Opinión

La cualificación de las gerocultoras. ¿Chutar la lata o convertir España en una isla rural?

Josep de Martí, fundador de Inforesidencias.com (Foto: JC/Dependencia.info).
Josep de Martí | Miércoles 05 de marzo de 2025

En el sector de las residencias de personas mayores, la necesidad de contar con personal cualificado es incuestionable. Los auxiliares, comúnmente conocidos como gerocultoras, desempeñan un papel esencial en el bienestar de los residentes y, por ello, deben contar con una formación adecuada que garantice un nivel de competencia profesional. En teoría, la normativa exige que las auxiliares dispongan de una titulación específica obtenida a través de la Formación Profesional, certificados de profesionalidad o acreditaciones de competencias. Sin embargo, la realidad es bien distinta.

Ante la escasez de personal y la imposibilidad de cubrir todas las plazas con profesionales que cumplan con los requisitos, las normativas han ido aprobando prórrogas y creando algunas excepciones y mecanismos de habilitación excepcional que siempre han venido acompañados de un calendario y una fecha límite de cumplimiento. Curiosamente, casi siempre, cuando esa fecha se acerca, se aprueba una nueva prórroga, se chuta la lata unos metros más allá en el callejón de la dependencia.

En Cataluña, por ejemplo, la reciente resolución DSI/4480/2024 ha extendido hasta diciembre de 2025 el plazo para solicitar dichas habilitaciones excepcionales. Es decir, una vez más, se ha optado por aplazar la solución definitiva y prolongar una situación que ya dura más de una década. Durante un año más las residencias podrán contratar a auxiliares sin suficiente titulación comprometiéndose a facilitársela mientras trabajan.

En cada comunidad autónoma se han establecido criterios distintos, pero todas ellas comparten un mismo dilema: si se aplicara la normativa con rigor absoluto, muchas residencias se quedarían sin personal suficiente para atender a los residentes. Por eso se opta por mantener medidas de flexibilidad o por introducir nuevas.

Lo paradójico es que la solución a este problema lo tenemos al alcance de la mano y sólo requeriría hacer una pequeña modificación al controvertido 'Acuerdo Belarra', que establece criterios comunes de acreditación en el sistema de dependencia. En su articulado, cuando se trata sobre la capacitación del personal gerocultor se recoge una medida específica para zonas rurales e insulares que permitiría contratar a personas sin la cualificación requerida cuando no haya demandantes de empleo con la formación exigida.

Bajo esta fórmula, el personal contratado en estas condiciones recibiría formación para su cualificación en el propio puesto de trabajo, con un 20% de su jornada destinado a dicha formación de manera gratuita.

Si aceptamos que en los próximos años va a crecer más rápido el número de personas mayores y el de personas dependientes que el de técnicos cualificados que puede generar el sistema educativo y que esto va a pasar con independencia del lugar de España en que nos encontremos, la propuesta más lógica sería extender esta normativa a todo el territorio: insular y peninsular, rural y urbano.

De esta manera, cualquier residencia que acreditara la imposibilidad de contratar personal cualificado podría recurrir a este sistema de formación in situ. De lo contrario, continuaremos aplicando la estrategia que se ha seguido hasta ahora: declarar la obligatoriedad de la cualificación profesional y, al mismo tiempo, posponer su cumplimiento con prórrogas sucesivas.

Conviene recordar que en los primeros criterios de acreditación, aprobados en 2008, se estableció como fecha límite para que todas las auxiliares estuviesen formadas el diciembre de 2012. Han pasado casi trece años y seguimos "chutando la lata" hacia adelante, sin afrontar el problema de raíz.

Y mientras tanto este problema no nos deja ver el verdadero que es el demográfico. Incluso si se adoptase mañana la propuesta que propongo seguiríamos igual: con una proporción de personas mayores que pasará del 21% actual a casi el 30% y con unos jóvenes que cuesta atraer al sector del cuidado.

De momento tenemos que elegir entre chutar la lata o convertir a toda España en una "isla rural".

Autor del texto Josep de Martí Vallés. Jurista y Gerontólogo. Fundador de Inforesidencias.

Síguele el Linkedin: https://www.linkedin.com/mynetwork/discovery-see-all/?usecase=PEOPLE_FOLLOWS&followMember=josep-de-marti-valles

TEMAS RELACIONADOS:


Noticias relacionadas