La Fundación Edad y Vida presentó este martes en el Colegio de Registradores de Madrid las principales conclusiones y aprendizajes de su X Congreso Internacional Dependencia y Calidad de Vida, celebrado bajo el lema "cuidando juntos, cuidaremos mejor".
La jornada sirvió para desgranar los cuatro conceptos clave que dominaron el encuentro de Barcelona, que, según Josep Maria Via, presidente del Comité de Programa del Congreso, siguen siendo los principales desafíos del sector.
1.- Integración sociosanitaria, un reto costoso: El primer aprendizaje se centra en el motivo original del congreso: la integración sociosanitaria. "Vamos avanzando pero nos cuesta mucho", afirmó Via. Aunque hay "algunos logros, que es la buena noticia", también se constatan las dificultades. En este sentido, el congreso trajo a debate "experiencias evaluadas, como las que citaba del caso de los británicos, y nos permite ver en qué puntos podemos mejorar. Por lo tanto, necesitamos continuar mejorando en integración sociosanitaria".
2.- Crisis de personal y salarios: El segundo ítem de contexto que ha "planeado por todo el congreso" es la grave crisis de recursos humanos. Josep Maria Via destacó las dificultades con los profesionales, "sobre todo del sector social, las cuidadoras y otros, desde el punto de vista de encontrar personal, de retener personal, de formación del personal, de salarios". El presidente del Comité de Programa fue categórico: "no estamos pagando bien a los profesionales y no los podemos mantener". Esta situación se extiende al sector salud, donde sucede "lo mismo [...] con médicos y con enfermeras".
3.- Innovación en arquitectura y urbanismo: Aunque "no tenemos resuelto lo básico", el congreso permitió "ir más allá". En este punto, se destacaron "innovaciones en el ámbito urbanístico y arquitectónico que permiten mantener a la persona mayor de forma más integrada y normalizada en la comunidad".
4.- Tecnología y zonas remotas: El último reto es el de la tecnología, un tema que, si bien "ya suena a tópico", se ilustró con ejemplos de gran impacto. Via citó una presentación de Mónica Wallström (Suecia) que demostró cómo, "con bastante dinero, todo hay que decirlo, puedes llegar a prestar servicios a personas mayores que viven solas en zonas bastante remotas", gracias a un gran volumen de tecnología e inteligencia artificial aplicada.
Al dirigirse a las administraciones, Josep Maria Via lanzó una clara advertencia que aplica a todas las comunidades autónomas, incluida la Comunidad de Madrid, que es donde se celebró este encuentro. "Yo creo que todas las comunidades tendrían que hacer un esfuerzo en entender que la persona es una", sentenció. De esta for,a, Via concluyó con una reflexión sobre la distribución competencial: "la persona no tiene la culpa de que las consejerías o los ministerios o los sectores sean dos, social y sanitario, porque es como si fueras a partir la persona".
Para el experto, "la solución no está en partir a la persona, la solución está en integrar a las sociedades y a los sanitarios".
Finalmente, Via puso el ejemplo de Cataluña, donde "se acaba de aprobar una ley que es pionera en el estado". No obstante, subrayó que "solo se ha aprobado una ley, está por hacer", advirtiendo que la aprobación legislativa debe ir seguida de una "memoria económica" que permita su implementación real.
Por su parte, el presidente de Fundación Edad y Vida destaca el "modelo de residencia del futuro" como una de las claves. Joaquín Borrás ofreció su visión personal sobre los aprendizajes del décimo congreso, destacando las experiencias que más le impactaron a nivel de modelos de cuidado e integración tecnológica.
Borrás identificó tres claves principales, influenciadas por sus intereses personales, que destacaron en el evento:
1.- El modelo residencial del futuro: El presidente de la Fundación se mostró impresionado por los ejemplos vistos durante el Congreso: "Lo que me ha sorprendido fue el modelo residencial del futuro que he visto, pues tuve la suerte de ver los modelos italiano, belga, inglés...". Para Borrás, este es el modelo que le gustaría "cuando fuera mayor o cuando ya estuviera en una situación de dependencia o de más edad", uno donde el residente tiene control sobre su vida y "no te hagan levantar a una hora exacta, no te hagan comer a una hora exacta, no te hagan comer a lo mejor lo que no te gusta".
2.- Tecnología extrema en integración sociosanitaria: Borrás también resaltó las innovaciones en el ámbito de la integración sociosanitaria, con ejemplos llevados al extremo. Citó el modelo de Suecia, donde "aplicaban la tecnología al extremo de que un señor que está en Laponia le visita un médico que está en Málaga, medio retirado, por videoconferencia y con aparatos con los que, además, el médico está viendo sus constantes desde tan lejos". Aunque lo calificó de "realmente una integración espectacular, muy exagerada", lo ve muy aplicable para "nuestro país que tenemos el problema o la situación de lo que le llaman España vaciada".
3.- Escuchar la realidad de la longevidad: La tercera clave fue el impacto emocional de oír directamente a las personas afectadas. Borrás destacó "el escuchar en directo a personas que vivían los problemas de la longevidad". Citó el ejemplo de una persona con problemas de movilidad que no puede ir a estudiar porque "el ascensor está estropeado durante seis meses". Para el presidente de la Fundación, "lo que más emociona a la gente es la realidad", ya que esas "cosas que parecen pequeñas para otras es el mundo entero".
En cuanto a las administraciones, Borrás enfatizó que deben tomar buena nota del tema de la integración sociosanitaria, que considera "básico". Para ilustrar el problema, relató una experiencia personal: "Mi mujer hace un mes se cayó por unas escaleras en La Coruña. El médico dijo que no tenía su historial y por tanto no sabía si una vértebra dañada la tenía ya así o se había producido el daño en el accidente". Borrás denuncia que "el historial no se comparte entre comunidades, no se comparte entre empresas privadas y empresas públicas y eso es inaceptable".
A pesar de estas dificultades, Borrás se mostró optimista: "Yo veo luz al final del túnel porque he estado en los diez congresos y desde el principio se hablaba como una quimera y hoy empiezas a decir, mira, este o ese ya lo hace". Aunque reconoció que "falta dinero", prefiere ver el vaso medio lleno: "Yo lo que veo es que antes no había nada y ahora hay muchas cosas que tiran para delante".
Para terminar, María José Abraham, directora general de la Fundación Edad y Vida, resumió los que consideró como principales aprendizajes del décimo congreso. Así, definió cuatro pilares fundamentales extraídos del encuentro de Barcelona:
Tenemos que poner a la persona en el centro.
Es necesario que el sistema se adapte a las personas y no las personas que se adapten al sistema.
Tenemos que asegurar la calidad de los productos y los servicios que damos.
Debemos trabajar más en prevención para asegurar la sostenibilidad del sistema.
La directora general fue crítica al evaluar el progreso en la integración sociosanitaria. "Todo el mundo habla de integración sociosanitaria, pero aún estamos muy atrás, y lo que está claro es que si el sector sanitario y el sector social no trabajan de la mano, aquí vamos a poder cuidar muy poco y vamos a poder cuidar mal", aseguró.
Respecto a las administraciones, Abraham reconoció que "las estructuras administrativas y las estructuras políticas son muy complejas, y es muy complicado hacer cambios dentro de estos grandes buques", pero insistió en que hay que avanzar en integrar los sistemas.
La clave para este avance, según la directora general, es el liderazgo político: "Para avanzar, y eso pasa en el mundo de la empresa, solo cuando tienen que llevar un proyecto estratégico, quien lidera es la dirección general, y aquí los políticos tendrán que aprender a liderar".
Al ahondar en las dificultades de esta integración, Abraham señaló las diferencias culturales entre ambos sectores. Explicó que "los médicos, al final, las enfermedades de los mayores les parecen aburridas, y les parecen aburridas porque son todas iguales", mientras que al trabajador social le parece que "los médicos se creen que lo saben todo cuando no saben de la misa la mitad".
La solución pasa por el aprendizaje mutuo: "El médico tendrá que aprender esa sensibilidad del trabajador social, del psicólogo, del terapeuta ocupacional", mientras que "el mundo social tendrá que entender que gran parte, por no decir un 90% de los problemas sociales que tienen las personas mayores, muchos, empiezan por problemas de salud".