Maquillarse requiere concentración y aplicación por parte del individuo.
Con el paso de los años, las posibilidades de que una persona mayor acabe por verse afectada por afeccciones neurológicas o conductuales se incrementan de forma exponencial. Problemas como la demencia, el Alzheimer y otras enfermedades vinculadas estrechamente con la edad se convierten en grandes problemas a la hora de abordar la calidad de vida de los individuos, que se ven abocados a patologías que les condicionan en cada aspecto de su vida.
Sin embargo, un grupo de investigadores japoneses cree haber encontrado una revolucionaria terapia para limitar o combatir los efectos de estos cuadros neurodegenerativos: el maquillaje.
Investigadores de la Universidad de Nihon llevaron a cabo un estudio de tres meses en el que dos grupos de personas mayores se sometieron a un estrecho seguimiento y análisis. Mientras los de un grupo tomaban clases de maquillaje varias veces por semana, los individuos del otro no lo hicieron durante el mencionado trimestre. A través de patrones específicos y actividades lúdicas, los resultados del estudio demostraron que el nivel de deterioro cognitivo en el primer grupo era notablemente más suave que en el segundo.
De este modo, el equipo japonés cree que el maquillarse, como actividad rutinaria que requiere cierto grado de concentración y aplicación por parte del individuo, ayuda a combatir los primeros rigores de determinadas afecciones neuronales, pues mantiene activo y dinámico el cerebro de los individuos.
Además, el estudio también señala que, en el caso sobre todo de las mujeres, esta terapia también es beneficiosa desde el punto de vista de la autoestima, pues muchas personas mayores descuidan su aspecto físico al llegar a cierta edad influyendo en la imagen que tienen de sí mismos y derivando en cuadros de tristeza o rechazo.
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