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DEBATE SOBRE LAS RESIDENCIAS Y EL ENVEJECIMIENTO DE LA POBLACIÓN

José María Pena (DomusVi), ante el reto demográfico: "Vamos a necesitar más de 100 residencias nuevas al año"

El CEO de DomusVi, José María Pena.
El CEO de DomusVi, José María Pena. (Foto: DomusVi)
jueves 21 de abril de 2022, 01:24h

Bajo el título “Las residencias de mayores y el envejecimiento de la población española”, DomusVi y Europa Press han organizado este miércoles un debate en el que se han abordado cuestiones cruciales por el gran impacto en el sector de los cuidados a los mayores. En 2050, un tercio de la población española tendrá más de 64 años y ello obliga a reflexionar desde el sector y desde la Administración pública sobre cómo afrontar este enorme reto.

El nuevo modelo de acreditación para las residencias, la escasez de profesionales en el ámbito de la enfermería o el papel de la colaboración público-privada, y cómo puede ayudar el sector privado para acompañar el desarrollo necesario que permita hacer frente al gran reto demográfico que deberá afrontar España en los próximos años han sido algunos de los temas tratados.

Los cuatro ponentes han coincidido en que estamos ante una gran oportunidad para decidir cómo queremos vivir en los próximos años y definir cómo vamos a atender a las personas mayores. Para ello, han remarcado la necesidad de invertir en el sector de forma realista, con un modelo en el que todos estén representados y que incorpore acuerdos con una visión futura.

José María Pena, CEO de DomusVi España, al respecto del desafío que supone el reto demográfico y sobre la necesidad de más plazas residenciales para atajarlo, apuntaba este miércoles que, “por los cálculos que se están haciendo, vamos a necesitar más de 100 residencias nuevas al año”.

Destacaba que “no hay que hablar, además, solo de plazas residenciales, también de empleo” y subrayaba que “de aquí al 2030, harán falta entre 8.000 y 9.000 puestos de trabajo más y tenemos que trabajar conjuntamente en ese reto”.

Pena ve dos soluciones: “Primero, por una colaboración público-privada. Me gusta la palabra inversión porque significa que estamos mirando hacia un futuro, que es una necesidad, no estamos hablando de un gasto. Tenemos que verlo desde el punto de vista de qué necesitamos hacer ahora para poder llegar a cumplir esa realidad que sabemos que va a existir en el 2030. Y para eso se necesitan planes conjuntos, que las reglas estén claras para que tanto por la parte pública como la privada al final se den los servicios de calidad”.

Otra palabra que le ha gustado es “realismo en lo que se puede hacer y a dónde podemos llegar desde un punto fundamentalmente financiero”.

El CEO de DomusVi España opina que vivimos en “un momento que es clave para el sector, un momento de salida de una crisis y de una pandemia que nos tiene que ayudar a definir cómo va a ser el futuro”, sobre todo, con el reto demográfico que viene y las necesidades que vamos a tener.

Pena ve más puntos de acuerdo que de debate, como poner el foco en la persona, en una libre elección: “Tenemos que dejar que la persona tenga más capacidad de servicios en su casa, en residencias y en otro tipo de soluciones, hay que hacer una mayor integración sociosanitaria y tenemos también que poner en valor y dar voz a los profesionales”.

El responsable de DomusVi en España opina que “es necesario estar todos juntos porque así podemos tomar decisiones para conseguir leyes, buscar financiación y crecer”.

Como CEO del Grupo, ha incidido en reforzar su compromiso de ser también parte de esa decisión en la sociedad de ayudar dentro del sector y otras asociaciones: “Hemos visto una mayor unificación sectorial, otro de los retos importantes de futuro. Si estamos todos juntos, seremos más fuertes y podremos generar soluciones y resolver el reto que tenemos delante”.

Por otra parte, cree que lecciones de la pandemia ha habido muchas, pero ha remarcado dos: “Poner en valor el trabajo que realizan día a día nuestros profesionales, cuya importancia ha quedado demostrada, y ha habido una evolución hacia el futuro de cómo se tiene que trabajar en la parte de residencias (unidades de convivencia que permitan otras flexibilidades y protocolos). Una segunda cuestión fundamental ha sido la comunicación con las familias y ver cómo podemos mejorar la participación de la persona mayor y todo su entorno. Tenemos que hacerla más fácil y más sencilla”.

Comparar entre residencias de 3ª edad en Madrid capital

Los modelos de las residencias tienen que ser “coherentes”

La presidenta de la Asociación de Empresas para Servicios de Dependencia (AESTE), Natalia Roldán, también opina que hacen falta más centros residenciales y recordaba la recomendación de la OMS de una ratio de al menos cinco plazas por cada 100 mayores de 65 años: “Estamos en el 4% por lo tanto sí, tenemos que construir más plazas residenciales pero con modelos coherentes y flexibles”.

Sobre las lecciones aprendidas en la pandemia, prefiere darle la vuelta a la pregunta y decir qué ha aprendido la sociedad: “Las personas y las entidades que nos dedicamos al sector desde hace 25 o 30 años de experiencia, somos conscientes de lo poco visible que es el sector en la sociedad, en la opinión, en las conciencias de las personas”.

“Creo que tenemos que hablar de un sistema de atención a personas porque cada vez es más amplio el estamento del concepto de las personas mayores, que va a ser casi más amplio que el de no mayores. Nos tiene que hacer pensar en muchas cosas porque todas las personas formamos parte de la solución que se puede llegar a dar. Pero tenemos que ser conscientes de eso. La etapa de los mayores hay que vivir con calidad y calidez, pero tiene que tener una respuesta coherente, financiada y, sobre todo consciente”, ha apuntado la también subdirectora General EULEN Servicios Sociosanitarios.

Sobre cómo se debe afrontar este reto demográfico, Roldán opinaba que “fundamentalmente, con la misma motivación y compromiso que entendemos que se tiene que tratar este sector, que es de mucha complejidad porque se trata de atender a personas con personas”. “Son importantes las preferencias en la capacidad de decisión de la persona, de cómo quiere ser cuidada, tiene que ser acorde también al entorno que le rodea”, matiza.

Añade que son “perfectamente conscientes de que una decisión de un cuidado social tiene implicaciones sanitarias igual que una decisión sanitaria tiene implicaciones sociales, con lo cual no tiene sentido no encontrar la manera de integrar servicios tanto en lo social como en lo sanitario o lo sociosanitario”.

Y ese reto tiene que conllevar, considera, “un desarrollo de servicios en el ámbito de la proximidad, comunitario, muy centrado en la prevención, en el autocuidado, en ese envejecimiento saludable y dentro de ese itinerario de cuidados estarán siempre los centros residenciales, que sobre todo, tienen que tener modelos coherentes con la realidad actual, la realidad futura y con el hándicap de la financiación para no generar expectativas que luego no se pueden cumplir, ni por parte de las entidades que prestan los servicios ni de las administraciones que tratan de desarrollar una red de cuidados acordes”.

Financiación, dinero…

Igualmente, la vicepresidenta del Círculo Empresarial de Atención a la Dependencia (CEAPs), Pilar Ramos, apuntaba la relevancia de este debate y de que se esté hablando de la importancia que tienen nuestros mayores socialmente y cómo entendemos su cuidado. ¿Qué son nuestros mayores, que soy yo con 40 años que envejezco, tenemos que hablar de mayores de 80, de 90 años o de 50 años, qué es el envejecimiento y cómo queremos llegar a nuestras residencias?, se preguntaba.

Ramos reflexionaba sobre dinero: “Tenemos que aumentar ratios, pero también, por lo tanto, precios para dar la calidad. Pero si aumentamos ratios y no aumentamos precios, al final estamos en las mismas…”.

Sobre el desafío de futuro, la también presidenta de AMADE opina que después de la pandemia, intentar crear un modelo de cómo queremos envejecer es algo en lo que llevamos trabajando muchos años. “¿Cómo queremos que sea ese modelo? Pues depende de cómo queramos ser cuidados y a qué estamos dispuestos como sociedad”, aclaraba.

Pilar Ramos hace un llamamiento a las comunidades autónomas por “el desconocimiento de lo que es una residencia y del trabajo que se ha hecho durante los últimos 20 años”. “Es uno de los sectores que más ha evolucionado”, pero denuncia lo “poco que ha evolucionado la parte presupuestaria y de apuesta desde los diferentes gobiernos tanto estatal como autonómico en ese cambio”. “No podemos seguir teniendo prestaciones a 38 euros en una comunidad autónoma y en otra a 90, pero sin embargo tenemos un Gobierno general que está dando un modelo para toda España. No tiene ningún sentido, es hablar por hablar, pero ¿quién paga eso?”, apuntaba.

La portavoz del Círculo considera: “Es doloroso que parezca que siempre acabamos hablando de dinero. No queremos hablar de dinero, queremos hablar de atención, pero la atención y la responsabilidad se traduce en dinero. Queremos tener mejores profesionales, pero para tener buenos profesionales hay que pagarlos y esto significa dinero. Para tener mayores ratios es necesario tener más profesionales: dinero. Queremos tener figuras profesionales diferentes y para eso hay que formarles y tiene que haber gente dispuesta. Por eso es tan importante dar valor al cuidado de mayores por nadie quiere venir a cuidar mayores. Al final somos esa bolsa donde llegan todas las personas que no encuentran una carrera profesional. Y el cuidado tiene que tener mucho de profesionalización, per debe tener una parte de vocación, si no es imposible”.

Y concluye: “Ahora, como llegó el covid, nos piden que tenemos que sanitarizarlo todo, tenemos que buscar enfermeros y médicos, si pueden ser geriatras, y un farmacéutico hospitalario… ¿dónde están esos profesionales? Y los que hay piden mucho dinero y no trabajar el fin de semana y elegir turno. Y esa es nuestra realidad en el día a día y eso dos opciones: o se paga o teneos que trabajar en otros modelos que hagan sostenible ese cuidado, pero que también lo haga viable en el tiempo porque si no estamos hablando de utopías”.

La covid "nos ha puesto de moda"

María José Abraham Suárez, CEO de la Fundación Edad & Vida, ha querido destacar, por su parte, que el covid, con respecto a las residencias, lo que ha hecho es “ponernos de moda” y eso no hay que dejarlo escapar porque las personas mayores vamos a ser muchos en 20 años.

“Tenemos la obligación como sociedad de repensar cómo queremos vivir, no solo en residencias, sino en nuestro domicilio. Pero una cosa más importante, pensar cómo queremos llegar a mayores. No nos sirve de nada envejecer si no podemos disfrutar de los últimos años de vida”, señalaba este miércoles en Madrid.

En la Fundación Edad & Vida, desde el covid, “estamos empeñados más que nunca en poner en valor a la persona mayor, a la no tan mayor, la de 55-60 años, que aun está a tiempo de envejecer con calidad de vida, que necesitará recursos económicos, que las pensiones son un problema que está ahí, que necesitará recursos asistenciales (sanitarios y sociosanitarios) y que como sociedad no nos podremos permitir la fragmentación que hoy existe en el sistema, pero sobre todo no nos podemos permitir que las personas no se puedan permitir esos sistemas de salud”.

“Tenemos que aprovechar la ola para poder seguir trabajando y poner en valor todas esas cosas que como sociedad debemos seguir haciendo para poder dar una atención sociosanitaria de calidad”.

Tiene claro que “el sector residencial será como la sociedad queramos que sea y las personas mayores, sobre todo, tendrán esa capacidad de elección y con unos servicios públicos y privados completamente integrados y entonces seremos muchos más eficaces y eficientes y al final redundará en mayores recursos”.

Encontrar residencias de mayores en Barcelona

“El futuro de la atención a las personas mayores y el reto demográfico”

DomusVi ha impulsado el encuentro “El futuro de la atención a las personas mayores y el reto demográfico”, organizado junto con Europa Press, que ha contado con la presencia, entre otras autoridades, de Concepción Dancausa, consejera de Familia, Juventud y Política Social de la Comunidad de Madrid; y de Sylvain Rabuel, presidente del Grupo DomusVi; así como de los portavoces de las principales organizaciones del sector sociosanitario y de todos los representantes de la Comisión de Derechos Sociales del Congreso de los Diputados, que han participado en las mesas de debate.

Antes, Josefina Fernández, presidenta Institucional de DomusVi en España, remarcaba la necesidad de promover el consenso y la toma de decisiones para el bienestar y el beneficio de la sociedad española, actual y futura. Ha puesto en valor la colaboración público-privada como un elemento clave para dar el impulso que requieren los proyectos e iniciativas que resuelvan las complejidades actuales y sienten las bases del futuro paradigma social, integrando aspectos sociales y sanitarios.

La Consejera de Familia, Juventud y Política Social de la Comunidad de Madrid, Concepción Dancausa, que ha inaugurado el encuentro, ha apuntado en su intervención que “Proporcionar un cuidado realmente centrado en la persona sólo es posible si garantizamos la libertad de elección de cada uno”.

Sylvain Rabuel, Presidente del Grupo DomusVi, ha aportado su visión global del sector focalizándose en los tres principales puntos de mejora: la necesidad de una mayor inversión; la implementación de un modelo híbrido que combine ayuda y cuidados a domicilio, vivienda adaptada con servicios y residencias medicalizadas; y finalmente, la urgencia de movilizar masivamente a los jóvenes a favor de las denominadas profesiones de cuidados y profesiones de vínculos.

En palabras de Rabuel: “Es clave apostar por un modelo que facilite la libertad de elección, fomente la atención centrada en cada persona e impulse nuevas formas de vivienda adaptadas. Pero, sobre todo, es fundamental que haya un incremento en la inversión y que España se acerque al nivel de otros países puesto que dedica algo menos del 1 % de su PIB a los cuidados de larga duración (sanidad y asistencia social incluidas), mientras que la media de los países de la OCDE es del 1,5 % del PIB y, en los Países Bajos, del 4,1 % del PIB”.

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