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AESTE destaca el aumento de las estancias temporales en verano como "respiro" al cuidador no profesional

Una cuidadora no profesional da de comer a una persona mayor en su casa.
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Una cuidadora no profesional da de comer a una persona mayor en su casa. (Foto: Gemini)
Por Dependencia.info
jueves 10 de julio de 2025, 11:19h
El 25% busca descanso para quienes cuidan sin remuneración. Estas estancias ofrecen atención profesional y socialización, siendo una opción flexible y beneficiosa durante todo el año, no solo en vacaciones.

El periodo estival está provocando un repunte notable en las estancias temporales de personas mayores y dependientes en residencias. Coincidiendo con las vacaciones familiares, muchos cuidadores optan por este recurso como fórmula de alivio. Según la Asociación de Empresas de Servicios para la Dependencia (AESTE), el 25% de estas estancias tienen como finalidad ofrecer un descanso necesario a cuidadores no profesionales (quienes cuidan sin remuneración), una labor esencial pero frecuentemente invisibilizada y con gran carga emocional y física.

De hecho, el IMSERSO indica que el 72% de quienes prestan cuidados a familiares sin compensación económica manifiestan síntomas de agotamiento emocional. Desde AESTE insisten en que “cuidar bien implica también descansar”, y destacan que las estancias temporales reducen la presión que soportan los cuidadores, garantizando al mismo tiempo una atención adecuada a la persona dependiente.

Una opción adaptable y beneficiosa

Aunque este recurso no suele ser reconocido desde la esfera pública, las estancias temporales en residencias permiten que las personas mayores accedan a cuidados profesionales durante un periodo limitado —ya sea de días, semanas o meses— sin necesidad de un ingreso definitivo. Durante su estancia, reciben los mismos servicios que un residente permanente: asistencia sanitaria, atención psicológica, actividades, fisioterapia o rehabilitación, entre otros.

Este tipo de estancias está disponible todo el año, pero alcanza su punto álgido en verano. Entre junio y agosto se concentran más del 40% de las estancias motivadas por el respiro familiar. Además, el 58% de los ingresos temporales se prolongan entre uno y tres meses, lo que coincide con el calendario vacacional de muchos cuidadores, según los datos de AESTE.

Junto al respiro, otro de los principales motivos para recurrir a estancias temporales es la recuperación tras una hospitalización. El 65% de estas estancias tienen un enfoque terapéutico, enfocado en la rehabilitación física o cognitiva, según las necesidades individuales. También existen mayores que aprovechan el verano para cambiar de entorno, eligiendo residencias en zonas costeras o rurales, donde pueden disfrutar de un ambiente más relajado sin dejar de recibir cuidados profesionales.

Socialización y primera toma de contacto con el entorno residencial

Estas estancias también reportan beneficios directos a las personas mayores, al ofrecerles una alternativa para combatir la soledad no deseada. Durante el verano, muchas rutinas se ven alteradas y el acompañamiento familiar disminuye. En este contexto, el entorno residencial facilita la interacción social, el bienestar emocional y la estimulación cognitiva.

Además, este tipo de alojamiento temporal puede funcionar como una primera aproximación al entorno residencial, permitiendo a las personas mayores y a sus familias conocer de primera mano cómo es la vida en un centro y valorar cómo los cuidados especializados pueden incidir positivamente en su calidad de vida.

Un recurso disponible todo el año

“Cuidar bien supone también saber descansar. Las estancias temporales son una herramienta de bienestar compartido, tanto para la persona que cuida como para la que recibe cuidados”, recuerdan desde AESTE. En esta línea, un estudio de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) revela que el 80% de los cuidadores ha perdido autonomía sobre su tiempo libre y el 60% se ve afectado a la hora de disfrutar de vacaciones. Estas cifras evidencian la sobrecarga de los cuidadores no profesionales y la importancia de alternativas como las estancias temporales.

Desde AESTE subrayan que estas estancias no son un recurso exclusivo del verano. Están disponibles a lo largo de todo el año y pueden ser clave en múltiples circunstancias, desde procesos de recuperación tras una intervención quirúrgica hasta momentos puntuales en los que la familia no puede asumir el cuidado directo.

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