Los efectos de la pandemia sobre el sector de las residencias ha provocado, como efecto colateral más evidente, que “todo el mundo” quiera cambiar el modelo y la organización de los centros residenciales. Pero claro, hay diferentes opiniones y visiones sobre por dónde debe pasar ese cambio.
En Valdeluz Mayores no son partidarios del pensamiento único, de la estandarización hasta el límite. "Creemos mucho en la segmentación del mercado y en la individualización y especialización del cuidado", explica su director general, Carlos García Carreras, que añade: "Vemos a medio plazo un sector con distintos productos para distintas situaciones, desde el senior living hasta los centros especializados en situaciones de difícil abordaje".
Casi en el mismo orden de cosas, a los poderes públicos que proponen ya nuevas normativas y criterios de acreditación, les recuerda que no se puede decir "lo humano son residencias de 50 o 100 plazas" y no hacer nada más, "pensando además que se pueden seguir concertando plazas 'de calidad' a poco más de 50€/día en algunos casos".
Para situar al lector, ¿qué es Valdeluz Mayores, desde cuándo trabajan en el sector geroasistencial y de quién depende?
Valdeluz cuenta con una experiencia de más de 25 años en el sector, con una clara vocación de servicio integral, atendiendo las necesidades residenciales, sanitarias y sociales. El actual Valdeluz Mayores es un proyecto que comenzó en 2019, y que integra la experiencia del Grupo Arpada en la atención a mayores y la capacidad asistencial de HM Hospitales.
¿Cómo ve 2022 para el sector de las residencias? ¿Remitirá el efecto de la pandemia en las residencias de personas mayores? ¿Volveremos a una “cierta normalidad” en los centros?
Lo peor desde el punto de vista sanitario ya ha pasado, y, con altibajos como en otros sectores, los centros han ido recuperando gran parte de su actividad normal, aunque todavía quedan algunos aspectos en el área social que no están en donde estaban antes del inicio de la pandemia.
Nosotros somos optimistas por naturaleza, y vemos un sector en evolución y con grandes perspectivas a medio plazo, lo que para un proyecto en crecimiento como el nuestro es una oportunidad. Es cierto que hubiéramos preferido que eso no hubiera sido en el marco de una pandemia, y con dos años tan duros como los últimos. En 2022 solo puede mejorar la situación, pero es un año muy importante desde el punto de vista regulatorio, que puede influir mucho en los siguientes ejercicios y en el futuro a medio y largo plazo.
¿Cómo ha afectado o afecta la pandemia a los planes de desarrollo y expansión de Valdeluz? ¿Se mantienen los proyectos?
Después del traspaso de nuestra anterior generación de centros, la pandemia nos llegó con solo dos centros en operación, y por suerte hemos conseguido superarla hasta ahora con muy poco impacto sanitario, y, dentro de lo complejo de la situación, con menos ralentización comercial de la que llegamos a temer. El mejor ejemplo es nuestro centro de Leganés que cuando empieza la pandemia llevaba 3 meses abierto, y hoy está prácticamente sin plazas.
El plan de expansión no sólo no se ha detenido, sino que se ha reforzado. Nuestra apuesta, previa al Covid, se centraba ya en un alto nivel asistencial, de la mano de una compañía sanitaria de primer nivel como es HM Hospitales, y en una nueva generación de edificios, que nos permitieran prestar el mejor cuidado mediante un buen diseño arquitectónico y una gran dotación tecnológica, para mejorar y facilitar la gestión, la seguridad y la atención. En este tiempo, se ha visto que nuestra apuesta era acertada.
Eso sí, como es lógico, y a pesar de estar bien enfocada la idea, la pandemia nos hizo revisar contrarreloj todo lo proyectado, y retocar aquello que creímos mejorable.
Ahora mismo tenemos casi 1.000 plazas en distintas fases de desarrollo, y 3 aperturas previstas en la Comunidad de Madrid para los próximos meses, el primero de ellos Valdeluz Las Mercedes, en marzo.
Con la pandemia “todo el mundo” quiere cambiar el modelo y la organización de las residencias. ¿Qué hace ya Valdeluz al respecto?
Nosotros respetamos mucho todas las visiones, pero no somos partidarios del pensamiento único, de la estandarización hasta el límite. Creemos mucho en la segmentación del mercado, y en la individualización y especialización del cuidado, y vemos a medio plazo un sector con distintos productos para distintas situaciones, que vayan desde el senior living para mayores activos hasta los centros especializados en situaciones de difícil abordaje, y todo ello con una mucha mayor interconexión entre los tres vértices de un triángulo hospitalario-residencial-domiciliario, donde se puedan prestar servicios mixtos o discontinuos, y cubriendo todas las necesidades.
Ese enfoque no se resuelve en 2 años, pero es nuestra visión proyectada de lo que vendrá.
¿Tiene alguna connotación especial para el modelo de las residencias de Valdeluz que haya detrás un grupo sanitario importante como HM Hospitales?
Absolutamente, esa fue nuestra apuesta, estar respaldados por una entidad que nos ayudara a evolucionar el nivel de servicio, y en ello estamos. A final de año tendremos lista la residencia de Rivas Vaciamadrid, que será la primera de una generación en la que nos posicionamos en el mismo complejo que centros hospitalarios de HM Hospitales.
Estos centros disponen de todas las especialidades, con las ventajas que conlleva desde el punto de vista asistencial, algo que pretendemos hacer sin perder nuestro carácter social, y de hogar de los mayores. Después de Rivas, abriremos también otro centro análogo en la localidad madrileña de Tres Cantos.
Desde los poderes públicos se proponen ya nuevas normativas y criterios de acreditación. ¿Algún consejo para quiénes diseñan esos nuevos requisitos? ¿Qué no pueden dejar de tener en cuenta?
A mi me gusta decir que no hay que perder de vista que este sector es un mecano, y que no se puede regular sobre unos temas sin mirar el conjunto. Si se quiere regular sobre el tamaño de los centros, y se es muy restrictivo como ya está proponiéndose e incluso ocurriendo en algún sitio, habrá que pensar cómo se van a equilibrar las cuentas de los distintos actores implicados, que van desde el promotor inmobiliario del centro, cuyo coste/plaza de desarrollo sube, hasta el operador, cuyo coste/residente/día de operación sube, pasando por las propias administraciones, que para mantener el nivel de servicio deberán subir las tarifas de concertación, y que deberían revisar determinados aspectos fiscales, además de pensar cómo van a hacer que, por la vía que fuera, se afronten subidas tanto en plazas públicas como privadas.
No se puede decir “lo humano son residencias de 50 o 100 plazas” y no hacer nada más, pensando además que se pueden seguir concertando plazas “de calidad” a poco más de 50€/día en algunos casos.
¿Hacia dónde cree que se dirige el modelo de atención a personas mayores?
Hacia un modelo más líquido, menos rígido, con mayor interrelación entre el domicilio y lo institucional, con mayor especialización y mucha gestión tecnológica, no solo en el servicio, sino en el soporte a la vida diaria del mayor, porque los babyboomers, aunque no nacimos digitales, no sabemos vivir ya en modo analógico.
La transformación digital en nuestro sector no es una opción sino una obligación que afrontamos en Valdeluz como un pilar para el futuro.
¿Cómo influye el reto demográfico al que nos enfrentamos ya en las necesidades de la población?¿Tiene España las residencias y los recursos necesarios para hacer frente al envejecimiento?
Es evidente que tenemos ante nosotros un gran reto, porque no tenemos recursos asistenciales suficientes, y porque muchos de los que hay no cumplen el nivel de exigencia que se viene, no ya normativo que también, sino del propio usuario.
Y desde el punto de vista de los recursos económicos, la pregunta que debemos hacernos es si el Estado va a poder afrontar de manera directa el coste de la transformación, y si no, pensar en qué cambios estructurales y fiscales hay que hacer para que sea el ahorro privado, el del ciudadano, el que permita llegar al objetivo.
¿Qué lecciones hemos aprendido con la pandemia? ¿Qué nos ha enseñado el coronavirus?
Que no hay que dejar para mañana lo que puedas hacer hoy. Y eso aplica a la vida en general, y también al sector, donde sabíamos que había cosas que mejorar, que tienen poco que ver con aquellas de las que fue acusado injustamente en las peores fases de la pandemia, pero que se iban dejando para más adelante sin resolver.
El gran problema del personal. España no dispone de suficientes profesionales para cubrir los puestos necesarios. ¿Qué se puede hacer? ¿Qué propone?
Pasa en otros sectores, pero en el nuestro hay que resolver urgentemente el problema de determinados perfiles, en particular el de enfermería, que empieza a ser dramático. Hace falta elevar el número de profesionales que se gradúen cada año, resolver el complejo entramado de las homologaciones de títulos de profesionales de otros países, y evolucionar los perfiles profesionales creando puestos intermedios que sean mas específicos de nuestro sector.
Muchas de esas cosas chocan con un corporativismo que está siendo un freno, por lo que habrá que conseguir que el sector sea atractivo para los profesionales, para lo que la parte retributiva debe ayudar a la vocación tan demostrada por nuestros equipos.
Hablando del sector geroasistencial, aunque podría ser extrapolable a otros campos como el de la salud o educativo, ¿todo es cuestión de dinero o faltan ideas?
Yo creo que ideas no faltan, pero a veces los tiempos de maduración que se le dan a los proyectos limitan el desarrollo de algunas iniciativas, y se apuesta “por lo de siempre”. La inversión es lógicamente fundamental, pero no es dinero lo que falta ahora mismo en el mercado, es cuestión de generar los cauces adecuados para que dicha inversión se produzca en la línea deseada.
Para terminar y apelando a sus artes adivinatorias: ¿Cómo ve el sector de atención a mayores en España de aquí a cinco años?
Si tuviera esas artes, ya habría acertado la primitiva… Por muchos factores, vemos más pulsión de cambio que en otras épocas, porque se juntan la capacidad de inversión con las previsiones de envejecimiento que animan y a esto debemos unir un tsunami que ha cuestionado el modelo anterior, pero no hay claridad aún en hacia donde cambiar.
Quiero creer que estamos en una etapa decisiva para el diseño de los servicios de los próximos 20 años… y ¡espero que entre todos acertemos!