En la residencia las Marismas, de la que, por cierto, eres directora, lleváis un tiempo dándole vueltas a la cuestión del uso de uniformes por parte del personal. Has seguido consultando con empleados y con otros directores de residencias cercanas con los que quedas cada cierto tiempo para intercambiar opiniones y hacer un poco de “terapia de grupo”.
El último encuentro te ha dejado con una idea en la cabeza que no para de darte vueltas. Una directora dijo que, en el camino hacia la Atención Centrada en la Persona (ACP) se estaba planteando que las trabajadoras dejasen de llevar un uniforme y se pusiesen únicamente un pequeño pin en ropa de calle para poder ser identificadas por los familiares. Te ha comentado que algunas residencias de mayores que apuestan por aplica modelos basados en ACP potencian que los cuidadores dejen de utilizar uniformes trabajando en ropa de calle; otras sólo usan para algunas actividades una especie de delantales; otras han optado por disponer de uniformes diferentes que tienen un aspecto totalmente “casero” y otras van avanzando en el camino de la ACP sin quitar los uniformes.
Ahora eres tú quien te planteas preguntas. ¿Podría optar una residencia sencillamente por quitar los uniformes? ¿Cómo respondería el personal? Pero ¿No está obligada la residencia a facilitar el uniforme a los empleados de determinadas categorías?
Antes de llegar a una decisión quieres conocer los obstáculos a los que te puedes enfrentar por lo que decides ampliar la muestra y visitar otras residencias con las que tienes relación y cada cual te va dando argumentos a favor y en contra.
Para ello te pones a buscar en internet y encuentras varias informaciones que te llevan a pensar que quitar el uniforme puede ser bueno. En Francia el estudio STRECLO demostró que no llevar uniforme reduce la “distancia institucional”, en otros países hay residencias que proclaman en su página web el “por qué no llevan uniforme”. También has encontrado en un blog la explicación (enlace) de una experiencia.
La Fondation Médéric Alzheimer, en Francia ha desarrollado el modelo Eva’lzheimer. Su objetivo es adaptar las prácticas de cuidado y el diseño ambiental a la persona con demencia institucionalizada. El modelo supone que factores no farmacológicos como el diseño de interiores y las prácticas de cuidado pueden ayudar a reducir los síntomas de las personas con enfermedad de Alzheimer (EA), en eso se parecen mucho a lo que defienden desde la Universidad de Bradford desde tiempos de Thomas Kitwood . El modelo no solo adopta una Atención Centrada en la Persona ACP, también incita a los cuidadores a considerar la persona con demencia como alter egos de las personas mayores que necesitan un apoyo más exhaustivo a lo largo de la vida diaria.
Para realizar su estudio, los cuidadores en dos unidades de convivencia decidieron independientemente no usar uniformes, las cuales sirvieron como grupo experimental, mientras que las otras dos unidades fueron elegidas para servir como grupos de control, con la hipótesis de que no usar uniformes sería más congruente con un diseño ambiental doméstico. Por lo tanto, los experimentadores plantearon la hipótesis de que no usar uniformes influiría positivamente en la calidad de la atención y, por lo tanto, en la calidad de vida de los residentes en las unidades de convivencia.
Se utilizaron las escalas de medidas de calidad de vida además de observaciones del personal de las unidades que eligió no usar uniformes.
Estos fueron los resultados
En este enlace puedes leer las conclusiones del estudio
Así que lo que parecía una cuestión de elección del equipo tiene bastante más relevancia de la que te pensabas.
¿Qué harías tú?
Caso práctico redactado por Josep de Martí, Jurista y Gerontólogo