A escasos días de la cita electoral autonómica del 21 de diciembre, Extremadura se encuentra en un momento decisivo. Si bien los partidos políticos presentan sus visiones de futuro en sus programas electorales, existe un ámbito crucial que requiere de una atención prioritaria y un acuerdo firme, que debe trascender a la batalla política: la atención a las personas en situación de dependencia y la creación de un sistema de cuidados sólido y consensuado.
El cuidado es, de hecho, el reflejo más claro de la madurez y la sensibilidad de una sociedad y de sus representantes. La atención a las personas en situación de dependencia, lejos de entenderse como un gasto, debe reconocerse como una inversión esencial en la dignidad, el bienestar y la calidad de vida de una parte fundamental de nuestra ciudadanía. Por ello, desde la Asociación de Residencias de Extremadura, propugnamos nuestro rechazo a la confrontación en un ámbito tan sensible como este, y reivindicamos la necesidad de tender puentes y consensuar una hoja de ruta que garantice la excelencia asistencial en nuestra comunidad.
Toca hacer un llamamiento a la proactividad a todas las personas que nos representarán en el Parlamento Autonómico, del que saldrá el próximo ejecutivo, para avanzar hacia la mejora integral de la atención sociosanitaria en Extremadura. El punto de partida debe ser, sin duda, un compromiso ético y un reconocimiento social desde el que abordar de manera sostenible las necesidades de un auténtico sistema de cuidados.
Para esto, nada mejor que una base sólida, en un código ético o pacto por el cuidado entre administraciones y gestores profesionales, basado en el respeto a los derechos que nos hemos conferido y la excelencia en los procesos de atención, que sirva, de una vez por todas, gobierne quien gobierne, como uno de los pilares fundamentales en la práctica, y no solo en el discurso, de nuestra política social. Con seguridad, este pacto, facilitará, el reconocimiento que merece y necesita el sector.
La sensibilización social seguramente sea una estupenda estrategia para que mejore la reputación del sector, su reconocimiento, la profesionalidad y el valor social de quienes dedican su vida a esta labor esencial, es clave para situar al sector donde se merece. Una herramienta que, sin lugar a duda, debe ir acompañada de una planificación rigurosa al margen de intereses partisanos con base en la sostenibilidad y la igualdad en el acceso a los recursos de la red de atención.
Planificar con rigor es el único camino para alcanzar la equidad y asegurar que nadie se quede atrás, viva donde viva en Extremadura, y para generar nuevos recursos de atención flexibles y adaptados a las diferentes y cambiantes necesidades tanto de las personas en situación de dependencia como de sus familias.
Estructuración que, junto a la modernización e incorporación de las nuevas tecnologías al universo de los cuidados, ayudarán a marcar un antes y un después en el sector.
En este sentido, resultan ya imprescindibles ayudas específicas para la modernización tecnológica de los centros, que hemos visto como se han producido en otras comunidades autónomas, gracias a fondos propios o de fondos de la Unión Europa, y que lamentablemente en nuestra Comunidad nunca se activaron. Recursos que otorgan herramientas como la asistencia digital o la “telemonitorización”, que mejoran la seguridad y la eficiencia, liberando tiempo al personal para una mayor interacción humana entre otras ventajas.
En este deseado escenario, en el que el consenso político, la planificación y la modernización conforman los puntos de apoyo para el cambio, optimizar y diversificar la red de cuidados nos permitirá potenciar de manera casi exponencial el rendimiento comunitario de los servicios. Pensar en plataformas de atención para optimizar los recursos y ofrecer una atención integral y comunitaria mas eficiente está al alcance de nuestras manos.
Ahora bien, ninguna mejora es sostenible sin garantizar la financiación del sistema, ya sea desde la dotación de recursos económico para una red sólida, como para la aportación adecuada de los servicios que se prestan dentro de ella, tanto por administración públicas como por operadores privados.
Avanzar hacia un modelo de concertación garantizando la sostenibilidad y respondiendo a las necesidades y requerimientos de la normativa, en el que el precio de los servicios no sea objeto de puja, resulta imprescindible para el nuevo paradigma de atención. Es fundamental evolucionar el sistema para asegurar que la calidad del servicio sea el eje central de la gestión.
El actual modelo de licitaciones, en el que el precio mínimo define la adjudicación, compromete la sostenibilidad del sector y, lo que es más grave, la excelencia en la atención.
Definir un Acuerdo Marco para la Concertación de Plazas, con base en uno análisis real de costes, con una financiación acorde con estos, y unos estándares de calidad rigurosos resulta ya ineludible.
Un convenio que esté ligado directamente a la imprescindible calidad y a la falta de profesionales sanitarios, -por la absurda competencia entre los sectores social y sanitario para acaparar estos perfiles-, en un momento de crisis absoluta de profesionales sanitarios cualificados disponibles, resulta estratégico incorporar al nuevo modelo la integración sociosanitaria.
Las personas residentes/usuarias de la red social de atención lo son también del Sistema Público de Salud (SES) y por lo tanto susceptibles de tener acceso en igualdad de condiciones que el resto de la ciudadanía a sus servicios, residan donde residan y se encuentren donde se encuentren.
Hoy en día, son muchas los motivos por los que es totalmente necesario que la Atención Sanitaria, incluyendo la atención médica y de enfermería, en Extremadura, como ya está sucediendo en otras comunidades autónomas, en los centros residenciales y en sus servicios, sea definida como una responsabilidad directa del SES, y gestionada bajo criterios sanitarios públicos.
No podemos dejar al margen la necesidad de abordar la crisis de profesionales, haciendo del cuidado una opción profesional atractiva y estable mediante políticas activas que dignifiquen y doten al sector de mano de obra cualificada para asegurar ratios de atención adecuados. Sin recursos humanos cualquier planteamiento para un entorno de cuidados resulta imposible de desarrollar.
En definitiva, la transformación del sector de los cuidados en Extremadura es un desafío que requiere de la colaboración de todos aquellos que tienen alguna responsabilidad pública, partiendo de la ética, la planificación y la financiación digna. Desde ASOREX, ofrecemos nuestra experiencia y compromiso para trabajar con todos los grupos políticos que tengan representación parlamentaria en Extremadura en la próxima legislatura.
Invitamos a los partidos políticos a reflexionar y asumir estas propuestas como un compromiso ineludible con la dignidad y el bienestar de las personas en situación de dependencia en nuestra región.
Juan Carlos Campón Durán es presidente de Asorex