Salud

Cuando nos hacemos mayores, ¿perdemos memoria?

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Jueves 06 de abril de 2017

'Entrena tu memoria, 100 preguntas, 100 respuestas, 100 actividades', de Cristina Vidal



En un mundo que envejece y en el que cincuenta millones de personas sufren algún tipo de deterioro cognitivo, no resulta extraño que exista interés por todo lo relacionado con la memoria y con la posibilidad de cultivarla y mantenerla el mayor tiempo posible.

Hablamos con Cristina Vidal, educadora social y doctora en psicóloga, una profesional que durante más de doce años, ha compaginado su trabajo como educadora y psicóloga de personas mayores con la impartición de formación a profesionales de la atención a las personas mayores.

Cristina Vidal es autora del libro "Entrena tu memoria. 100 preguntas, 100 respuestas, 100 actividades" (2014) (editorial Invisibles) y "Si entrenem, recordem” (2012, 2008) (editorial Claret).

¿Por qué un libro entrenamiento de la memoria?

Este libro parte de la intervención, del día a día profesional. A nuestro entender, hay una gran multiplicidad de libros de entrenamiento de la memoria pero hay pocos que parten de las necesidades expresadas propiamente por las personas mayores y sus inquietudes.

Este libro se estructura en dos apartados. En el primer apartado se trascriben gran parte de las preguntas realizadas por las personas mayores en los programas de entrenamiento de la memoria de una manera ordenada y con un hilo conductor que ayuda a su estructuración. En el segundo apartado se exponen actividades más prácticas: las 100 actividades.

Cuando nos hacemos mayores, ¿perdemos memoria?

En parte sí. En el proceso de envejecimiento hay cambios en nuestro cuerpo y en nuestro cerebro (disminución de volumen, tamaño y peso del cerebro conllevando perdida neuronal…)

A su vez, también hay una disminución de la atención y la velocidad de procesamiento. Todos estos cambios afectan a la memoria y en su acto de memorización.

¿Cómo funciona la memoria?

En el acto de memorización hay tres procesos que operan. Estos tres procesos son: 1) captar la información que proviene de nuestro entorno, 2) guardarla y 3) almacenar dicha información. Se deben producir los tres procesos para que el acto de memorización se produzca de manera correcta.

Un lapsus de memoria se puede tener en cualquier etapa de la vida. ¿O solo es propio de la vejez?

Si, en cualquier etapa de la vida las personas tenemos lapsus pero su vivencia probablemente es distinta en función de la edad de la persona. A medida que envejecemos, las personas vivimos estos lapsus con cierta inquietud y preocupación. En caso de ser así, se recomienda buscar estrategias para minimizar el malestar que puede ocasionar y reforzar los procesos de memorización.

Así, ¿el estado de ánimo influye en nuestra memoria?

Si, claramente. El estado de ánimo, las preocupaciones, tomar determinados medicamentos relacionados con el estado emocional, vivir un momento de gran estrés, no descansar, ni dormir bien, ... influyen en el acto de memorización.

¿Las personas guardamos sólo aquello que queremos recordar?

No, aunque atribuimos a la memoria la capacidad de guardar, esta facultad tiene dos grandes funciones: proporcionar identidad y ayudar a adaptarnos en nuestro día a día.

Por ejemplo, cuando me levanto por la mañana, sé quién soy (como me llamo, donde vivo,) esto forma parte de mi identidad; y a la vez cuando me visto por la mañana, no me fijo en vestirme y recordar si me puse o no la camisa antes que el jersey, sino que me visto de manera automatizada utilizando la memoria.

Si con cierta frecuencia no recuerdo que iba a buscar en la habitación, ¿debo preocuparme?

A diferencia de lo atribuido, en una gran mayoría de casos, es un problema de atención. No recordar qué iba a buscar es un fallo de atención. ¿Qué pasa? Probablemente, mientras la persona está cocinando, tendiendo la ropa o realizando alguna otra actividad, piensa en otros temas de su día a día, y cuando se dirige a la nueva ubicación, sigue pensando en esa situación y no en lo que iba a buscar. La información de aquello que se iba a buscar no se guardó y consecuentemente no se puede recuperar. Esto, en parte, explicaría porque no se recuerda que se iba a buscar.

¿Puede citar otro ejemplo cotidiano para que se entienda mejor?

Sí. En algún momento de nuestra vida, tuvimos unos papeles importantes que deseábamos guardar. Estos papeles pueden ser pruebas médicas, un recibo de un impuesto, etc. En el momento de guardar este papel reiteramos, de manera inconsciente, que dicho papel era importante guardarlo bien por ser de un gran interés para nosotros. Al cabo de unos días, cuando se necesita el papel en cuestión, no lo encontramos. La pregunta que deberíamos hacernos es dónde pusimos su acento ¿en la importancia del papel o dónde se guardó? Si la respuesta es en la importancia, deberemos buscar de manera minuciosa el papel en casa por qué no nos acordaremos de dónde se guardó.

Si la persona tiene conocimientos de memoria, ¿disminuirán sus quejas?

Sí. Varios estudios científicos evidencian que un mayor conocimiento de memoria conlleva una disminución de las quejas subjetivas de memoria. Conocer cómo funciona la memoria, el acto de memorización y como el proceso de envejecimiento incide en las facultades mentales, puede ayudar a la persona a entender sus cambios, aceptarlos como “normales” y relativizar algunas quejas de memoria de tipo más emocional.

¿El entrenamiento de la memoria facilita conocer el funcionamiento de esta facultad?

Sí, pero dependerá del programa. Hay programas que dotan de conocimientos y otros no. En el libro “Entrena tu memoria. 100 preguntas, 100 respuestas y 100 actividades” se explica que es la memoria, su funcionamiento, sus funciones y cuáles son los cambios producidos en el proceso de envejecimiento. A nuestro modo de ver, es importarte que la persona puede comprender dichos cambios para adoptar una actitud proactiva y autónoma para el entrenamiento.

¿A qué edad recomienda empezar a entrenar la memoria?

No hay una edad específica pero sí que podemos afirmar que cuanto antes mejor. El entrenamiento de la memoria, especialmente el que proponemos en este libro, es multifactorial y multidimensional; esto significa que se trabajan tanto los distintos procesos cognitivos como las estrategias de memorización y también las distintas dimensiones de la persona (intelectual, emocional, física y relacional).

Muchas gracias, Cristina.

A vosotros.

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