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Detectar y actuar a tiempo: claves para afrontar el deterioro cognitivo

Qida, cuidados de calidad en casa. (Foto: Qida).
Dependencia.info | Miércoles 26 de marzo de 2025
Estrategias como rutinas diarias, ejercicio y apoyo profesional pueden mejorar la calidad de vida y prevenir enfermedades neurodegenerativas desde edades tempranas.

La preocupación por el deterioro cognitivo está en aumento entre las familias, sobre todo cuando observan alteraciones en la memoria o el comportamiento de sus seres queridos. En España, alrededor del 20% de los mayores de 65 años presenta algún nivel de deterioro cognitivo, lo que provoca inquietud y ansiedad en su entorno más cercano.

El olvido frecuente de información reciente se considera uno de los primeros signos de alerta. Además, puede presentarse como dificultad para encontrar las palabras correctas durante una conversación, problemas al seguir instrucciones o tomar decisiones, así como cierta desorientación temporal o confusión respecto a fechas y horarios. Ante la repetición de estos síntomas, es fundamental actuar con prontitud para conseguir un diagnóstico temprano y establecer las medidas adecuadas.

Cuando se sospecha de un deterioro cognitivo, lo más recomendable es consultar a un especialista. Un diagnóstico realizado en etapas tempranas puede facilitar la implementación de estrategias que contribuyan a ralentizar su avance y a mejorar la calidad de vida del individuo afectado.

Según Daniela Agudelo, psicóloga del área de prevención de Qida, "es fundamental que las familias entiendan que detectar el deterioro cognitivo a tiempo no solo mejora la calidad de vida de la persona mayor, sino que también ayuda a aliviar la carga emocional de los familiares que están ejerciendo como cuidadores".

Para lograr esto, sugiere establecer rutinas diarias que favorezcan la orientación temporal y espacial, estimular la cognición mediante actividades como la lectura o juegos estratégicos, realizar ejercicio físico con regularidad para potenciar la salud cardiovascular y el bienestar emocional, así como mantener una vida social activa mediante interacciones frecuentes con amigos, familiares y la comunidad.

Contar con un profesional del cuidado en el hogar puede ser una solución eficaz para asegurar que se sigan estas pautas, aliviando así a los familiares de la totalidad de la responsabilidad del cuidado. Agudelo comenta: "Muchas veces, la familia quiere hacerlo todo, pero contar con la ayuda de una persona cuidadora en casa permite que el vínculo con la persona mayor se mantenga desde el afecto, sin que la carga del cuidado se vuelva abrumadora".

El síndrome del cuidador, que se manifiesta como un agotamiento físico y emocional en quienes cuidan a un ser querido durante períodos prolongados, puede ser prevenido gracias a este acompañamiento profesional. La familia, al recibir orientación y apoyo de un cuidador especializado, logra enfrentar con mayor serenidad la evolución de la persona mayor. Esto no solo minimiza la incertidumbre, sino que también garantiza un cuidado adecuado y sostenible a lo largo del tiempo.

La clave para prevenir o retrasar enfermedades neurodegenerativas

Un estudio reciente llevado a cabo por Qida revela que más del 75% de los encuestados con edades entre 55 y 75 años manifiesta una preocupación notable por el riesgo de desarrollar una enfermedad neurodegenerativa. Esta cifra asciende a un 86% entre aquellos que cuentan con antecedentes familiares.

Este hallazgo cobra especial importancia, ya que un 22% de los participantes menciona tener antecedentes familiares de enfermedades como Alzheimer (38%), demencia (36%) y Parkinson (17%), entre otras (9%). Además, el 44% de los encuestados señala haber presenciado un caso de enfermedad neurodegenerativa en su entorno más cercano, lo que resalta la urgencia de aumentar la concienciación y el apoyo para quienes están afectados y sus familias.

A pesar de la preocupación que existe en la sociedad, el 61% de las personas no son conscientes de que la prevención puede disminuir hasta un 40% el riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas, según revela el estudio de Qida. Para reducir estos riesgos, adoptar un estilo de vida saludable resulta fundamental.

Daniela Agudelo enfatiza que "seguir una alimentación equilibrada, como la dieta mediterránea, practicar ejercicio físico de manera regular, mantener la mente activa con desafíos cognitivos y participar en actividades sociales son estrategias eficaces para fortalecer la reserva cognitiva y prevenir enfermedades neurodegenerativas". Además, es crucial gestionar factores de riesgo cardiovascular como la hipertensión y la diabetes, dado que están estrechamente vinculados al deterioro cognitivo.

Agudelo concluye que "es esencial que la población entienda que la prevención no se limita a las personas mayores, sino que debe iniciarse desde edades tempranas para asegurar un envejecimiento saludable".

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