El Senior Living ha empezado a adquirir notoriedad e interés en los últimos años, tanto desde el punto de vista inversor, como una alternativa a los modelos residenciales para Personas Mayores (u otros tipos de activos como las residencias de estudiantes, el “Built to Rent” o las oficinas “premium”); como desde el punto de vista de las Personas Usuarias, como una alternativa a la plaza residencial en centros para personas mayores.
Actualmente, en España hay alrededor de 50 complejos de estas características, que se reparten mayoritariamente entre las grandes áreas urbanas de España (Madrid y Barcelona, cuyo perfil de usuario es español. Jubilado y autónomo) y las zonas mediterráneas y de islas donde más población extranjera de la UE reside (Málaga, Alicante, Tenerife y Almería, con perfiles de usuarios extranjeros residentes en España). Pero lo interesante, para destacar ese aumento de interés en estos modelos, es que hay en proyecto nuevos complejos que supone incrementar la oferta actual de plazas en más de un 75% (actualmente hay algo menos de 4.000 plazas, y los proyectos en desarrollo aportan algo más de 3.000). Viendo las cifras, está claro que el modelo tiende a consolidar el interés inversor y la demanda de servicio.
En la actualidad, el concepto Senior Living oferta tres modalidades: “Cohousing” (autogestión de un grupo de personas que se unen para crear el modelo de vejez que desean vivir en común); “Coliving” ofertado por un operador al grupo de población target de estos servicios; “Senior Resort”, generalmente orientado a personas extranjeras residentes en España, con mayor nivel adquisitivo.
Desde el punto de vista de las Personas Usuarias, el análisis ofrece muchos puntos de vista por los que esta opción asistencial se debe tener muy en cuenta.
A nivel demográfico, ya sabemos que la población de personas mayores de 65 años representa en España casi el 20% de la población, cifra que podrá alcanzar el 35% para el año 2050 (ya está llegando la población del Baby Boom a esta franja de edad, por lo que la aceleración en los próximos 10 años será notable).
Por otro lado, sólo el 4,5% de la población de Personas Mayores vive en plazas de Centros Residenciales, y sabemos que no hay oferta suficiente de plazas para dar cobertura a todas las necesidades asistenciales de las Personas Mayores. Aparte de las estadísticas de población y de plazas ofertadas, hay que tener en cuenta que el aumento de población de Personas Mayores va acompañado de:
Esto hace que el tipo de servicios asistenciales que se van a demandar, nada tienen que ver con lo que se demandaba hace apenas 20 años. A esto hay que unir el cambio de paradigma, en cuanto a que los profesionales del sector han puesto el foco en modelos de Atención Centrada en la Persona (ACP).
Si hay menos oferta de plazas de las que son necesarias, y a su vez las Personas Usuarias son cada vez más reacias a usar plazas residenciales (hasta que no haya más remedio), la aparición del Senior Living, como alternativa a la oferta clásica, nos muestra cómo encaja con las crecientes necesidades y es una alternativa a los actuales problemas de la población mayor:
Por experiencia, el Modelo Senior Living más efectivo, que pueda dar soluciones a todo tipo de perfiles de Personas Usuarias es aquel que oferta:
Por estas razones, es el momento para que el Sistema de Promoción de la Autonomía y Ayuda a la Dependencia abra las puertas a estos modelos, y otros que puedan surgir, aportando mayor valor y calidad al modelo ACP, ofreciendo a las Personas Mayores más opciones de elección sobre su capacidad de decidir cómo quieren envejecer y conducir sus vidas al final de ellas.