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Arquitectura y Residencias: La crisis del Covid-19 nos debe ayudar a mejorar el modelo de atención a los mayores en las residencias

miércoles 22 de abril de 2020, 21:30h

Qué ha pasado con el Covid19

Todas las crisis son momentos de cambio. El Covid19 nos hace reflexionar sobre el modelo de atención a las personas mayores porque han sido el colectivo más afectado. La realidad es que hace tiempo que el sector, desde todos los puntos de vista, también el arquitectónico, está trabajando para cambiar el modelo de atención a las personas de la tercera edad. Ahora, además, tendremos que añadir las pandemias infecciosas a la ecuación.

Lo que está sucediendo con los mayores es muy duro. No se trata de criticar sino de analizar qué ha ocurrido, qué cosas no han funcionado, así como qué protocolos y qué casos de éxito han sucedido.

Ahora es fácil revisar las actuaciones que se han realizado en los diferentes países, y también en diferentes residencias y saber cómo han funcionado. El Covid19 se ha revelado como un virus altamente contagioso y al mismo tiempo traicionero. En unas personas ataca con fuerza mientas que, en otras, pasa de forma asintomática. Ahora sabemos que estas personas que no tienen síntomas son las verdaderamente peligrosas sin que ellas lo sepan.

Tenemos la evidencia que tener la certeza de si estás contagiado o no es crucial para luego ser consciente de si puedes infectar o no a tus contactos. En las residencias, inicialmente, no se han hecho test, ni se ha dispuesto de protecciones personales, y, ante la posibilidad de colapso del sistema sanitario, no se han trasladado los ancianos enfermos a los hospitales. Muy probablemente los asistentes estaban infectados sin conocerlo y también, sin saberlo, pueden haber infectado de forma continuada aumentando la carga vírica en los residentes. Por otro lado, los protocolos de confinar las personas con sintomatología sin hacer los PCR correspondientes ha resultado letal, porque no ha servido para separar los casos reales de los que no lo eran.

Los casos de éxito han sido por confinamiento de trabajadores junto con los ancianos, o de protocolos muy estrictos en disponer grupos pequeños de personas mayores sumado a una desinfección de todo lo que entraba en la residencia.

Reflexiones sobre la innovación del modelo

En todos los viajes que hemos realizado con inforesidencias.com para estudiar cómo funcionan las residencias en otros lugares (países nórdicos fundamentalmente) donde los modelos de atención están considerados como los que aplican las mejores prácticas, hemos podido comprobar que cuando las residencias para personas con dependencia están distribuidas mediante el sistema de unidades de convivencia, la aplicación de la Atención Centrada en la Persona es mucho más eficaz.

Ejemplo espacio de convivencia de una unidad para 12 personas (residencia Gunhella en Oslo)

El modelo por unidades de convivencia permite que cada una de estas unidades esté preparada para diferentes perfiles de personas. Es decir, cada unidad puede disponer de sus sistemas diferentes para atender a estos diferentes perfiles, desde unidades muy domésticas para personas con poca dependencia, hasta unidades que puedan llegar a tener una cierta carga de medicalización para aquellas personas que así lo requieren. Por tanto, este modelo sería mucho más efectivo ante una nueva pandemia infecciosa. Se trataría de pensar las residencias de tal manera que pueda atender a todos los perfiles de personas mayores, que tengan el volumen suficiente para tener la economía de escala suficiente para soportar cualquier eventualidad que pueda suceder, pero que sigan siendo hogares para los mayores.

En cualquier caso, creo firmemente que las residencias deben diseñarse con el objetivo de crear entornos más domésticos y alejados de los hospitales. Entornos que garanticen el sentido de pertenencia, el empoderamiento de las personas, la generación de comunidad y las relaciones integeracionales. Porque, en el caso contrario, cuando una persona entra en una antigua institución geriátrica, pierde sus conexiones familiares y se vuelve dependiente porque el centro se encarga de todo. Debemos evitar la institución, su imagen y esta pérdida de autonomía personal.

Otro concepto que considero importante en la innovación de cara a los futuros diseños de las residencias, una vez erradicado el Covid19, es la búsqueda de una interacción real con la comunidad. Debemos encontrar la manera de abrir las residencias a los barrios, para que diferentes generaciones de personas puedan socializar con los ancianos. Crear una porosidad entre comunidad y residencia que evite el aislamiento de los mayores. Las residencias tienen espacios que pueden permitir muy fácilmente esta relación. Por ejemplo, una sala polivalente puede servir para que personas del barrio puedan reunirse en ocasiones para celebrar eventos, el jardín puede ser compartido añadiendo mobiliario para niños, o la sala de fisioterapia puede dar servicio al barrio para personas que puedan necesitar rehabilitación, o la cocina, o la lavandería etc... En esto estamos trabajando con un grupo de expertos de diferentes ámbitos (médicos, psicólogos, ingenieros, abogados, gerontólogos, directores de residencias etc) También la tecnología es necesaria para crear espacios más seguros y libres.

Pero para que todo esto se pueda poner en práctica, hace falta que los presupuestos de atención a la dependencia sean mucho más altos. En los últimos 10 años los presupuestos públicos han subido lo mismo que la inflación, es decir, no se han incrementado, y tenemos en este momento un 40% más de personas mayores de 80 años que hace 10 años. Hay que replantear estos presupuestos, y contar con los expertos que llevan años trabajando en el sector para saber qué se debe hacer y que coste es razonable que tenga.

Seguramente deberemos escribir protocolos y tener espacios de transición (sucio-limpio) que eviten los contagios de los próximos virus que nos pueda atacar, pero esto lo deberemos hacer para las residencias y para toda la sociedad en general. No podemos dejar de construir residencias más humanas donde las personas quieran ir a ellas porque saben que su voluntad será respetada.

Barcelona 22 de abril de 2020

Marc Trepat Carbonell

Arquitecto B\TA

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