La presidenta de Navarra, María Chivite, ha anunciado recientemente que, a partir de mayo, se va a poner en marcha un proyecto piloto de vigilancia de la salud a las personas mayores que viven en las residencias de la comunidad.
Consiste en una solución telemática mediante un brazalete con un dispositivo que permite la toma de temperatura corporal de la persona residente que lo lleva y que, a través de una aplicación y panel de control, posibilita la monitorización de la personas mayores por parte de cada centro residencial.
La experiencia que se iniciará en varias residencias tiene “como objetivo ayudar, mediante un desarrollo tecnológico, a realizar una detección precoz y un mejor seguimiento de los contagios mediante la medición de la temperatura corporal", indicaba Chivite.
El proyecto es fruto del trabajo coordinado entre los Departamentos de Derechos Sociales y de Universidad, Innovación y Transformación Digital, y la Fundación Industrial Navarra.
Fase de desescalada en Navarra
Por otro lado, la presidenta añadía que “se ha pautado que no habrá ningún alta, o vuelta al lugar de residencia habitual sin previo PCR negativo". Navarra ha incrementado su capacidad para hacer pruebas PCR hasta las 1.400 diarias, cifra que podría llegar hasta las casi 5.000 diarias, lo que permitirá aplicarlas a cualquier persona que presente síntomas, tanto en el espacio hospitalario como de Atención Primaria.
Chivite explicaba que Navarra se está preparando para una fase de desescalada que "no será fácil y hay que hacerlo bien, pero, a diferencia de la otra cara del proceso, de hace más de un mes, en el que el objetivo era ir subiendo peldaños hacia el confinamiento y paralización, la meta será ahora ir bajándolos en el futuro hacia la recuperación de una normalidad relativa pero sin tropezar".
Ha recordado que "estamos a las puertas de un escenario deseado por todos y todas pero que hay que preparar correctamente si no queremos dar pasos atrás. Nos acercamos a una fase de desescalamiento que como la de escalada deberá ser progresiva, consensuada, monitorizada y llevada a la práctica con mucha prudencia y rigor".
Según ha indicado, para abordar esta fase hay que tener en cuenta varias cuestiones fundamentales: la disminución sostenida de la propagación de la enfermedad y de nuevos casos; las capacidades suficientes del sistema sanitario y las capacidades de vigilancia, seguimiento, control e información.