Del 22 al 24 de octubre, Lares celebrará su XVIII Convención Estatal, un encuentro interno dirigido a las Juntas Directivas de sus entidades asociadas. Bajo el lema 'Cuidando con corazón, planificando con visión', la edición de este año se centrará en la planificación estratégica y la innovación como herramientas para fortalecer el modelo de cuidados y afrontar los desafíos del futuro.
José Luis Pareja Rivas, presidente de Lares, espera que la convención sirva para “definir el nuevo Plan Estratégico de la entidad”, reuniendo a los equipos directivos, técnicos con incidencia directa en los centros y todas aquellas personas implicadas en la toma de decisiones. Según Pareja, será un espacio clave para debatir los retos del sector, reforzar la identidad del Tercer Sector y posicionar su papel dentro del sistema de cuidados.
Durante tres días se tratarán temas prioritarios como la colaboración interterritorial, el impacto social de Lares, la equidad de género, la formación continua y la transformación estructural e innovadora del sistema. Este encuentro busca construir estrategias conjuntas y reafirmar el compromiso de la entidad con una atención centrada en la persona, de calidad, con calidez y con la firme meta de que “vivas donde vivas y tengas lo que tengas, puedas envejecer con dignidad”.
José Luis Pareja Rivas nos lo cuenta con más detalle:
- En octubre, Lares celebra su convención anual. ¿Qué importancia tiene este encuentro para la entidad?
En octubre celebraremos la convención anual de Lares, y lo haremos con mucha ilusión porque será un encuentro clave para definir el nuevo Plan Estratégico de la entidad.
Llevamos tiempo trabajándolo, y en esta convención vamos a reunirnos los equipos directivos, los técnicos con incidencia directa en los centros y todas aquellas personas que tienen que participar en la toma de decisiones.”
- ¿Qué objetivos se plantean durante la convención?
Será un espacio para hablar de los grandes retos que afrontamos y de cómo posicionarnos. Porque el sector necesita una estrategia clara: hacia dentro, para reforzar nuestra identidad como representantes de entidades públicas y del tercer sector, y hacia fuera, para defender nuestro papel en el sistema de cuidados.
- Has mencionado que Lares gestiona centros en lugares donde nadie más llega. ¿Qué dificultades conlleva esto?
Efectivamente, tenemos centros en ciudades y en pueblos donde nadie más llega. Y eso nos da una perspectiva muy valiosa. Pero también lo pone difícil. Porque mientras en otros ámbitos sociales no existe un sector mercantil, en el de las personas mayores sí.
Un ejemplo claro: no hay empresas privadas compitiendo por abrir centros para inmigrantes, personas sin hogar o víctimas de violencia machista, pero sí las hay en el ámbito geriátrico. Porque se ha entendido que el cuidado de mayores es un mercado.
Y sí, claro, todo el mundo tiene derecho a emprender y a ganar dinero, pero esto plantea una reflexión profunda: ¿qué pasa cuando un servicio esencial, como el cuidado a personas mayores, queda en manos de la lógica del beneficio?
- En este sentido, ¿cuál es la situación actual del sector público y del sector social en cuanto a plazas residenciales?
El sector público solo cubre un 17% de las plazas residenciales. El resto se atiende desde entidades privadas y sociales, muchas de ellas sin ánimo de lucro, que históricamente hemos sostenido este modelo.
Pero a nosotros, al Tercer Sector cada vez nos cuesta más competir: por un lado, no podemos acceder a grandes licitaciones que exigen millones de euros de inversión, y por otro, muchas congregaciones y fundaciones que antes gestionaban centros están desapareciendo o cediendo sus recursos.
Para terminar, ¿qué se propone desde Lares para frenar y revertir la evolución de esta situación?
Estamos siendo desplazados. Y eso, que parecía un fenómeno puntual, se está convirtiendo en estructural. Por eso necesitamos un Pacto de Estado, una estrategia y una mirada de país.
Porque cuidar no puede depender solo de quién tenga más músculo financiero. Necesitamos que se reconozca el valor social de lo que hacemos. Y que se garantice que, vivas donde vivas y tengas lo que tengas, puedas envejecer con dignidad.