El libro "¡Doctor, no haga todo lo posible!" plantea algunas preguntas incómodas y siempre de actualidad como ¿hasta dónde llega el deber del médico de tratar al paciente?o ¿es moralmente lícito desconectar la ventilación asistida a enfermos con una patología neurológica degenerativa? El autor, que es el delegado del Vaticano en la Asociación Médica Mundial, Pablo Requena, está convencido de que para alargar la vida "no siempre es adecuado utilizar todo el arsenal terapéutico disponible".
Al respecto del controvertido asunto de la eutanasia, Reque decía recientemente que "los protocolos ante situaciones al final de la vida pueden servir de guía, pero no podemos pretender que nos den todas las soluciones a los problemas singulares".
Los médicos han incorporado el concepto de 'limitación del esfuerzo terapéutico' y, en este sentido, hay buena reflexión teórica sobre los elementos que entran en juego a la hora de tomar las decisiones.
La bioética propone el principio de autonomía y la calidad de vida como categorías importantes para el proceso de deliberación. En "¡Doctor, no haga todo lo posible!" se analizan estas categorías haciendo ver su compatibilidad con la proporcionalidad terapéutica, que permiten ofrecer un panorama ético más completo para la toma de decisiones.
Igualmente, en este contexto se subraya la importancia de la prudencia terapéutica, virtud el buen médico, que resulta imprescindible para analizar la singularidad del caso concreto; ya que en ética, como en medicina, no existen enfermedades sino enfermos. Es preciso una adecuada relación médico-paciente donde la comunicación tiene un papel central en la tarea del sanitario.
La Organización Médica Colegial (OMC) detallaba esta semana en un comunicado que Requena es consciente de que el título del libro es la antítesis de la petición habitual de familiares ante una situación crítica.
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