En la segunda etapa del viaje geroasistencial de Inforesidencias, se destaca Norlandia Elderly Care, una empresa noruega que promueve un cuidado cercano y ético en residencias suecas. Con un enfoque en la dignidad y calidad de vida, implementan innovaciones y formación continua para su personal, priorizando el bienestar de los residentes.
Acabamos de llegar a la segunda etapa de nuestro 51.º viaje geroasistencial de Inforesidencias, y lo primero que siento al atravesar la puerta acristalada es una mezcla de calma escandinava y pulso empresarial: la marca Norlandia está por todas partes, pero no como un logotipo invasivo, sino como un hilo conductor que recuerda, casi en voz baja, su promesa de 'Una buena vida cada día'.
Desde recepción nos reciben Amélie, directora del centro, y Joan, responsable de marketing. Mientras ajustan el proyector, nos explican que podemos fotografiar salas, cocinas y rincones comunes, pero jamás a los residentes. Una regla sencilla que plasma su ética de respeto.
Ver aquí el vídeo de la visita:
Un gigante familiar con pies ligeros
Norlandia Elderly Care es la división de residencias del Norlandia Healthcare Group (NHC), empresa noruega nacida en los 90 y aún en manos de sus fundadores, los hermanos Christian y Roger. Sin capital de riesgo, sin prisas por vender. Su promesa es casi artesanal: estructura plana, trato cercano y visión a largo plazo. En la práctica eso se traduce en decisiones rápidas y en un personal que —como veremos— se sabe escuchado.
¿Qué es una SÄBO y quién vive aquí?
En Suecia, las residencias se llaman SÄBO (Särskilt boende för äldre). No son “instituciones”, son apartamentos con cuidados 24/7.
Edad media de ingreso: 75-80 años (aunque aceptan demencia precoz).
Duración media de estancia: < 1 año; a veces tan solo 14 días.
Puerta de entrada: una decisión municipalamparada por la Ley de Servicios Sociales. Si el ayuntamiento aprueba, financia; si no, la espera se alarga.
El resultado es un perfil muy dependiente y un reto diario: mucho cuidado en poco tiempo.
Márgenes finitos, sensibilidad infinita
El negocio se sostiene en márgenes estrechos y bajo la lupa política. Dos modelos:
- Gestión delegada: el municipio es dueño del edificio y licita la operación (contratos de 7 años).
- Propiedad y gestióna cargo de Norlandia.
Sea cual sea la fórmula, los sueldos se rigen por un convenio nacional muy estricto y la plantilla es, en un 80 %, inmigrante. Detrás de cada sonrisa hay horas de formación —y rotaciones inevitables cuando llegan vacaciones y bajas—, algo que Amélie confiesa con la sinceridad de quien dirige desde la trinchera.
Pirámide de calidad: leyes, método y emoción
Norlandia formaliza su filosofía en una pirámide clara:
Nivel
Qué implica
Base legal
Cumplir sanidad y servicios sociales al milímetro.
Método de trabajo
Atención Centrada en la Persona + Promoción de la Salud.
Áreas foco
Comida, Salud, Comunidad.
Conceptos
“Disfruta tu comida”, “Disfruta tu día”, “Bienvenido a casa”.
Valores CARE
Competentes, Ambiciosos, Respetuosos, Empáticos.
Para que esos lemas no se queden en póster, han creado tres microcursos online de 15 minutos y un taller práctico obligatorio. Cada mes, en reunión reglada, se revisa qué tal se ha aplicado lo aprendido.
Innovar sin perder el Norte
Norlandia reivindica la I+D con ejemplos tangibles:
Guardería dentro de la residencia: convivencia intergeneracional que deja de ser cliché y se convierte en rutina.
Yoga para mayores en Uppsala, ya exportado a cuatro centros más.
Unidad LGBTQ+ en Haninge: todavía sin residentes de la comunidad, pero con la puerta abierta y el personal formado.
Slow TV para personas con demencia: gatos, ovejas, chimeneas… imágenes lentas que bajan la agitación y suben los ánimos.
Residencia en GoCo Health Innovation City (Gotemburgo): un living-lab pegado a AstraZeneca y Ericsson donde probar tecnología real, no PowerPoints.
Volver a casa cada noche (aunque la casa sea nueva)
El recorrido por los seis hogares de nueve residentes confirma lo que decían las diapositivas. Cada unidad tiene su propia cocina —placa de inducción incluida— y una mesa suficientemente grande para que el personal se siente a comer con “su” gente. Las grúas de techo conviven con sillones de diseño, y la puerta del apartamento pide un suave toque antes de entrar.
Pequeños gestos que desenchufan el piloto automático asistencial y recuerdan que aquí el invitado eres tú.
Sistemas que sostienen la promesa
Detrás del calor humano hay software:
TQM para calidad y protocolos.
Epsilon para planificar duchas, pastillas y visitas al fisio.
Todo en móvil, todo trazable. El auxiliar administra la medicación en unidosis y la enfermera supervisa en remoto.
Algo más que cifras
Durante el turno de preguntas, alguien menciona que el 54 % de las muertes en Suecia suceden en residencias. Joan asiente: “Por eso insistimos en la dignidad del último tramo”. Y Amélie remata: “Si no podemos alargar la vida, al menos alarguemos los buenos momentos”.
Epílogo de viajero
Al salir, cae una lluvia fina—esa que empapa sin hacer ruido—y pienso que Norlandia se parece a su clima: discreta, persistente y, a su manera, radicalmente humana. No reinventan la rueda; la engrasan. Y mientras cruzamos el patio hacia el autobús, recuerdo la frase pintada en el vestíbulo: “Una buena vida cada día”. No suena mal como hoja de ruta… ni para un centro sueco ni para cualquier proyecto de vida digna, aquí o en España.
Autor del texto Josep de Martí Vallés. Jurista y Gerontólogo. Fundador de Inforesidencias.