En el caso concreto de las residencias de personas mayores y con discapacidad, se insta a tomar "precauciones adicionales en el caso de aparición de síntomas en trabajadores, residentes o visitantes, para evitar brotes y cuidando el bienestar de los mayores, tanto físico como emocional".
Se ha tenido en cuenta el informe del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) que junto a la Ponencia de Alertas considera que la covid-19 "ha sido controlada y, aunque esta enfermedad continúa siendo relevante para la salud pública, ya no supone una situación de crisis sanitaria en España".
Además, el ministro ha subrayado que la situación epidemiológica es "totalmente distinta", ya que desde noviembre de 2022 la tendencia es decreciente y las hospitalizaciones por covid suponen ya solamente el 1,06% y la presencia en ucis el 0,99%. Miñones entiende que, junto a una mayor vacunación, podemos "concluir que esta enfermedad ya no constituye una situación de crisis sanitaria en España".
Hay que recordar que la OMS ya declaró el pasado 5 de mayo la finalización de la emergencia sanitaria.
El Círculo Empresarial de Atención a la Dependencia (CEAPs) mostraba su satisfacción en redes sociales: "Por fin llegó el fin de la obligación de usar #mascarillas en las #residencias. Acaba de ser aprobado, aunque la medida no será efectiva hasta que se publique en el #BOE. Ahora, a aplicar el sentido común. Ante posibles síntomas, se recomienda su uso".
Igualmente, la Asociación de Residencias de la Tercera Edad de Castilla-La Mancha (ARTECAM) aplaude la retirada de la #mascarilla obligatoria en las #residenciasdemayores: "Aunque con retraso, ha triunfado el sentido común. Los centros sociosanitarios no podían seguir viviendo al margen de la sociedad. Ante síntomas, uso recomendado".
L’Associació Catalana de Recursos Assistencials (ACRA) considera "muy positiva" la retirada de la obligatoriedad de la mascarilla en las residencias de personas mayores, entre otros recursos asistenciales. Se trata de una noticia largamente esperada por el sector y muy reivindicada por ACRA en las administraciones, anunciada hoy en el Consejo de Ministros y que entrará en vigor cuando se publique en el BOE, muy probablemente a partir de mañana. La medida beneficiará a profesionales y familiares de las personas usuarias, que ya estaban exentas de llevar la mascarilla.
“Estamos muy contentos, pero más que por el anuncio en sí, por el hecho de volver a hablar cara a cara con las personas mayores que cuidamos, sin la mascarilla de por medio”, explica Cinta Pascual. Según la Presidenta de ACRA, “la mascarilla implicaba un impedimento para la comunicación, no trabajábamos a gusto”, una realidad que había sido el día a día de los centros desde mayo de 2020, cuando en plena primera ola de la pandemia se reguló la obligatoriedad de la mascarilla en todos los ámbitos de la vida pública.
A día de hoy, la realidad es completamente distinta y las residencias y otros recursos asistenciales de personas mayores en situación de dependencia viven con plena normalidad. De hecho, la obligatoriedad de llevar la mascarilla a las residencias de Cataluña y el resto del Estado era una anomalía en el contexto europeo, puesto que prácticamente todos los países de la Unión Europea,
excepto Italia y Grecia, ya habían eliminado la mascarilla como requisito indispensable en las residencias.
Por su parte, Pilar Castro, vocal de gerontología de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), considera "positivo que se recupere la normalidad de modo que los mayores puedan ver las caras de aquellos que se ocupan de su cuidado, especialmente si se trata de personas con demencias para las que es muy positivo ver las expresiones de las personas que les rodean".
Añade que "la retirada de las mascarillas viene a significar la vuelta a la normalidad en espacios como las residencias especialmente" y concluye: "Es importante cuidar la salud física pero también hay que tener en cuenta que ha pasado mucho tiempo desde la pandemia y es importante el reconocimiento de las emociones y de las caras de las personas que acompañan a los mayores a diario. Es positiva la vuelta a la normalidad".
Del mismo modo, Marta Neira Álvarez, presidenta de la Sociedad Española de Medicina Geriátrica (SEMEG), no cree que haya ningún tipo de repercusión sanitaria con la retirada de la mascarilla en las personas mayores que viven en una residencia o acuden a un centro de día si se toman ciertas medidas de precaución: "La retirada tendrá repercusión positiva en el bienestar y salud de los mayores institucionalizados y asegurar un buen funcionamiento de la vigilancia epidemiologica, valoración de casos individuales y de poblaciones especialmente vulnerables, junto con acciones preventivas como vacunas son necesarias para que no haya repercusión negativa derivada".
Las cuatro patronales del sector geroasistencial, CEAPs, FED, AESTE y Lares, ya habían explicado a Dependencia.info que "no tiene sentido" seguir manteniendo la mascarilla en los centros residenciales y de día entre el los profesionales y los familiares cuando van de visita.
"Una medida innecesaria", "apelamos al sentido común", "perjudica a las personas mayores", "hemos acabado con la pandemia", "la mascarilla rememora los momentos que todos queremos olvidar", "afecta psicológicamente a los mayores", "las residencias son hogares, no centros sanitarios y no todos los residentes son enfermos", "las mascarillas dificultan la atención y la comunicación" o "es un factor muy limitante" son algunas de las razones que esgrimen las patronales.
Seguir utilizando mascarillas, tanto los profesionales como los familiares que visitan los centros, provoca claramente efectos que no son buenos, no son los deseados. Primero crea un efecto psicológico muy negativo porque recuerda momentos vividos muy duros y el estar viendo las mascarillas no es ni más ni menos que está rememorando continuamente aquellos momentos que queremos todos olvidar.
Segundo, esto también trae consigo trastornos en la comunicación porque muchos de nuestros residentes tienen problemas de sordera. Si resulta que el personal va con mascarilla, evidentemente, no te pueden leer los labios y, por otro lado, la voz siempre sale más distorsionada, por tanto provoca aislamiento.
También propicia que se acortan las visitas. Los familiares, que igual que todos nosotros viven en un mundo en el que ya no hay mascarillas, cuando llegamos a los centros de repente volvemos a la mascarilla. La mascarilla es muy incómoda, lo que provoca que algunos familiares reduzcan sus visitas o, incluso, viniendo a ver a los a sus seres queridos, limitan el tiempo de duración de esas visitas. Todo por la incomodidad que supone el tener que estar con la mascarilla.
Por todo ello, consideramos que ya es momento para que se retiren estas mascarillas porque los casos que se van dando son muy aislados y prácticamente no tienen síntomas. Creemos que debieran ya ser retiradas.
VEA AQUÍ EL BOE CON LA PUBLICACIÓN DEFINITIVA DEL FIN DE LAS MASCARILLAS