. Los grupos de edad más afectados por estos efectos son los niños y los ancianos, porque son los que suelen tener una rutina más marcada”.

Es importante no olvidar que con el otoño se experimenta una bajada del estado de ánimo que puede derivar en depresión y que se conoce como depresión otoñal. La doctora explica que “el descenso de las temperaturas y, sobre todo, la reducción de las horas de luz son responsables de la sensación de tristeza de algunas personas, más aún si viven solas, algo que ocurre con más frecuencia en la tercera edad. Hay quien resulta más sensible a estos cambios y padece síntomas depresivos, tristeza, astenia, irritabilidad y una mayor necesidad de consumir dulces”.

Además, al ponerse el sol, algunos mayores con demencia presentan una mayor agitación, confusión, ansiedad, irritabilidad o incluso pensamientos paranoicos o alucinaciones. “El hecho de que oscurezca antes les desorienta mucho y les confunde en su día a día”, explica García.

Para García, la falta de vitamina D es otro de los trastornos de la reducción de horas de sol; de hecho, el de los ancianos es uno de los grupos poblacionales que más ausencia de esta vitamina presenta. “Esta vitamina es muy buena para huesos, músculos y para la piel. Cuantas menos horas de luz, menor será nuestra exposición solar, lo que puede traducirse en lesiones o en osteomalacia en adultos y personas de la tercera edad”, afirma la doctora Conchita García.

Cuánto tiempo para la suficiente vitamina D

Pero, ¿cómo sabemos cuántas horas de sol son necesarias para paliar el déficit de vitamina D? La doctora hace alusión a un estudio reciente del Grupo de Investigación en Radiación Solar de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) sobre el tiempo necesario de exposición para obtener las dosis recomendadas de vitamina D sin que eso dañe nuestra salud. “Se comprobó que, alrededor del mediodía en enero, con un 10% de exposición corporal, se necesitan aproximadamente 130 minutos para obtener la dosis diaria recomendada de vitamina D. Como este tiempo es menor que el que produciría eritema, no hay riesgo de quemaduras solares. En cambio, en abril y julio, con un 25% de exposición corporal, serían suficientes unos 10 minutos para adquirir la vitamina. Y en octubre, por ejemplo, se necesitarían unos 30 minutos”, explica la especialista de Sanitas Mayores.

Por otro lado, tendemos a quedarnos más en casa, lo que puede afectar al sistema inmunitario. Según explica la doctora, “científicos de la Universidad de Copenhague han descubierto que la vitamina D es crucial para activar las defensas del organismo y que, sin suficiente ingesta de la misma, las células 'asesinas' del sistema inmune (las células T) podrían no ser capaces de reaccionar contra las infecciones graves”.

Por último, la falta de luz también puede producir infartos y enfermedades cardiovasculares. “Científicos de la Universidad de Edimburgo demostraron que la luz natural aumenta la concentración de óxido nítrico que circula por la sangre. Esta molécula provoca una caída importante de la presión arterial. De forma que exponerse al sol es el modo más natural de prevenir la hipertensión, el principal factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, apunta la doctora.

Recomendaciones para disfrutar de un otoño saludable

  • Dar paseos por la mañana -que es cuando más horas de luz hay- es muy bueno para prolongar la exposición al sol
  • Dormir una media de 7 horas al día
  • Cuidar la dieta: incluir alimentos ricos en hierro, como legumbres así como frutas y verduras que aportan vitaminas necesarias para combatir los catarros. Además, algunas como la granada, la calabaza y las uvas aportan antioxidantes que tienen efecto anticancerígeno
  • Mantener la mente ocupada con actividades ocupacionales al caer la tarde como juegos de cartas, juegos en grupo, música, cine…
  • Vacunarse de la gripe
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